Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2022/08/02/reflexiones-callejeras-a-5-anos-sin-santiago/ 02.08.22
Otro primero de agosto, otro año sin el brujo. A pesar de la resignación generalizada de la sociedad, algunas personas insisten en seguir saliendo a las calles a mantener la memoria rebelde.
Un flyer difundido por redes sociales convoca a una concentración. Rebeldes de distintas partes del territorio dominado por el Estado argentino se fueron acercando al lugar. Como era de esperarse, la policía también se encontraba presente: la tarea estaba bien hecha.
Numerosos efectivos de chaleco celeste rondaban por el lugar caminando, controlando, fisgoneando, preguntando y filmando constantemente. A unas cuadras, motos y camiones celulares esperaban el momento para ganarse su miserable sueldo.
Es curioso evidenciar lo poco que hace falta para poner inquieto al Estado. Un ejército listo para un puñado de —en sus términos— civiles. Sabemos que no es el número lo que les asusta, multitudinarias marchas ocurren diariamente en la ciudad sin montar semejante operativo. Son los pastores de los rebaños los que arreglan de antemano con la policía que nada inesperado ocurra.
La libertad es el crimen que contiene todos los crímenes. Son las convocatorias por fuera de la lógica democrática lo que les asusta, tanto al Estado como a los que aspiran a serlo. Es la asamblea autónoma e impredecible lo que temen.
La asamblea resolvió movilizar por las calles y comenzó a desplazarse. A viva voz se fue gritando que hace 5 años el Estado desapareció y asesinó a Santiago Maldonado. El sepulcral silencio del cemento fue interrumpido por voces que recordaban al Brujo.
El ejército de matones a sueldo del Capital seguía impacientemente los pasos de sus presas, mientras se les gritaba a la cara una verdad que no deja de susurrarse por todo el globo: todo el mundo odia a la policía. La ciudadanía, confundida, callaba y miraba. Tampoco faltaron cómplices que se contagiaron y, con una sonrisa, acompañaron los cánticos.
Cuando el terreno les fue favorable, rodearon a lxs compañerxs y lxs encerraron. Motos, camiones, palos, cascos, radios, celulares, empujones, insultos, amenazas, cámaras, escopetas, fierros, placas. A pesar de todo el espectáculo militar desplegado para intimidar, la unidad y tranquilidad predominó. No se dejó a nadie tiradx.
Comenzaría el registro de todas las personas involucradas. De a poco las irían soltando. No encontraron nada porque nada había: solo la determinación de, aunque sea por un instante, interrumpir la asfixiante normalidad capitalista.
Las redes de cuidado no se hicieron esperar. Rápidamente, la voz corrió entre compañeres: “¿Quiénes están detenides?”, “¿cuántos son?”, “¿dónde están?”, “ahí estamos difundiendo”, “vamos para allá”. Fueron esos actos de cuidados los que lograron que ninguno de lxs detenidxs durmiese esa noche en un calabozo. A pesar de las distintas perspectivas, prevaleció la solidaridad. Sigamos fortaleciendo este aspecto fundamental para nutrir comunidad frente a la maquinaria que la niega.
20 años de pacificación progresista y desmovilización popular nos han oxidado. Hemos perdido la gimnasia callejera. La policía controla la calle. Los Partidos piden permiso para ocuparla. La ciudadanía solo la usa para desplazarse. ¿Qué estamos haciendo para recuperarla?
Desoxidarnos implica crear estrategias colectivas para que el aparto represivo no secuestre personas y si lo hace, que sean las menos posibles, así muchas presionan desde afuera por su liberación. Si tocan a une, nos tocan a todes: «Hay que cuidarse entre todxs», «Qué bien que nos mantuvimos todxs juntxs» se escuchaba mientras liberaban a lxs compañerxs. Eso es lo que tratamos de transmitir. Así es como intentamos vivir, aquí y ahora.
Inspirados en los históricos métodos proletarios por excelencia —cortes de calles/rutas, sabotajes, huelgas, movilizaciones, escraches, asambleas en las plazas, absentismo, desobediencia civil, hurtos al Capital, piquetes, barricadas, graffiti, pegatinas, afichadas, propaganda—, continuamos ejerciendo la memoria activa.
A los agentes represivos que se ganan el sueldo investigando, criminalizando, apretando, espiando, amenazando, persiguiendo, torturando, encarcelando, desapareciendo, asesinando y que leen estas palabras, les recordamos que este territorio tiene historia y más de una vez ha perdido el miedo.
A los corazones ingobernables que siguen insistiendo en la lucha, les enviamos un cálido abrazo. Afirmamos que nada se pierde en este mundo: las gotas de agua, aun siendo invisibles, logran formar el océano. Y a veces, desbordarlo.
Como afirma una de nuestras tantas madres revolucionarias del otro lado de la cordillera, si ellos nos odian, odiémoslos también.
Brujo, hace unas horas tu espíritu de niño —como escribiste— se hizo cuerpo en nosotres. Te seguimos recordando. Te extrañamos. Tus compañerxs.
Si llegaste hasta acá es porque puede ser que te interese nuestra escritura, nuestras inquietudes, nuestras ganas de multiplicar la rebeldía, de promover la autonomía, de fomentar la auto-organización anti-autoritaria. Te invitamos a colaborar para que Gatx Negrx siga siendo una de las tantas voces necesarias para recuperar todo lo que nos han robado: https://periodicogatonegro.wordpress.com/aportes/