
La pasividad y complicidad de lxs liberales y socialdemócratas del Norte Global ha allanado el camino para el ascenso mundial de la extrema derecha actual.
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Samar Abu Elouf (Palestina), Mahmoud Ajjour, Aged Nine [Mahmoud Ajjour, de nueve años], 2025.
Queridas amigas y amigos,
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
El 12 de agosto, Samar Abu Elouf, ganadora del premio World Press Photo of the Year 2025 [Fotografía de Prensa Mundial del Año 2025] por la imagen de arriba, publicó en su cuenta de Instagram que Sami Shukour, amigo cercano de su hijo, había sido asesinado mientras “iba a buscar harina para alimentarse y alimentar a su familia”. Samar había tomado las fotos de graduación de Sami justo antes de que comenzara el genocidio en octubre de 2023. La familia de Sami es dueña de una de las empresas más famosas de Palestina, que elaboraba halawa con tahini. “De las mejores de Gaza”, escribió Samar. Y añadió que Sami, “fue asesinado bajo una lluvia de balas. El sonido era aterrador… No somos solo números, cada unx de nosotrxs es una historia”.
Hemos iniciado el último cuatrimestre de 2025, y los días galopan rápidamente hacia otro año. La imagen de ser perseguidos por caballos no es casual, ya que no se trata de los caballos salvajes cuya belleza deslumbra el paisaje de la pradera, sino de los caballos del apocalipsis. Hacia donde miremos, se percibe el olor de la extrema derecha actual a las puertas del poder, sus líderes montando sus caballos a todo galope. Ninguno de estos líderes tiene un programa para resolver nuestras crisis. Más bien, las rocían con combustible, avivando las llamas del infierno para que ardan más rápido y con mayor intensidad. Niegan la existencia del cambio climático y la importancia de la dignidad humana. Quieren profundizar la austeridad y fomentar la guerra. Promueven la irracionalidad y la asfixia social.
En todo el mundo, las personas con conciencia se horrorizan ante el ascenso de esta extrema derecha y su capacidad de seducción sobre amplios sectores de nuestras sociedades. En el Instituto Tricontinental de Investigación Social hemos estudiado el crecimiento de esta extrema derecha. Hemos examinado cómo su base política se arraiga en la atomización de la sociedad, en el crecimiento de instituciones y grupos que favorecen su orientación política –como las nuevas formas de comunidades religiosas y las economías informales– y en el colapso de las organizaciones de clase en comunidades trabajadoras y campesinas. Parte de nuestra conclusión es que el derrumbe político de socialdemócratas y liberales, a raíz de su adopción de políticas neoliberales de austeridad, ha creado las condiciones para la base de masas de la extrema derecha. Sin reconocer este hecho, y sin una renovación de su agenda previa al neoliberalismo, no podemos esperar que socialdemócratas y liberales sean aliadxs relevantes en la lucha contra la extrema derecha actual.
Ante el fracaso de los socialdemócratas y liberales de todo el mundo para llevar a cabo este tipo de renovación y la incapacidad de los liberales del Norte Global en particular para dejar de apoyar el genocidio israelí contra el pueblo palestino, he escrito una “carta”, que comparto a continuación, dirigida a quienes siguen comprometidos con estas fuerzas sociales. Va dirigida a socialdemócratas y liberales, a personas que se sientan en partidos que llevan nombres que ellos mismos deshonran, Labour [Partido Laborista] (en el Reino Unido), Green [Verdes] (en Alemania), Democratic [Demócrata] (en Estados Unidos) y Liberal (en Japón).
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Lobsang Durney (Chile), Brexit Consequences [Consecuencias del Brexit], 2019.
Ustedes han renunciado a la limitada función “neutral” que el Estado mantenía en la lucha de clases entre capitalistas y trabajadorxs. Hoy la oligarquía es quien dirige el Estado: las regulaciones se han reducido al mínimo y los derechos de lxs trabajadorxs se han reducido casi a cero.
Ustedes han visto cómo la oligarquía ha incendiado la sociedad, desmantelando las antiguas fábricas, enviando las máquinas a países donde la mano de obra es más barata y especulando con los terrenos de las fábricas para obtener ganancias. No quedan puestos de trabajo en este erial, solo empleos serviles para atender los caprichos de la oligarquía y empleos “uberizados” para prestarse unos a otros servicios de calidad mediocre.
Ustedes han presionado a ese Estado comprometido para que reduzca impuestos y recorte los servicios sociales, justo cuando aumentaban el desempleo y la pobreza. Las viejas ideas liberales de ayudar a las personas menos favorecidas se han disuelto en el ácido del individualismo y de la ambición personal. El dinero que antes se destinaba al bienestar social se ha evaporado en los mercados financieros, destinado a la carrera de los oligarcas por quien será el primer trillonario. Lo que antes se reciclaba a través del sistema tributario ahora está atrapado en los mercados financieros, que parecen casinos, donde el bullicio y alboroto de lxs ricxs esconden los lamentos de la pobreza.
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Anurendra Jegadeva (Malasia), On the Way to the Airport [De camino al aeropuerto], 2017.
Ustedes han alentado al Estado a reforzar su perverso apego a los mercaderes de armas y de sus mercancías. Las armas devoran los compromisos con la sociedad, rompen los vínculos que el Estado moderno había prometido a su ciudadanía. Hay familias en las calles mendigando comida, y muy por encima de ellas, en los directorios, con el dinero del pueblo se cierran sucios negocios con las empresas de armas. Los valores de un pueblo no están en sus constituciones, ya vaciadas de contenido, sino en sus presupuestos, tan desviados hacia las armas que casi nada queda para el bienestar social.
Ustedes han permitido el crecimiento de una cultura de la crueldad: el comportamiento monstruoso de la policía contra la ciudadanía, de los hombres enfurecidos contra las mujeres, del sabueso del hambre contra el grito del estómago vacío. Todo esto se ha vuelto normal: es la naturaleza de la civilización moderna. Ustedes lo han alentado. Ustedes lo han autorizado. Ustedes se han escondido detrás de sus actitudes sociales, de su liberalismo hacia este o aquel comportamiento social, de su ocasional aparición en una Marcha del Orgullo o en una caminata por el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, no les importa el hombre gay que muere de VIH/sida sin acceso a medicamentos, ni la mujer que no tiene un refugio al cual acudir con sus hijxs cuando su hogar se ha vuelto insoportable.
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Dana Al Rashid (Kuwait), On the Demolition of al-Sawaber [Sobre la demolición de al-Sawaber], 2020.
Su liberalismo ha colapsado. No hay filósofxs liberales que no sean meramente analíticxs, con su brújula moral atrapada en un debate académico que tiene poca relevancia para este mundo. Sus pensadorxs están hechos para la televisión. La base de maquillaje en su rostro está diseñada para evitar que la luz les ilumine, pero también para impedir que la luz de la razón salga de sus bocas. Su liberalismo es publicidad, no filosofía.
La cultura del fascismo clásico era una cultura muerta. Era una cultura de falsa gloria y violencia genuina. Rompía de verdad con la cultura liberal que le precedía, y también con la cultura de la clase trabajadora y el campesinado, que se había fortalecido tras décadas de lucha y construcción institucional. La cultura de la extrema derecha actual, en cambio, es una refracción de la cultura neoliberal. No tiene cultura propia. Es una réplica, un espejo roto de fantasías y deseos neoliberales, una inflación del deseo. Trump no es Hitler, sino el anfitrión del programa The Celebrity Apprentice [El aprendiz: celebridades], cuyo eslogan era: “¡Estás despedidx!”.
El Norte Global, epicentro de la extrema derecha actual, está impregnado de decadencia y peligro. De él no emana ninguna nueva filosofía. No tiene intelectuales que lo lideren, ni siquiera del tipo de los intelectuales nazis como Ernst Krieck, Martin Heidegger o Carl Schmitt. Es peligroso porque comanda un ejército que tiene la capacidad de destruir el mundo: cerca del 80% del gasto militar mundial lo realiza el Norte Global y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con Estados Unidos en posesión de más de 900 bases militares, incluidas muchas en suelo europeo.
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Francisco Vidal Jr. (Angola), Sin título, 1996.
La conducción política de liberales y socialdemócratas del Norte Global es una falsa esperanza. Debemos buscar liderazgo en nosotrxs mismxs, en nuestras propias tradiciones y movimientos. Luchamos por devolver vitalidad a nuestras culturas, por profundizar nuestras teorías y filosofías, por encontrar referencias entre nuestrxs propixs pensadorxs. Esta es una lucha más profunda que la meramente electoral. Debemos fortalecer nuestra confianza para rechazar la vana gloria nacional y las ropas prestadas que nos llegan del liberalismo desgastado del Norte Global. La extrema derecha actual es aterradora, pero no es más que un giro de la perilla más terrible respecto de lxs liberales tecnocráticxs y lxs verdes belicistas, quienes prefieren gastar más en ejércitos y en pagos de deuda que en las necesidades de la humanidad.
Cordialmente,
Vijay
