Fuente: https://www.sinpermiso.info/textos/que-mal-todos-la-crisis-de-badalona-explicada-desde-el-independentismo-de-izquierdas Mireia Vehí 17/05/2020 ¿Qué mal todo(s)? La crisis de Badalona explicada desde el independentismo de izquierdas
En Badalona tras las elecciones del pasado mayo gobernaba PSC con el apoyo de Guanyem Badalona – candidatura de izquierdas e independentista -, ERC y Badalona en Comú Podem – el formato local de los Comunes -. El alcalde, con 10 meses de mala gestión a las espaldas, dimite por abuso de alcohol y por escándalo con los Mossos d’Esquadra en pleno confinamiento y se abre el proceso de escoger nuevo gobierno. La candidatura de Dolors Sabater, que en la negociación post elecciones cede la alcaldía al PSC a pesar de ser la lista más votada después del PP, esta vez y viendo los resultados, se posiciona como la alternativa a Albiol. Hasta aquí, todo sigue el curso normal de cualquier dinámica electoral. Pero el PSC, que tras el escándalo continúa funcionando como si fuera el principal partido de la oposición, hace un giro de guion a última hora. Quiere una alcaldía compartida y quiere que Guanyem renuncie a que sus asambleas validen un acuerdo de Gobierno. Guanyem considera inadmisible someterse al chantaje last time de un partido que trata Badalona como un peón más de su batalla por el poder. Lamentablemente, el PSC, y a diferencia de años atrás y de una historia política alternativa, está a órdenes estrictas del PSOE; y que gobierne la versión del Partido Popular más reaccionaria, no se analiza como un hecho que tenga que ver tanto con las políticas concretas que se harán en el municipio, sino como una táctica para conseguir que la ciudad no esté en manos de una candidatura republicana y de izquierdas. Y la guinda del pastel: en el pleno municipal, la facción local de los comunes – así como la de ERC en disonancia con su ejecutiva nacional que sale a desmentir al concejal -, acusan a Guanyem de egoísmo y personalismo. Incluso llegan a pedir a Dolors Sabater que dimita para facilitar las negociaciones con el PSC. Y en Badalona, en vez de tener una alcaldesa con voluntad de trabajar para una ciudad plural y transformadora, con un proyecto que ya ha gobernado la ciudad con valentía, y con mirada independentista y de izquierdas, es alcalde un personaje como Albiol, de lo más reaccionario que tiene el Partido Popular.
Y de lo que sin duda es una mala noticia, las principales voces de izquierdas referenciadas en la política madrileña – vivan en Madrid o en Barcelona -, lo explican como una batalla irresponsable entre las izquierdas. Y ante tal distancia en la interpretación de los hechos, se me ocurren dos posibilidades: o bien somos dos países muy distintos, o bien hay lecturas con intereses que van más allá de la situación concreta de Badalona.
En primer lugar, Badalona para el PSC y para el PP, ha sido una jugada vinculada a la cuestión de Estado. Una pieza más en un tablero protagonizado por burócratas de traje gris, señores profesionales, aquellos que no tienen cuentas de Twitter ni se dejan ver en las tertulias, y que gestionan su partido como si de una empresa de seguros se tratara: cuentan la cantidad de pólizas vendidas.
En segundo lugar, la izquierda que no entendemos como independentista o aquella que funciona como una sucursal de la madrileña, actúa como lo hace en el Congreso: tratando al PSOE como el partido al que hay que contentar si se quiere mandar. ¿Cómo es posible que se defienda que Dolors dimita con lo que se jugaba en Badalona? ¿Cómo se llega a defender al PSC tras el escándalo del alcalde anterior? ¿Cómo se justifica que se llame egoísta a la gente de Guanyem por querer gobernar siendo su candidatura la fuerza alternativa más votada? ¿Se imaginan ustedes que Pablo Iglesias le exigiera a Pedro Sánchez que se partan la presidencia o no hay gobierno?
En tercer lugar, Badalona es una cuestión de Estado más allá de los dos grandes partidos del régimen, porque en la famosa descripción casi colona de lo que es Catalunya, no encaja que, en una ciudad del área metropolitana de Barcelona, concretamente la cuarta más poblada de Catalunya, gobierne la izquierda independentista. Y para desmontar los mitos setenteros de un país dividido entre el área metropolitana y las comarcas de Girona, clarificar que en Badalona durante el octubre del 2017 la alcaldía la tenía Guanyem, candidatura descaradamente republicana.
¿Cómo puede ser que el cinturón que se necesita como obrero y español en un relato de progreso, aquél que es de izquierdas, internacionalista y sin patria – pero con rey -, que sufre al sectarismo independentista, y que ha levantado Catalunya a pesar del resto de catalanes, esté gobernado por una mujer de origen obrero, de izquierdas e independentista?
Camaradas, un poco más de matiz, o de voluntad de entendernos. No para fundar una nueva unidad estrambótica de izquierdas que hace demasiado que no se escuchan, sino para estar a la altura de la gente. Mientras en el barrio de Salamanca los que tienen clarísimo a qué clase pertenecen se pasean con impunidad, los mismos que en Barcelona van de la mano de Societat Civil Catalana y se reúnen en la Plaza Artós, entre nosotras se debería de esperar un relato mínimamente considerado. Añadir que Societat Civil Catalana crece con el amparo no sólo del PP, Ciudadanos y Vox, sino también del PSC. Vicisitudes del Procés.
Mano tendida, siempre y por obligación, de momento quien gana es la internacional del capital. Pero hagámoslo desde el respeto de considerar que al otro lado hay gente que piensa o, por lo menos, que defiende proyectos políticos coherentes con su ecosistema, su forma de entender la política institucional y su proyecto de país.
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