La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, denunció este domingo que los servicios especiales del régimen de Kiev asumieron de facto su responsabilidad en recientes ataques a los buques petroleros Kairos y Virat, así como a instalaciones del Consorcio del Oleoducto del Caspio (KTK) en el mar Negro.

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La  autoría de los hechos quedó evidenciada tras la difusión, por medios ucranianos, de videos que muestran con detalle la ejecución de dichas operaciones, incidente que calificó la vocera como “actos terroristas” que ponen en riesgo no solo la infraestructura energética regional, sino también la estabilidad global en el suministro de hidrocarburos.

Ucrania asumió este domingo la autoría de los ataques y según un diario local, una fuente del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) confirmó que drones navales ucranianos Sea Baby fueron empleados en la operación. El régimen de Kiev sostiene que ambos buques forman parte de la llamada “flota rusa en la sombra”, utilizada supuestamente para eludir las sanciones occidentales impuestas a Rusia desde 2022 en el sector energético.

 

Según informó Zajárova, el 28 de noviembre, cerca de las costas de Türkiye en el sur del mar Negro, una embarcación no tripulada atacó y dañó los petroleros Kairos y Virat, que navegaban bajo bandera gambiana con destino al puerto ruso de Novorossiysk. “A la mañana siguiente, el petrolero Virat fue atacado de nuevo”, detalló la vocera diplomática.

El 29 de noviembre, una nueva agresión con drones marítimos afectó la infraestructura del puerto de Novorossiysk, dejando fuera de servicio el dispositivo de amarre remoto VPU-2 del Consorcio del Oleoducto del Caspio (KTK).

Zajárova destacó que el KTK reúne a empresas del sector energético de Rusia, Kazajistán, Estados Unidos y varios países de Europa occidental, y subrayó que “la infraestructura energética civil que fue atacada desempeña un papel importante para garantizar la seguridad energética mundial y nunca ha sido objeto de ninguna restricción o limitación internacional”.

 

La vocera señaló que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kazajistán también expresó su rechazo a estos actos, que constituyen el tercer ataque contra instalaciones del KTK. Asimismo, mencionó que Türkiye manifestó preocupación por los sucesos en el mar Negro, una de las vías marítimas más estratégicas del mundo.

Zajárova vinculó los ataques con el contexto interno de Ucrania, sacudida recientemente por un escándalo de corrupción que llevó a la renuncia del jefe de la Oficina Presidencial, Andréi Yermak. “Al parecer, para ciertos patrocinadores occidentales de Kiev es importante redirigir la atención de la sociedad ucraniana hacia ataques de alta resonancia contra objetivos civiles”, opinó.

Además, la representante diplomática rusa consideró que “las acciones terroristas del régimen de Kiev son una señal” dirigida a obstaculizar los esfuerzos internacionales por alcanzar una paz sostenible en Ucrania, incluidas las iniciativas planteadas por figuras como Donald Trump.

Zajárova instó a la comunidad internacional a condenar de manera unánime los ataques del 28 y 29 de noviembre, “que amenazan la libertad de navegación en esta vía fluvial”, y a evaluar “adecuadamente las acciones destructivas” del gobierno de Kiev y sus aliados.