Fuente:https://www.sinpermiso.info/textos/ruy-fausto-in-memoriam-1935-2020 Michael Löwy 12/06/2020
En este vasto trabajo, cuya escritura tomó décadas, abordó varios otros problemas filosóficos debatidos en la literatura marxista: humanismo y anti humanismo, historicismo y antihistorismo, antropología y crítica de la antropología. Intentó situarse, en estas controversias, en una perspectiva dialéctica, por encima de los rígidos dualismos. El capital de Marx obviamente ocupa un lugar central en esta reflexión, no en un enfoque economista, sino desde el punto de vista de la lógica dialéctica. Durante este viaje, Ruy Fausto se alejará gradualmente del marxismo, pero no de la dialéctica, que continuó inspirando su metodología.
Además de este inmenso trabajo «marxológico», que no tiene equivalente en la literatura brasileña, Ruy Fausto ha publicado varios ensayos sobre Brasil en los últimos años: trabajos de historiografía, como El ciclo del totalitarismo (Perspectiva, 2019) o intervenciones en el debate político, como Caminos da esquerda: elementos para una reconstrução (Companhia das Letras, 2017). También participó en la fundación de nuevas revistas políticas con académicos: primero Fevereiro y, más recientemente Rosa. Ruy se definió a sí mismo como un intelectual de izquierda anti totalitario, especialista en Marx sin ser marxista.
Con la muerte de Ruy Fausto pierdo un amigo muy cercano: nos conocemos desde hace más de sesenta años. Lo conocí por primera vez en 1958, cuando intentó reclutarme para el Partido Revolucionario de los Trabajadores (POR -trotskista), del cual era uno de los principales líderes: casi tuvo éxito… (seguí siendo «luxemburguista»). En 1960, me invitó a ir con él a una reunión con Jean-Paul Sartre, entonces de visita en Brasil con Simone de Beauvoir. Con nosotros también estaba Olavo, un obrero del POR. No recuerdo exactamente el tema de la conversación, creo que fue la revolución argelina y, sin duda, la situación social en Brasil. En sus memorias, Simone de Beauvoir describe este encuentro de la siguiente manera: “Sartre recibió la visita de los trotskistas. Había tres: el liderazgo, la base y la disidencia”…
En ese momento, también nos reunimos en el Seminario El Capital de Marx, con Fernando Henrique Cardoso y Paulo Singer. Durante los siguientes cuatro años (1961-64), ambos fuimos becarios en París, trabajando sobre Marx. Estábamos muy unidos, nos veíamos casi todos los días y compartíamos una visión antiestalinista del marxismo. Me quedé en Europa, pero Ruy regresó a Brasil y participó en la resistencia al régimen militar. Cuando la represión se intensificó en 1969, fue forzado al exilio, en Chile, como muchos otros intelectuales de izquierda brasileños. El golpe militar de Pinochet lo sorprendió en Santiago en 1973, obligándolo a tomar nuevamente el camino del exilio, esta vez en París. Lo ayudé a encontrar un puesto de profesor en el departamento de filosofía de la Universidad de París 8 (Vincennes), que en ese momento practicaba una política de acogida de refugiados de Chile. Desafortunadamente, nunca fue reconocido allí como se merecía y nunca se convirtió en un profesor titular.
Seguimos viéndonos, pero con cierta distancia, como resultado de su alejamiento del marxismo. En 1986, su primer libro importante Marx: lógica y política, apareció en francés. Luego Investigación para la reconstrucción del significado de la dialéctica (Publisud), con un prefacio de Jean-Toussaint Desanti. Yo publiqué en la Quinzaine Littéraire del 1er junio de 1987, una reseña de su libro, esta fue una de las raras, sino la única, publicada en Francia: Aquí está uno de los pasajes de mi artículo:
“¿Qué podemos decir de nuevo sobre Marx, se preguntarán algunas almas fatigadas? Olvidan, por lo tanto, que Marx pertenece (como Platón, Hegel y Nietzsche) a este tipo de pensadores inagotables, que plantean, en cada época, en cada período histórico, político y cultural, nuevas interpretaciones y nuevas críticas o refutaciones.
La originalidad del libro de Fausto se manifiesta en varios niveles: en primer lugar, en una postura frente al marxismo que rechaza las soluciones habituales, es decir, tanto la defensa de una ortodoxia como a las falsas ´superaciones´ fácticas – orientación que le permite mostrar (especialmente a partir de los escritos recientes de Castoriadis), que cualquier crítica al Capital que no tome en serio la dialéctica como un discurso de la contradicción solo puede conducir a una caída por debajo de Marx.
Por otro lado, una nueva posición frente al debate entre partidarios y opositores del humanismo teórico (antropología), que describe el fundamento a través del Aufhebung de estos dos polos tradicionales, para otra lectura de la obra de Marx (desde los escritos juveniles hasta El Capital ) capaces de superar los límites de la comprensión pre-dialéctica.
Finalmente, una contribución a la «reconstrucción de la dialéctica», en oposición polémica a las principales tendencias de la escena filosófica actual: neo moralismo, teorías de la muerte humana, filosofías de la irresponsabilidad, positivismo tecnocrático”.
En 1988, fui miembro del comité examinador de su tesis, guiado por Desanti, sobre lógica y política en El Capital de Marx. Al consultar mis notas sobre la defensa, encuentro el siguiente pasaje de mi intervención:
“Ruy Fausto tiene algunas ideas. Desde que lo conozco, él estudia los escritos de Marx: estos son treinta años de trabajo «presupuestos» en esta tesis, donde son «negados y preservados» – aufgehoben … Lo primero que llama la atención en su tesis es la coherencia, a pesar de la aparente dispersión de los temas y la redacción realizada en diferentes momentos. También es una obra que se distingue por su originalidad, en comparación con los debates del marxismo contemporáneo: ni humanista ni anti humanista, ni historicista ni anti historicista…Esta tesis combina el conocimiento erudito de los textos, el rigor lógico en la demostración y, al mismo tiempo, una apertura a los problemas sociales y políticos más actuales, dimensiones que rara vez van juntas”.
Por supuesto, también hice una serie de críticas: especialmente le reprocho sobre todo por una visión demasiado «objetivista» de la dialéctica, que subestima la dimensión «practico-subjetiva» y, por lo tanto, se inclina hacia el anti historicismo… También tuvimos una pequeña controversia sobre la traducción del concepto hegeliano-marxista de aufgehoben Ruy lo tradujo por «supresión», mientras que yo sostenía que significa al mismo tiempo supresión, conservación y elevación a un nivel superior. No logré convencerlo.
Durante la década de 1980, Ruy regresó a su puesto en la Universidad de São Paulo y comencé a visitar Brasil regularmente. Sin embargo, rara vez nos encontramos en Brasil. Nuestras reuniones tuvieron lugar principalmente en París, donde pasaba parte del año. Me invitó a participar en su revista Fevereiro, pero realmente no estaba de acuerdo con este proyecto, estaba más cerca de la revista Outubro. Nuestras diferencias también se centraron en América Latina: no compartí su alergia a Cuba y a Hugo Chávez, y en Brasil, especialmente sobre el MST (Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra), que defendí frente a sus críticas.
Nuestro último encuentro tuvo lugar hace unos meses, cuando intercambiamos los últimos libros y mantuvimos una larga conversación sobre Rosa Luxemburgo; que admiraba, aunque con cierta reserva, y sobre el bolchevismo, que rechazaba en bloque, pero también sobre la crisis de la izquierda en Brasil, el PT y el ascenso de Bolsonaro. Yo había disfrutado mucho de su polémica con Olavo de Carvalho. Su último correo electrónico, hace unas semanas, fue para invitarme a participar en la revista Rosa. Respondí que estudiaría los documentos de la revista, pero me decepcionó el primer número, que no contenía nada sobre… Rosa Luxemburgo.
Ruy era un intelectual brillante y astuto, con una inmensa cultura filosófica y política, que defendía con vehemencia sus ideas políticas, su opción por una «izquierda anti totalitaria». Tenía mucho humor, le encantaba contar chistes y anécdotas. Al mismo tiempo, tenía algo frágil, siempre ansioso, preocupado, quejándose de ser víctima de plagio. Su última pelea, contra el bolsonarismo, muestra que no le faltaba coraje y la fuerza de la convicción. Sentiremos su falta.
Nota: 1.- Ruy Fausto. Marx: Lógica y política. Tomo I (Brasiliense, 1983); Tomo II (Brasiliense, 1987); tomo III (Editora 34, 2002).
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Traducción:Carlos Abel Suárez