Fuente: https://mpr21.info/rusia-abre-el-puerto-de-vladivostok-a-china/ mpr21
La Administración de Aduanas de China ha anunciado que a partir de mañana China enviará mercancías de la provincia de Jilin a sus ciudades costeras del sur a través del puerto ruso de Vladivostok.
Como estas mercancías se dirigirán a Zhoushan y Jiaxing, en Zhejiang, su transporte temporal no estará sujeto a los aranceles rusos. Tanto China como Rusia se beneficiarán del acuerdo.
La noticia no ha sido una sorpresa ya que el acuerdo se ha estado negociando desde hace años. Vladivostok no es el único puerto extranjero que se utiliza como tránsito para el comercio interior de China. Desde 2007 participa en la operación piloto de transporte transfronterizo de mercancías nacionales con el puerto de Vostochny y el de Najodka.
China también ha realizado tránsitos a través del puerto de Rajin, en Corea del norte, y el puerto de Zarubino, en Rusia. El papel que va a desempeñar Vladivostok como mayor puerto ruso en Extremo Oriente es una consecuencia natural.
Hace 163 años, en tiempos de la dinastía Qing, Vladivostok pertenecía a China. Los Tratados de Tianjin y Pekín lo convirtieron en parte del Imperio zarista, junto con la región circundante. Al perder la salida al Mar de Japón, las mercancías y materias primas procedentes de China se tuvieron que transportar por tierra desde entonces.
Es un puerto de aguas profundas, el mayor que tiene Rusia en Extremo Oriente, con 2.300 trabajadores, 15 muelles y 45 grúas. Maneja 2.000 buques al año y procesa más de 13 millones de toneladas de carga.
Tiene una posición estratégica envidiable. Está situado cerca de las fronteras con China y Corea del Norte y lindando con el Mar de Japón. Es el puerto más importante de la costa del Pacífico y del Extremo Oriente ruso. Además, está más cerca de Seúl (744 kilómetros), Tokio (1.067 kilómetros) y Pekín (1.339 km) que de Moscú (6.434 kilómetros). Alberga la mayor parte de la Flota del Pacífico.
Mejorar las cadenas de suministro
La apertura del puerto ruso representa un paso adelante en la cooperación económica entre China y Rusia, que en el pasado se mostraba preocupada por los movimientos de China en la región. Da a China una salida adicional al mar para sus dos provincias nororientales de Jilin y Heilongjiang. Esta ruta alternativa a la de Dalian puede contribuir a impulsar aún más el desarrollo económico de una región que va a la zaga con respecto a otras partes de China.
El comercio bilateral entre China y Rusia ascendió a 73.150 millones de dólares en el primer cuatrimestre de 2023, lo que supone un aumento interanual por encima del 40 por cien.
Hasta la fecha, el volumen de mercancías por carretera se ha multiplicado por 1,5 anualmente, con más de 75.000 vehículos pasando por los puestos de control de carretera a través de la frontera ruso-china.
El aumento del comercio provoca largas colas de camiones que esperan para entrar a China desde Rusia. Estos transportes requieren tiempo y gastos adicionales. Con la posibilidad de trasladar las mercancías a través de Vladivostok, la distancia de transporte terrestre se acortará considerablemente en los próximos años.
La menor distancia reducirá a su vez los costes para los fabricantes y proveedores de mercancías del noreste de China.
Las empresas de Jilin y Heilongjiang no tendrán que utilizar necesariamente el puerto de Dalian, situado a más de 1.000 kilómetros de algunas ciudades de estas dos provincias.
El puerto de Vladivostok, en cambio, está a menos de 100 kilómetros de la frontera china y a unos 500 kilómetros de las capitales provinciales de Jilin y Heilongjiang, respectivamente.
El puerto actuará también como catalizador para atraer inversiones y oportunidades de negocio al noreste de China en la próxima etapa.
Con la apertura del puerto de Vladivostok, China y Rusia podrán seguir colaborando en la construcción de puertos y el desarrollo logístico, impulsando el dinamismo económico del noreste de China y el crecimiento del Lejano Oriente ruso.
Desarrollar la frontera asiática de Rusia
Siberia Oriental está muy lejos de Moscú. La región reviste hoy un interés estratégico especial para Rusia. En los últimos años se ha vaciado de su población a pesar de ser rica en recursos naturales, y ahora se encuentra en una parte del mundo en rápido crecimiento, con un vecino cuyo desbordamiento demográfico se ve cada vez más atraído por el vacío siberiano. La diferencia demográfica a ambos lados de la frontera es colosal: 1 habitante por kilómetro cuadrado en el lado ruso frente a 100 en el lado chino.
El puerto reforzará el flujo de portacontenedores entre el sureste de China y Vladivostok, facilitando el suministro a Rusia de los productos que necesita para sus regiones del Pacífico. También aumentará la capacidad de salida para el flujo de retorno. China y Rusia pueden entablar una mayor cooperación en materia de construcción portuaria y logística, siguiendo el modelo del puerto automatizado de Qingdao, lo que reforzará aún más la vitalidad económica del noreste de China y el desarrollo del Extremo Oriente ruso.
La cooperación actual entre China y Rusia en Extremo Oriente está infravalorada y tiene un gran potencial por desarrollar. Pero aún deben eliminar algunos obstáculos a la cooperación bilateral en el comercio fronterizo, como la excesiva burocracia de las aduanas en el lado ruso y la inadecuada aplicación de las políticas de desarrollo del Extremo Oriente, que han repercutido en la disposición de las empresas chinas a invertir en el pasado. La apertura del nuevo puerto insuflará nueva vida al desarrollo y despegue económico de la región.
El desarrollo de la región dará más peso y un mayor grado de integración a la cooperación chino-rusa en esta parte del mundo y, más allá, en Asia oriental.
Los imperialistas están preocupados por las consecuencias estratégicas de la apertura. Si China tiene acceso a Vladivostok, ampliará las opciones operativas del Ejército Popular de Liberación y también será una fuente de preocupaciones adicionales para las fuerzas japonesas, surcoreanas y estadounidenses, obligándolas a dedicarle muchos más recursos.
Dada su posición estratégica, en el futuro China podría utilizar las instalaciones como plataforma para la ruta del Polo Norte propuesta por Rusia.