Revista Canadian Dimension a Trudeau: Salir del Grupo de Lima y rescindir sanciones…

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Revista Canadian Dimension a Trudeau: Salir del Grupo de Lima y rescindir las sanciones contra Venezuela

El 17 de junio, el Gobierno de Trudeau recibió una humillante derrota al perder las elecciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas frente a Irlanda y Noruega. Fue una fuerte refutación de la política de Trudeau de “colonialismo interior e imperialismo en el extranjero”. Ya debería ser obvio que se deben hacer preguntas serias sobre la política exterior de Trudeau, en particular con respecto a Venezuela y el Grupo de Lima.

Revista Canadian Dimension a Trudeau: Salir del Grupo de Lima y rescindir las sanciones contra Venezuela

En el transcurso de los últimos meses y ante la perspectiva de la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, una discusión abierta, democrática y crítica sobre el legado colonial de Canadá y el trato que reciben los pueblos autóctonos —al igual que sobre la política extranjera de Ottawa alineada a Trump—, desapareció prácticamente de los medios de información convencionales.

En las últimas elecciones federales, Trudeau tuvo que lidiar con algunos desafíos procedentes de la ciudadanía. De manera burlona e insultante, eludió las manifestaciones de los denunciantes autóctonos que padecían de envenenamiento por mercurio. También evitó a los activistas por la paz que lo interrogaban, así como ignoró los dobles raseros que maneja la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, respecto de sancionar a Rusia por su anexión de Crimea, al tiempo que pasa por desapercibida la construcción ilegal de asentamientos israelitas en Cisjordania que están teniendo lugar.

Canadá reconoció de inmediato la elección fraudulenta de Jair Bolsonaro en Brasil (luego de que el poder judicial encarcelara al líder Lula da Silva por cargos espurios), al mismo tiempo que se negó a reconocer al presidente venezolano electo constitucionalmente, Nicolás Maduro. Trudeau y su gabinete también se enfrentaron a protestas de activistas que se oponen a la venta de armas de Canadá al notorio violador de derechos humanos Arabia Saudita y al apoyo incondicional de Ottawa a Israel a expensas de la libre determinación de los palestinos. Si bien los medios corporativos no tuvieron más remedio que difundir estas manifestaciones, pronto volvieron al curso normal de las actividades, manteniendo dócilmente todas estas cuestiones de importancia vital alejadas del escrutinio público.

Para quienes estamos en Canadá y que nos involucramos en la campaña “NO al voto por Canadá en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas” (en inglés, “#NoUNSC4Canada”), con la inclusión de Canadian Dimension, es evidente que logramos romper el apagón de los medios corporativos virtuales. Esta censura tuvo por objetivo principal poner fin al debate indispensable sobre la política exterior de Canadá y sus notorias prácticas coloniales internas contra los pueblos autóctonos.

La campaña #NoUSNC4Canada toma forma

El 19 de mayo, este posicionamiento mediático se vio obligado a cambiar de curso. Ese día, una carta firmada por más de 100 personalidades canadienses, quebequesas y autóctonas fue publicada por el diario Toronto Star. La misiva criticaba la política exterior del Gobierno canadiense y la continua intrusión del Gobierno de Trudeau en territorio autóctono no cedido para forzar la instalación de gasoductos y oleoductos. La carta argüía que Canadá no merece un mandato en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debido al ángulo torcido de su política exterior respecto de Venezuela, Haití, Bolivia y otros países de América Latina a favor de a los Estados Unidos, junto con sus ambiciones neocolonialistas en África, su desprecio abierto por los derechos palestinos y mucho más.

Tras la publicación de la carta en el Toronto Star, se le preguntó a Trudeau durante su ronda de prensa cotidiana sobre la Covid-19 acerca de la opinión pública dividida en torno a su candidatura a un mandato en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En vez de abordar el tema, rechazó las preguntas con arrogancia, como si no existieran, diciendo que en su parecer no había división alguna y luego apuntó hacia Maduro para obviar la pregunta.

Al parecer, a partir de entonces, las críticas al gobierno de Trudeau respecto de su candidatura para obtener un mandato en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas continuaron acumulándose.

El 11 de junio, la organización canadiense Just Peace Advocates publicó una carta abierta sobre Palestina, que luego fue enviada a los 193 embajadores de Naciones Unidas y firmada por 100 organizaciones y docenas de personalidades. Esto impactó de inmediato la escena política canadiense en la medida en que el embajador de Canadá ante Naciones Unidas, Marc-André Blanchard, se vio obligado a escribir una respuesta a todos los embajadores de la ONU, defendiendo la política unilateral de Canadá en Israel. Este movimiento manifiestamente desesperado no pasó desapercibido, incluso en los medios de comunicación convencionales, lo cual generó más dudas sobre la credibilidad de la candidatura de Canadá para obtener un mandato en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

El columnista de Canadian Dimension, Yves Engler, apeló a las naciones de la Caricom para que votaran contra Canadá. Esto fue seguido por un llamado similar que hice y que fue enviado a cada uno de los embajadores ante Naciones Unidas representantes de las naciones de Caricom. El Instituto Canadiense de Política Exterior (Canadian Foreign Policy Institute) publicó mi llamamiento difundido en YouTube en inglés, francés y español. Consistió en un llamado que se difundió ampliamente a muchos embajadores de Naciones Unidas para votar contra Canadá por violar el derecho internacional respecto de su política que aboga por un cambio de régimen en Venezuela, en apoyo a los Estados Unidos, lo cual constituye una violación flagrante de los principios de Naciones Unidas.

Hay muchos otros ejemplos. ¿Influenció nuestra campaña dentro y fuera de Canadá en la derrota electoral de Trudeau ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas? Puede que nunca lo sepamos a ciencia cierta. Pero, lo que sí sabemos es que desde 2017, Trudeau ha estado llamando y se ha estado reuniendo con jefes de Estado de todos los continentes para abordar el tema de Venezuela. Los ha estado exhortando a ponerse del lado de Trump y de su “presidente interino” Juan Guaidó cuidadosamente elegido. Trudeau hizo todo lo posible para darle a Guaidó una recepción oficial en Ottawa durante el mes de febrero. De hecho, la vergonzosa foto selfie de los dos, que se tomaron en ese convite —desde entonces retirada del sitio web del Gobierno de Canadá, ha pasado a la historia gracias a los activistas— es emblemática de la servil política extranjera canadiense.

El costo de los nexos de Trudeau con Trump es muy elevado

Desde la votación del 17 de junio, el hecho de que Trudeau perdió como consecuencia de sus estrechos y públicos nexos con Trump es asunto de reconocimiento general en los círculos progresistas y ahora incluso en algunos medios de información corporativos, muy al pesar de estos últimos. Probablemente la campaña #NoUNSC4Canada proporcionó un impulso adicional al sentimiento anti-Trudeau ya gestado en el contexto de la creciente resistencia mundial a la hipocresía liberal occidental, motivada por cuestiones como el apoyo de Trudeau a Israel y el desdén por los derechos del pueblo palestino.

También se ha observado, y con razón, que el apoyo de Trudeau a Israel fue un factor clave en su derrota. Sin embargo, uno no debe subestimar el factor Venezuela. Trudeau fue víctima de su propia creencia mítica de que “el mundo está en contra de Maduro”. De hecho, basta con señalar al Movimiento de Países No Alineados que agrupa a 120 miembros que reconoce a Maduro. No se debe menospreciar la influencia y la estima de la que gozan Venezuela y sus líderes en el tercer mundo. El expresidente Hugo Chávez es respetado en muchas partes en un grado que Trudeau ni siquiera puede comenzar a imaginar.

En muchos sentidos, Maduro sigue los pasos de su predecesor. Maduro llegó a un acuerdo con Irán para que la nación del Medio Oriente envíe buques de combustible a Venezuela para mitigar un colapso de las operaciones de refinería causado por el endurecimiento de las sanciones punitivas de los Estados Unidos. Desafiando a los estadounidenses, cinco petroleros iraníes llevaron 1,5 millones de barriles de combustible a los puertos venezolanos. El 22 de junio, el embajador de Irán en Venezuela, Hojjatollah Soltani, confirmó la llegada del barco “Golsan” a aguas venezolanas con una carga de alimentos destinados al primer supermercado de la República islámica abierto en Venezuela.

El trabajo diplomático de Venezuela también es notable. Combina hábilmente la defensa revolucionaria de su soberanía fundada en la unión cívico-militar respaldada por un vertiginoso cuerpo de jóvenes diplomáticos que se mueven por los cuatro ángulos del globo. Estos han desarrollado una tradición de lucha en cada foro que la comunidad internacional ofrece y se mantienen firmes contra viento y marea.

Algunas verdades internas adicionales salieron a relucir en un tuit del 17 de junio de Carlos Ron, viceministro de Venezuela de América del Norte. El canciller Jorge Arreaza de Venezuela retuiteó el mensaje:

“Carlos Ron@CarlosJRonVE. No me sorprenden los resultados electorales del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de hoy. Una política exterior servil puede merecer favores de Trump; sin embargo, los pueblos del mundo esperan una voz independiente que defienda la diplomacia, el respeto de la libre determinación y la paz.” 6:54 PM – Junio 17 de 2020.

Para lograr resultados positivos de la derrota electoral de Trudeau ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los canadienses deben exigir un debate público en materia de política exterior. El Canadian Foreign Policy Institute, que inició la petición #NoUNSC4Canada, continúa esta discusión mediante la publicación de artículos en los principales medios de comunicación y la realización de seminarios virtuales durante la pandemia.

Aunque los progresistas pueden estar satisfechos con el resultado de la votación del 17 de junio, es necesario que este rechazo de la política exterior de Trudeau se traduzca en la salida de Canadá del Grupo de Lima, en la rescisión de sus sanciones contra Venezuela y en el ejercicio de presiones sobre Trump para que haga lo mismo.

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