Fuente: https://antimilitaristas.org/Cuestion-no-9-El-ejercito-no-debiera-tener-presencia-en-espacios-educativos-o.html Grup Antimilitarista Tortuga Diciembre 2023
Cuestión nº 9. El ejército no debiera tener presencia en espacios educativos o de ocio infantil con la excusa de que es una profesión más
En este artículo el Grup Antimilitarista Tortuga continúa su labor de desmontar razonadamente las tesis expuestas por el ejército en su panfleto apologético «Las claves del porqué». Argumentaremos, en concreto, contra las ideas exhibidas en su noveno capítulo: «El ejército no debiera tener presencia en espacios educativos o de ocio infantil con la excusa de que es una profesión más», que copiamos íntegro más abajo.
Intentamos comprender y sintetizar el texto para, de este modo, exponer sus principales afirmaciones y rebatirlas:
a/ Las Fuerzas Armadas garantizan la «protección y seguridad» de la sociedad, hecho que les debe enorgullecer. Además, «la carrera de las armas es una de las profesiones menos belicistas», pues sus profesionales conocen «los letales efectos del armamento y las terribles consecuencias de los conflictos armados».
Respuesta: Aquí aún no hablamos ni de ocio ni de escuela, pero estos argumentos, que prácticamente abren y cierran el documento, son prueba de su carácter propagandista.
En anteriores artículos se ha rebatido ese mito de un ejército que nos protege del peligro y la incerteza. Por ello, no nos detendremos demasiado en este punto, pero recordaremos que las políticas belicistas no suelen alejar del centro de la diana ni a los gobiernos que las promueven, ni a los pueblos que las aceptan. Además, recordamos otra vez que hasta la ONU defiende en su Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo un concepto de «seguridad humana» muy alejado de las tesis militaristas.
Más nos llama la atención la desvergonzada afirmación de que la profesión militar es una de las «menos belicistas», ya que quienes la ejercen conocen bien los dañinos efectos de las armas y la guerra. Si bien es cierto que identificar el mal nos puede llevar a evitarlo, no lo es menos que, desgraciadamente, la ética no es la principal motivación de los estados.
Planteamos algunas preguntas a quienes han escrito esta novena parte de «Las claves del porqué»: ¿Por qué son quienes mejor conocen las consecuencias de la violencia quienes más la ejercen? ¿Las organizaciones armadas no occidentales también conocen las secuelas que deja la violencia y, por lo tanto, no son belicistas? ¿Se nos está diciendo que quienes declaran y preparan las guerras desconocen sus efectos porque no participan en ellas?
b/ El ejército se presenta en «espacios educativos o de ocio infantil» no con la intención de reclutar, sino de mostrar una salida laboral más que puede corresponderse con la vocación de algunas personas jóvenes. Además, la similitud entre los currículos de unos estudios militares muy demandados y los de los planes de estudios civiles hacen de las fuerzas armadas una salida profesional lógica para adolescentes y niños. El carácter «social, humanitario y solidario de numerosas misiones y actividades militares» es deudor de las virtudes de la «enseñanza» que ofrecen las instituciones españolas a la población.
Respuesta: A pesar de que el título del artículo diferencia entre espacios «educativos» y «de ocio», se centrará solamente en la relación del ejército con los primeros. Aun así, nos gustaría dejar claro que esta distinción es errónea. En la Grecia clásica scholé era el tiempo libre, el tiempo dedicado al desarrollo de la persona y a la comprensión de la realidad. En ese mundo «escuela» y «ocio» eran la misma cosa. Quizá su separación sea una más entre tantas carencias de las sociedades contemporáneas y, quizá, ni el uno ni la otra puedan ser sin ser la misma cosa.
Por otra parte, tenemos un término que define a la perfección la negación del ocio y, por lo tanto, de la escuela: negocio (neg-ocio). Negocio es, en consecuencia, el tiempo no libre. Deducimos que cuando en esta apología militar se nos habla de «educación» y de «salida profesional», se nos está hablando realmente de negocio.
Podemos buscar en anteriores respuestas de Tortuga argumentos que demuestran que la verdadera función de los ejércitos es consolidar por la fuerza un orden de las cosas que hace muy ricos a algunos y muy pobres a otros. Pero la visión estatal, capitalista y militar del negocio no se muestra en esta cuestión nueve solo de esta forma. También lo hace defendiendo una visión utilitarista de la educación y, por tanto, negadora de la misma. La primera y principal misión de cualquier aventura educativa no debe ser nunca la oferta de salidas laborales, sino el acompañamiento en un proceso interminable de comprensión y cuestionamiento del mundo de forma individual y colectiva.
Una sociedad que emplea sus instituciones académicas para reproducirse de forma acrítica no puede considerarse, en modo alguno, democrática. Primero debemos dudar de nuestras certezas y decidir qué sociedad deseamos construir; después ya trabajaremos (ojalá de forma más ociosa que negociosa) en ella. Pero es este el orden de los términos y, desde luego, es un error ignorar el primero.
Decidir qué mundo queremos implica escuchar, confrontar ideas, argumentar, sentir y, sobre todo, evitar imponer. Reflexione usted sobre si estos valores son compatibles con una estructura jerárquica y militar y con un proceder violento.
Si, como se nos dice, hay tanta similitud entre los planes de estudios civiles y militares españoles, será porque ambos tienen como función lubricar el engranaje social y fomentar el negocio, asesino de la escuela. Quizá por ello los gobiernos europeos promuevan leyes educativas basadas en un mayor desarrollo de competencias laborales y cada vez dejen más arrinconada la filosofía, madre de incertidumbre e inspiradora de sabiduría.
En una verdadera escuela, antes de aceptar cualquier incursión militar, se informaría sobre la participación del ejército en diversas guerras, sobre las consecuencias de estas, sobre los aliados bélicos del estado español y se cuestionaría cualquier forma de actuar, incluidas aquellas inspiradas por la violencia.
Y, recordemos, la escuela, en su sentido más amplio, no es un espacio delimitado por unos muros, sino un tiempo consagrado a la búsqueda de la verdad. Por lo tanto, en ella —por tanto, en nuestra vida— el libre debate sustituiría a esos panegíricos militaristas que contaminan las industrias y los medios de comunicación capitalistas.
Por último, se niega en el documento que el ejército aproveche su presencia en el ámbito educativo para reclutar. Hasta donde somos capaces de entender, reclutar consiste en reunir a gente con un propósito. Se diría que es eso lo que las Fuerzas Armadas pretenden cuando se presentan como una salida profesional en esas ferias educativas en las que, por cierto, se reprime a la disidencia antimilitarista. Usted dirá si este reclutamiento se lleva a cabo por decisión de una sociedad amante del ocio o por la perversión de unas instituciones dependientes del negocio.
CUESTIÓN N.º 9. El Ejército no debiera tener presencia en espacios educativos o de ocio infantil con la excusa de que es una profesión más
Las Fuerzas Armadas deben sentirse orgullosas de servir a la sociedad a la que pertenecen garantizando su protección y seguridad, al igual que lo hacen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) y las policías autonómicas y locales. Los diferentes planes de estudios y de formación laboral de las FF.AA siguen un diseño curricular con los mismos estándares de exigencia que cualquier plan de estudios normalizado en el ámbito civil.
No debe extrañar la presencia de personal militar en los salones de enseñanza que se celebran en las principales ciudades españolas y en los que se informa sobre las posibilidades formativas y salidas profesionales de los diferentes ámbitos académicos. La presencia de público juvenil en los espacios asignados a las FF.AA es nutrida y generalmente muestran un notable interés por la profesión militar. Es necesario que los jóvenes conozcan sus ejércitos y ésta es una excelente oportunidad para descubrir si su vocación profesional va por esta vía.
Las FF.AA ofertan anualmente diversas plazas para optar a cursar los estudios contemplados en sus planes de enseñanza tras cuya finalización se obtiene un empleo militar; se trata de una oferta importante de empleo público por el número de plazas y sus diferentes salidas profesionales. Por todo ello los jóvenes demandan información para conocer las posibilidades, formas de acceso y requisitos necesarios que precisan las diversas trayectorias de formación académica y laboral en los Ejércitos.
Existen corrientes políticas y sociales que niegan a los ejércitos la posibilidad de divulgar su misión en el seno de la sociedad, calificando de provocación la presencia de armas en tales espacios educativos y argumentando que se lleva a cabo un proceso de reclutamiento en el que supuestamente no existe ningún componente pedagógico. De forma demagógica acusan a sus profesionales de militaristas, cuando posiblemente la carrera de las armas es una de las profesiones menos belicistas, conscientes como son los militares de los letales efectos del armamento y las terribles consecuencias de los conflictos armados. Tales consideraciones obvian el componente social, humanitario y solidario de numerosas misiones y actividades militares, para las cuáles se requiere una formación específica que constituye una parte muy relevante en los planes de enseñanza.
Ver también:
0-Las claves de la apuesta por un mundo sin ejércitos. Respuesta al prólogo del argumentario militar.
https://antimilitaristas.org/Las-cl…
Cuestión nº 1. Las inversiones en defensa van en detrimento de las correspondientes a sanidad y educación.
https://antimilitaristas.org/Cuesti…
Cuestión nº 2. La inversión para la adquisición de los nuevos vehículos blindados 8×8 detrae recursos para gasto social.
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Cuestión nº3. Los gastos en armamento y sistemas de defensa en España son inútiles, pues no se emplean en guerras y llegan a ser obsoletos sin haber sido utilizados realmente:
https://antimilitaristas.org/Cuesti…
Cuestión nº4. El gasto militar en España es un gasto absurdo si se forma parte de alguna organización defensiva supranacional:
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Cuestión nº5. Con el importe de un carro de combate Leopardo podrían adquirirse 440 respiradores:
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Cuestión nº6. El ejército no puede vencer pandemias ni evitar catástrofes:
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Cuestión nº7. España no tiene ninguna amenaza directa que la ponga en riesgo de un conflicto que haga necesario tener unas Fuerzas Armadas:
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Cuestión nº 8. Los ejercicios, maniobras y actividades de instrucción militar causan agresiones al medioambiente, contaminan y dañan la flora y la fauna en los campos de tiro y maniobras y zonas de instrucción:
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Cuestión nº 10. El ejército no puede participar en procesiones y otras manifestaciones de carácter religioso:
https://antimilitaristas.org/Cuesti…
Cuestión nº 11. El ejército no es una institución democrática y, por ello, no tiene cabida en una sociedad libre y democrática:
https://antimilitaristas.org/Cuesti…
Cuestión nº 12 (última). La participación militar en la resolución de conflictos, lejos de solucionar el conflicto, genera nuevos problemas: muertos, refugiados, violaciones, etc.: https://antimilitaristas.org/Cuesti…
Hemeroteca de Insumissia: Mentiras para justificar el ejército español (del 1 al 10):
https://antimilitaristas.org/Mentir…