¿Qué hay tras la reciente visita del presidente de Egipto a Türkiye?

Hisham Wannous

Los dos países se ven obligados a reajustar la brújula de sus relaciones políticas y superar sus contradicciones, para poder enfrentar los fuertes vientos que soplan desde Occidente. Foto: Gobierno turco

En el actual escenario de constantes cambios en Oriente Medio, la reciente visita del presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi a Ankara, abre una grieta en el muro de tensiones que ensombrece desde hace más de una década las relaciones entre Egipto y Türkiye.

El encuentro, que tuvo lugar entre los dos mandatarios de Egipto y Türkiye, no es una reunión oficial pasajera, sino más bien una escena que refleja cambios más profundos en la política; que revelan una nueva realidad regida por intereses comunes, que ni El Cairo ni Ankara pueden ignorar.

Una realidad en la que los dos países se ven obligados a reajustar la brújula de sus relaciones políticas y superar sus contradicciones, para poder enfrentar los fuertes vientos que soplan desde Occidente y traen consigo proyectos que no tienen otro objetivo sino profundizar el caos híbrido generalizado en la región.

La visita del presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi a Türkiye alberga implicaciones políticas y económicas muy importantes, especialmente a la luz de la firma entre los dos países de múltiples acuerdos que reflejan nuevas tendencias en las relaciones bilaterales, a saber que los acuerdos firmados incluyeron las áreas de comercio, inversión, energía e infraestructura, y marcaron el inicio de una nueva fase de cooperación económica entre ambas naciones.

Para poder entender con profundidad esta visita, hay que situarla en el contexto de los actuales cambios regionales e internacionales en los que los intereses de los dos países se entrelazan, desde el expediente palestino hasta la situación en África, donde encontramos que El Cairo y Ankara se mueven en un escenario en el que se cruzan sus prioridades estratégicas.

Por ejemplo: Türkiye busca fortalecer su influencia en África, donde pretende incrementar su notable expansión económica, marcada por un volumen de comercio entre ambas partes que ascendió a más de 40 mil millones de dólares en 2022, y por ello, una delegación turca de alto rango encabezada por el Ministro de Asuntos Exteriores y el Ministro de Defensa rubricó numerosos acuerdos de cooperación con Níger en la visita que realizó a este país en julio de 2024.

Al mismo tiempo, África goza de gran importancia en la política exterior egipcia, por ser un escenario de acción vinculado a cuestiones importantes, algunas de las cuales son existenciales para Egipto, tanto como la cuestión de la seguridad hídrica nacional egipcia, estrechamente vinculada a la Cuenca del Nilo, Etiopía y Sudán.

Mientras el expediente palestino, sobre todo después de la operación denominada «Diluvio de Al-Aqsa», figura entre las prioridades de ambos países, que despliegan ingentes esfuerzos en la mediación encaminada a alcanzar soluciones pacíficas y a restablecer la estabilidad en la región.

Lo antes expuesto indica que esta visita se produce como parte del interés de El Cairo y Ankara en adoptar la política «cero problemas» con los países vecinos, y esta estrategia parece ser la más racional a la luz del estado de inestabilidad que vive la región, pues tanto en Medio Oriente como en el Norte de África, los crecientes desafíos económicos y de seguridad implican la adopción de una política pragmática que se centre en los intereses comunes, en lugar de la involucración en los conflictos usuales de la zona.

Lo más importante que hay que tener en cuenta es que Egipto, como uno de los países árabes más influyentes en la arena regional, figura actualmente entre los principales blancos de los planes desestabilizadores de Estados Unidos y Occidente, ya que la desestabilización de Egipto resulta clave para el éxito del plan estadounidense de elevar al máximo la tensión de la región, aprovechando el actual acontecer en Gaza, razón por la cual el hecho de superar los desacuerdos entre las grandes potencias regionales reviste de gran importancia, ya que supone un duro revés al proyecto estadounidense de generar un caos híbrido e integral que amenaza a toda la región.

Por último, Egipto y Türkiye han experimentado muchos desacuerdos impulsados por Estados Unidos y otros países occidentales. Desacuerdos que van en contra de sus intereses y ambiciones y por ello era imprescindible realizar esta visita para marcar el inicio de una nueva fase en las relaciones bilaterales entre ambas naciones, lejos de la negativa injerencia de Washington, que está a punto de perder su influencia en la región.

*Corresponsal de teleSUR en Siria

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