Fuente: A Fondo nº 1/2019/The Rwandan/Eva Torre
En primer lugar, es un gran placer aprovechar esta oportunidad para poder comunicarme directamente con vosotros después de ocho años en prisión […]. Teniendo en cuenta el camino que acabamos de recorrer, hemos avanzado considerablemente a pesar de las dificultades que hemos encontrado.
Dentro de nuestro país, Ruanda, hemos seguido movilizando a los ruandeses sobre la base de nuestra visión de una Ruanda democrática, reconciliada y próspera. Esta visión exige el Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos y la creación de condiciones que permitan a los ruandeses generar riqueza para ellos y sus familias […].
Ninguna de las amenazas (de los servicios estatales) ha superado nuestra determinación de lograr algo que nos es muy querido, a saber: «Un pueblo reconciliado en un Estado de derecho, la democracia y la igualdad de oportunidades».
Muchos de vosotros sabéis muy bien que el trabajo de un partido de la oposición no consiste en luchar contra el gobierno en el poder, sino en responsabilizarlo ante el pueblo destacando las áreas en las que está equivocado o no respeta sus compromisos, y ofreciendo al pueblo una alternativa a la agenda del gobierno en el poder. No somos enemigos del Estado, sino servidores del pueblo, al igual que el gobierno […].
Nuestra tarea es reconstruir todos los vínculos de solidaridad nacional que han sido destruidos en nuestra sociedad. Los regímenes antidemocráticos de nuestro país han reducido a la mayoría de nuestro pueblo a la condición de observador, en lugar de participar activamente en el proceso de adopción de decisiones sobre la gestión del país.
En este noble y difícil desafío que tenemos por delante, debemos abordar los cinco ámbitos siguientes que considero prioritarios: reconstrucción del capital social destruido…; desmilitarización del Estado…; descentralización del poder…; desarrollo…; diplomacia…
En conclusión, como dice un viejo refrán chino, el viaje de mil kilómetros comienza con un primer paso.
Hace ocho años, dimos el primer paso para demostrar que nos tomamos en serio nuestras demandas de una sociedad democrática en Ruanda. Juntos, amigos y simpatizantes, dentro y fuera de Ruanda, hemos seguido progresando y seguiremos avanzando. No será una tarea fácil y no nos hacemos ilusiones al respecto. Una cosa está clara: no hay vuelta atrás, ningún encarcelamiento, acoso y/o humillación nos disuadirá de nuestro objetivo de buscar una Ruanda mejor en el sentido que acabo de describir: un país verdaderamente reconciliado y democrático, marcado por el Estado de derecho, el
respeto mutuo y la igualdad de oportunidades en el acceso a
los recursos nacionales […].