
Hoy recordamos a Medgar Evers, asesinado hace 62 años por un supremacista blanco frente a su casa, tras dedicar su vida a la lucha por los derechos civiles. Evers era uno de las cabezas visibles de la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) en Misisipi y un incansable defensor de la justicia racial en una de las zonas más peligrosas del país para un hombre negro comprometido con la lucha antirracista. Su muerte marcó un antes y un después en el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, y hoy honramos su memoria y legado.
Desde muy joven, Evers comprendió las brutales realidades del racismo en el Sur. Nació el 2 de julio de 1925 en Decatur, Misisipi, y sirvió en la Segunda Guerra Mundial en Francia y Alemania, donde combatió por una libertad que le era negada en su propio país. A su regreso, fue testigo de cómo el racismo seguía intacto. En 1946, Evers y su hermano intentaron votar en una elección primaria en Misisipi, pero fueron repelidos a punta de pistola por hombres blancos.
Evers estudió en la Universidad Alcorn y, tras graduarse, se unió al movimiento por los derechos civiles. En 1954, se convirtió en el primer secretario de campo de la NAACP en Misisipi, un cargo que utilizó para organizar boicots, investigar linchamientos y ayudar a estudiantes afroamericanos a inscribirse en universidades segregadas, incluido James Meredith, el primer estudiante negro admitido en la Universidad de Misisipi.

Evers se convirtió en una figura pública nacional, conocido por sus discursos apasionados y su determinación implacable. Pero también era diana de constantes amenazas. El 12 de junio de 1963, tras regresar de una reunión de la NAACP, fue asesinado a tiros frente a su esposa y sus hijos por Byron De La Beckwith, miembro del Consejo de Ciudadanos Blancos, un grupo abiertamente racista. Aunque fue juzgado dos veces en la década de 1960, ambos juicios, con jurados exclusivamente blancos, terminaron sin llegar a un veredicto. No fue hasta 1994 que Beckwith fue condenado por asesinato y sentenciado a cadena perpetua.

La muerte de Evers galvanizó al movimiento por los derechos civiles. Miles asistieron a su funeral, y su legado quedó grabado en la conciencia del país. Su vida y asesinato inspiraron canciones como “Only a Pawn in Their Game” de Bob Dylan y películas como “Ghosts of Mississippi”. Su esposa, Myrlie Evers, continuó la lucha por los derechos civiles durante décadas.
Hoy, 12 de junio, rendimos homenaje a Medgar Evers como un símbolo de coraje, dignidad y entrega absoluta a la justicia. Fue enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington, como excombatiente y héroe de guerra que era. Su lucha continúa.
Redacción Afroféminas
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