Ritos fúnebres en Guatemala

Fuente: http://loquesomos.org/ritos-funebres-en-guatemala/   Nònimo Lustre

Nònimo Lustre*. LQS. Abril 2021

Los ritos fúnebres son tan numerosos y variados porque reflejan las infinitas culturas de este planeta. Los hay tremebundos –algunos budistas tibetanos descuartizan al cadáver y se lo entregan a los buitres-, pero también ortodoxamente apacibles –con música, jazz en Nueva Orleans y gregoriano en el Vaticano-. Los hay con salmodias de respetuosos latinajos -Sit tibi terra levis o Requiescat in pace- pero también pueden ser excusa para inauditas groserías al estilo de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Hay muertos incorruptos y vivos que llegan al cielo –los profetas Elías y Eliseo-, y hasta los hay que resucitan, dicho sea sin señalar. Otrosí, desde el punto de vista de la audiencia mediática, los funerales pueden ser multitudinarios -35 millones de llorosos en el funeral de R. Reagan- o solitarios, como es habitual en genocidios, hecatombes y pandemias.

Declaración de un familiar de desaparecido (minutos 10:25 y ss; en Sin Miedo)

Incluso dentro de cada hipotética cultura nacional pueden variar significativamente, en especial si esa nación carece de unidad cultural porque, lo quiera o no, velis nolis, alberga a varias culturas. Es el caso de Guatemala, precisamente al que dedicamos esta nota cuya redacción nos ha sido sugerida por el documental “Sin miedo”, firmado por Claudio Zulian (2017, México/España/Francia; está disponible en Filmin y, con dificultad, puede verse en https://www.filmin.es/pelicula/sin-miedo )

En 2012, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado de Guatemala por el secuestro y desaparición de 45.000 personas entre 1960 y 1996 por parte de sus fuerzas armadas. No cabe duda de que aquella sentencia facilitó la denuncia pública de los familiares de los desaparecidos pero conviene señalar que Sin miedo fue planeado y actuado por los deudos de la primera ola de desaparecidos quienes, desde el momento de aquellos secuestros, se organizaron en el GAM (Grupo de Apoyo Mutuo) La mayor parte de los comentarios siguientes, son copiados –a veces sin comillas, mea culpa- de los textos del GAM y de organizaciones aliadas como la Fundación Myrna Mack, la Fundación Amancio Samuel Villatoro y, last but not least, la imprescindible Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG)

Ritos funerarios de los asesinos: ¿la cabeza en la tripa?

Anónimos e indiscretos. Anónimos porque los asesinos buscan la impunidad futura –“salvación eterna” en la jerga cristiana- e indiscretos porque necesitan alardear de su ego y aterrorizar al semejante, sea tibio amigo o encarnizado enemigo, sea esposa sea mascota. Contra esta calaña se enfrentó el GAM y, como narra el documental, lo pagó con las vidas de algunos de sus voceros más conspicuos.

Los 75 minutos de Sin miedo no tienen desperdicio, léase horror. Pero nos vamos a centrar en dos episodios. En el primero, hablan varias señoras que acudían todos las mañanas a la morgue con la esperanza/desesperanza de identificar a sus muertos –huelga añadir que algunos cadáveres estaban tan desfigurados por la tortura que, dicho sea crudamente, ‘ni su madre les hubiera reconocido’. El testimonio de una de esas señoras nos puso los pelos de punta. Transcribimos:

“Dijeron que eran novios, que los habían capturado, eran estudiantes de la universidad de San Carlos. A través del tiempo, se dio la noticia de que la cabeza del joven, la mujer la tenía dentro del vientre”

Si analizamos minuciosa y literalmente este testimonio, ¿tenemos que descartar la frase de la cabeza porque “se dio la noticia” no es garantía de veracidad? Más de un facha se agarrará a este clavo ardiendo pero, veamos, ¿es verosímil? Por supuesto que sí porque es imposible negar la barbarie de los milicos guatemaltecos, porque hay miles de evidencias en ese sentido y, finalmente, porque es no menos imposible describir todas las iniquidades que hicieron contra los cuerpos de sus víctimas, tan crueles como carniceros llegaron a ser.

Nos queda la almendra de la cuestión: la cabeza del novio, ¿estaba dentro del vientre de la novia?, ¿no sería que la portaba debajo del vestido y que el fraude del embarazo se descubrió cuando la desnudaron para la autopsia, el velorio o el entierro? Otra vez recurrimos a la verosimilitud: la anterior hipótesis facha es demasiado imaginativa –y, desde luego, morbosa. Pero, como decían los lógicos medievales, a fenómenos sencillos, explicaciones sencillas. Independientemente de dónde estaba la cabeza, es verosímil que la crueldad militar la haya cortado –seguramente delante de la novia-, y luego haya obligado a la novia a guardarla encima de su vientre antes de asesinar a la joven estudiante. Incluso es probable que los verdugos se hayan reído con este crimen.

Aun así, ¿cómo entender que la mujer tenía la cabeza “dentro del vientre”?, esa palabra clave, dentro, ¿es metafórica o literal? Porque si es ‘dentro literal’ eso exige un destripamiento previo. Recordemos ahora que estamos comentando una de los innumerables tipos de torturas perpetradas por los milicos, plagadas todas ellas de episodios a cual más ‘imaginativo’.
Además, muchos de los asesinos eran –son- lectores compulsivos de la Biblia y ¿acaso no está la Biblia atiborrada de matanzas en las que cortan el vientre a las mujeres? Por otra parte, con Viejo Testamento o sin él, esos asesinos tenían ideas propias y un sadismo universal –tan grande como el Universo. Por todo ello, dictaminamos que dentro del vientre es expresión literal.

Ritos funerarios de los asesinados: ¿un Cristo yacente?

Genealogía de ASV

Al contrario de los ritos de los asesinos, los ritos de los asesinados son públicos, populares y hasta ingeniosos –cuando se logra encontrar los restos que, en el caso guatemalteco y en especial si se trata de indígenas, es sumamente raro. El segundo caso narrado en Sin miedo que nos ha conmovido extraordinariamente es el de un (ex)desaparecido, es decir, un cuerpo al que sus deudos consiguieron exhumar e identificar: el de Amancio Samuel Villatoro (ASV).

Ficha en el Diario Militar del (ex) desaparecido ASV (Clic sobre la imagen para aumentar)

La recuperación de los restos de ASV llevaba varios años estancada hasta que recomenzó gracias una casualidad impensable: fue en 1999 cuando se filtró el llamado “Diario Militar”, un documento con informaciones escuetas pero útiles sobre los guatemaltecos desaparecidos por las fuerzas de seguridad estatales a mediados de los años 80. Este ‘diario’, consta de 73 hojas oficio, contiene fotos de 183 víctimas –una millonésima parte del total- y referencias en código a sus ejecuciones. Dicho de otra manera, los nazis tienen fama de haber sido unos burócratas minuciosos y, de ser cierto, es evidente que los milicos guatemaltecos no lo fueron menos. Quizá calcularon que, si los nazis aspiraban a un milenio de imperio, en ese sentido ellos ya tenían hecha la mitad -un curriculum de cinco siglos.

Museo de los Mártires del Movimiento Sindical, Estudiantil y Popular/Fundación de Antropología Forense de Guatemala. Inaugurado en 2012

Gracias al susodicho ‘diario’, los restos de ASV fueron encontrados el día 3.IX.2003, a una profundidad casi abismal -220 cms. En la fosa donde se le localizó, se recuperaron seis osamentas. Por la posición en que se encontraron las mismas se puede inferir que los cuerpos fueron lanzados” –no exhumados humanamente.

Al revés que el pueblo Asmat, la tribu de los Chapines, sean ladinos o indios, no acostumbra a exhibir los esqueletos de sus antepasados cual es el gusto de aquel pueblo papúa. Pero es el caso que la familia de ASV, una vez recuperados sus restos, optó por prestarlos al Museo de la anterior foto. Evidentemente, ceder el esqueleto de tu antepasado para que sea mostrado en un museo, así sea con todos los respetos y ornamentos exigidos, debió ser una decisión nada fácil. Pero la familia ASV la tomó, probablemente contra el viento y la marea de la costumbre -que, esta vez, no es la castilla.

La urna de ASV según una foto de NRG (min. 57 y ss; en Sin miedo) Los familiares que decidieron exhibir su esqueleto

Si antes hemos aludido a los lógicos medievales, ahora reincidimos para colegir con ellos que, a fenómenos extraordinarios, explicaciones extraordinarias. La guerra desatada desde los años 1980’s por los milicos contra el pueblo guatemalteco en general y contra los indígenas en particular, no fue exactamente extraordinaria porque así llevan cinco siglos. Pero la saña y la bestialidad de la represión de aquellos años, sí lo fueron. De ahí que los deudos de ASV inventaran –dicho en el mejor sentido de la palabra-, un nuevo rito funerario.

Este alarde valentía y de imaginación –otra vez, dicho sea en el mejor sentido-, se decidía en un aire tormentoso con fosas comunes por todo el país. Léase, como en España, pero con la diferencia de que aquí ningún gobierno se lo permitiría a los deudos –al contrario, es probable que los encerrara en cualquier loquero tildándoles de lunáticos.

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