Carlos Aznarez
La lucha decolonial en Puerto Rico es todos los días. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y hasta en los sueños, luchar por nuestra liberación.
Tito Román Rivera es un excelente documentalista y rapero puertorriqueño que anda de gira por Latinoamérica presentando su último trabajo cinematográfico. Se trata de “Psiquis, un giro decolonial”. Dicha producción tiene como propósito interiorizar a los espectadores, respecto del indiscutible impacto psicológico que ha tenido el colonialismo español en el pueblo puertorriqueño. Se mencionan los traumas experimentados tras la colonización y la mentalidad construida por el mismo suceso.
Con Román Rivera dialogamos en Buenos Aires sobre decolionalidad y también de las posibilidades que tiene la lucha independentista en Puerto Rico.
–¿Qué significa la lucha decolonial en Puerto Rico?
-La lucha decolonial en Puerto Rico es todos los días. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y hasta en los sueños, luchar por nuestra liberación. Sobre todo entender que es un proceso colectivo pero a la vez es individual. Son conversaciones que se están proponiendo para nosotros entender que el cambio que queremos para nuestro país empieza con nosotros mismos. Y el entendimiento de que la mayoría de los problemas y los traumas que vivimos como país viene de esa experiencia colonial que ha sido desde el primer momento hasta el presente una situación violenta. Nos viene desde afuera, en colaboración también con algunos de adentro que se prestan para el juego porque se benefician de ese juego de la colonización y de la explotación de nuestro pueblo.
–Puerto Rico tiene una característica en este tema de lo colonial bastante singular. Por un lado, más de un siglo de presencia norteamericana; no solamente física, sino también en la cabeza de la gente. Pero también está la otra herencia colonial, la española; que muchos asumen como una posibilidad de enfrentamiento con esta nueva colonización. ¿Cómo lo vivís vos a eso?
-Sí, en nuestro documental presentamos ese asunto, porque continúa muy presente. Y los símbolos son sumamente importantes para los seres humanos. Y en nuestro caso todavía se les rinde tributo a los símbolos del colonialismo español y también al actual, al norteamericano. Pero tocando el punto de ese colonialismo español que fue muy violento contra nuestros ancestros, podemos hablar de los primeros pobladores de Borinquen. De ahí que viene la palabra “boricua”, de Borinquén, que es el nombre que tenía Puerto Rico antes de su proceso de colonización y es el nombre que le pusieron nuestros ancestros, los taínos. Desde ese momento se estableció un proceso muy violento contra los primeros habitantes; y hoy día se les rinde tributo a los que gestaron ese proceso de decolonización. Por ejemplo, en el documental presentamos una confrontación de ideas que se da sobre la figura de Juan Ponce de León, que fue el primer gobernante impuesto desde la Corona Española. La estatua de Juan Ponce de León fue derribada en el Río San Juan ante la llegada del rey de España, que venía a visitar a Puerto Rico; y el pueblo gestionó esa manifestación donde le envía un mensaje muy contundente de rechazo a los símbolos de ese colonialismo que nos hizo tanto daño y que todavía hoy persiste de una manera u otra. Entonces, en el giro decolonial, lo que estamos proponiendo es cambiar esa mentalidad, cambiar esa visión. Y que en vez de que esos sean los símbolos que admiramos y que respetamos, como el símbolo de un tirano, una persona que fue el responsable de la masacre de nuestros pueblos originarios como fue Ponce de León, y de la explotación de nuestra riqueza. En vez de que sea admirado, sea aplaudido y sea recordado como un héroe tenemos que bajarlo del pedestal y poner ahí a los y las representantes de lo que fue la Resistencia en ese momento histórico, que fueron nuestros indios y nuestras indias taínas. En el caso del documental, representamos eso con la figura de Guaybanal Bravo, que fue un cacique que decidió enfrentar todo ese proceso de conquista, de colonización inicial que impusieron los españoles en el archipiélago antillano de Borinquén. Entonces, por ahí va la conversación, abriendo un entendimiento para lo que debe ser el futuro de Puerto Rico; que en vez de nosotros seguir relatando una historia donde le rendimos tributo a los colonizadores y donde aplaudimos ese supuesto proceso de civilización al que nos llevaron, tratar de que sea cambiado por una nueva perspectiva, un nuevo entendimiento de cómo debe ser la historia verdadera; que se cuente lo que verdaderamente hicieron los taínos que fue luchar, organizarse y rebelarse contra ese proceso de colonización y rescatar todas las aportaciones que hicieron nuestros ancestros con su propia civilización que ya existía ahí.
–Todo lo que me estás diciendo puede ser aplicado tranquilamente en cualquier país de Latinoamérica, y te diría que también en Europa. Por ejemplo, en el País Vasco, en Irlanda se da esta misma lucha. Y hay algo que en el tema decolonial pesa mucho, que es la lengua. Es decir, qué lengua hablamos y como nos han secuestrado nuestras propias señales de identidad, las lenguas de los pueblos originarios. En el caso de Puerto Rico esta competencia entre el español de Castilla y el inglés norteamericano, pesa mucho. En ese sentido, suele escucharse, hablando con portorriqueños, que dicen: “¡yo reivindico mi lengua española!”. Eso también trae una confusión, claro. La lengua real de Puerto Rico es la de los taínos, la de los pueblos originarios.
-Qué bueno que traes ese tema. Algo que he aprendido en estas giras que estoy dando por América Latina es como también -por ejemplo- los movimientos de la diáspora africana, los movimientos afro de distintos países. afro colombiano, afro peruano o afro argentinos, están tomando una decisión los jóvenes que están en esas luchas, de querer aprender lenguas africanas y volver a sus raíces a través del idioma. Entonces habría que ver como nosotros en nuestra lucha del giro decolonial empezamos también a rescatar cada vez más esas palabras de nuestros ancestros taínos, y también de nuestros ancestros y ancestras africanas que forman parte de nuestra historia y de nuestra identidad. Somos un pueblo que tiene distintas raíces. No es que somos taínos y descendientes de españoles nada más, no, somos también africanos. En ese sentido, tendríamos la tarea nosotros también -ya que nos despojaron de esos idiomas y ahora estamos hablando en español, que fue el idioma impuesto por esa corona española- de empezar a hacer un rescate de esos idiomas que se perdieron de nuestros ancestros taínos, el arauaco, por ejemplo. Y también, por qué no, revisar también sobre esos dialectos, esas lenguas, esos idiomas africanos que formaron parte de la construcción de nuestra identidad y así enriquecer este proceso histórico que ahora estamos como dando un reversazo positivo en el sentido de volver a nuestras raíces que han sido despojadas y que de alguna manera nos han querido seguir engañando. Porque nos imponen estos héroes en las estatuas y en los libros de las escuelas donde nos van educando. Y toda la narrativa va dirigida a seguir endiosando a esa corona española. Como cuando nos visita un supuesto rey de España, ¡por favor! Cómo estamos haciendo eso, en pleno siglo XXI, todavía rindiéndole tributo a reyes, cuando ya la monarquía debería haber desaparecido. Pero va por ahí el camino, por ahí la conversación. Ciertamente, el español en un momento dado para el pueblo puertorriqueño, representó resistencia, porque el norteamericano trató de imponer el inglés cuando llegó; y el hecho de que yo te esté hablando en español ahora mismo, representa una victoria frente a lo que fue la colonización norteamericana, que en esos primeros treinta años trataron de hacer un lavado completo de nuestra identidad hispano parlante, de nuestra identidad latina. Si el pueblo portorriqueño no hubiera resistido eso, quizás esta entrevista me la tendrías que hacer en inglés. Pero nosotros lo resistimos. Entonces el análisis no es tan simple. Hay que profundizarlo en el contexto histórico. Sí en un momento dado para los puertorriqueños hablar el español representó una resistencia. Ahora tenemos que ver esto como una herramienta de comunicación. Yo soy partidario de que debemos aprender todos los idiomas posibles: inglés, español, francés, portugués, todo lo que podamos aprender. Las neuroplasticidades de las cuales también hablamos en nuestro documental, las capacidades que tiene nuestro cerebro, nos permite hacer eso con la repetición y la práctica, y el interés de aprender cualquier cosa hace que tú lo puedas lograr. Así que tenemos esa tarea de rescatar esos lenguajes que se perdieron pero que están ahí, que no desaparecieron por completo y es posible rescatarles.
–Vamos a tu documental: ¿cómo surge la idea de que vos seas la guía fundamental? Porque es una biografía tuya poniendo el cuerpo. Y vaya que lo pones, porque además sos un activista, un militante social y político. ¿Cómo surge esa idea de que vos seas el relator y además cómo cae entre tu gente cuando muestras el documental allí en Puerto Rico?
-Si, poniendo la mente y la experiencia, poniendo el corazón y el cuerpo. Realmente ha sido un proceso que fue llegando poco a poco en la realización del documental hasta que ya tomé la decisión en meterme de lleno como protagonista en esta narrativa. En el documental nuestro del antillano yo estoy completamente afuera presentando la historia de Ramón Emeterio Betances, el padre de la patria. Y ya al final del documental empezamos a entrar en el despegue del pueblo portorriqueño, que no conoce su propia historia. Y cuando usted ve “El Antillano” se puede percatar que se presenta en la actualidad un problema colonial, de que hay un pueblo que no conoce su propia historia; pero no es porque no tengamos capacidad de aprenderla, sino porque ha habido un plan para enajenarnos de nuestra propia historia para controlarnos. Y hay que romper con eso. Después hago un trabajo de solidaridad latinoamericana; y voy a México, donde hacemos el documental sobre los 43 estudiantes que fueron desaparecidos en el año 2014 en el estado de Guerrero. Ahí empecé a introducir mi voz de una manera más disfrazada, a través de la poesía y las metáforas de la poesía que van hilvanando ese documental. Ya en el tercer documental es que me digo: “Tengo que formar parte de lo que es este análisis, porque yo mismo empecé a través de las lecturas con Frantz Fanon”. Fanon es un personaje que debemos rescatar y reconocer, un gran pensador de nuestro Caribe, que hizo grandes aportaciones al pensamiento de la humanidad. Cuando leo Fanon, lo hago con “Piel Negra, Máscara Blanca”, que es su primer texto, uno de los más importantes, y luego está “Los Condenados de la Tierra”. Cuando me introduzco en ambos libros me reconozco en ellos. Me digo, qué impresionante que esta persona escribió esto en los años ’60 y que todavía esto está vigente! Dije este proyecto es como un autoanálisis de lo que es mi psicología y de lo que es mi mentalidad. Que mejor manera para yo abrir una conversación con el pueblo portorriqueño que no sea desde mi propia experiencia como una persona que viene de las clases marginadas, de las clases trabajadoras más oprimidas de Puerto Rico; que venimos de los caseríos, de los barrios, y que logramos por suerte de la vida acceder a la universidad y ahí pudimos conversar con otras personas que tenían otros pensamientos y lograron abrirme la mente y transformarme en otras conversaciones. ¿Por qué no contar ese proceso que tuve yo de entrar en la universidad e involucrarme en luchas tan importantes como la lucha de Vieques, que fue un renacimiento para nuestra lucha por la liberación? Fue un acontecimiento victorioso, en el cual pudimos derrotar al ejército más poderoso que es el de los EE.UU., con desobediencia civil, con lucha combativa; porque tiramos piedras y se prendió fuego también.
Hubo un sabotaje, pero sobre todo hubo mucha astucia, mucha inteligencia y mucho nacimiento.
-Varios de los jóvenes de esta generación a la cual yo pertenezco nacimos de esa lucha de Vieques. Yo entendía que tenía que relatar ese proceso, que es el de un nuevo Puerto Rico que en los últimos veinte años ha tenido un gran despertar y no se ha detenido. Y esa es la programación constante que hago para mí, para no sentirme y no sentirnos derrotados. Eso es lo que quiere el enemigo, que tengamos pesimismo y que creamos que no es posible la victoria. Pero sí, nos ha tocado vivir la victoria del pueblo de Vieques, de donde expulsamos a la Marina. Me tocó vivir la victoria de que logramos la excarcelación de todos nuestros prisioneros políticos, que fueron muchos; pero que, por ejemplo, la figura de Carlos Rivera representa el rescatar por parte del pueblo a los que han luchado por él. Y ahora mismo, también participamos de lo que fue sacar un gobernante por primera vez: el pueblo portorriqueño tumba a un gobernante en la calle. Eso era impensable. Hemos vivido victorias contundentes, ¿por qué no hemos podido lograr lo que nos falta, que es la liberación nacional y la independencia?
–Tú dices en la película, que tienes que hacer un proceso decolonial, y lo vas logrando en la medida que vas descubriendo que también estás contaminado por el machismo y supongo, que no tanto por el racismo. Pero a veces nos contaminan y ni nos damos cuenta que a pesar de tener ideologías revolucionarias, sufrimos la introducción de ideas vinculadas a la derecha en cuanto a procedimientos y actitudes.
-Es el proceso de nosotros limpiarnos de la basura colonial que nos ha sido impuesta desde que nacimos y desde antes de nacer, porque también se la aplicó a nuestros ancestros, a nuestros abuelos, nuestras abuelas, nuestros papás, nuestras mamás, nuestros vecinos, nuestras vecinas, nuestros maestros, nuestras maestras, anuestros gobernantes. Estamos todos metidos en ese relleno que es contaminante, porque es la sociedad donde vivimos. Entonces, cuando nosotros decidimos luchar para revertir todo eso, la lucha debe empezar mirándonos a nosotros mismos.
-¿Qué de eso que yo estoy señalando habita en mí, y cómo yo me puedo empezar a despojar de eso? Y ese proceso de despojarte toma un tiempo. Porque han sido muchos los años de programación a la que tú has sido sometido. Entonces el proceso de análisis y reflexión es uno muy profundo, y toma tiempo. Y creo que lo más importante es reconocer que ese trauma está ahí, y empezar a trabajar todos los días por la nueva construcción de ese nuevo ser. Yo me siento satisfecho como me siento ahora mismo, como soy ahora mismo. Hoy que te estoy hablando aquí ,de frente; me siento muy contento con la transformación que he tenido. Pero reconozco todos los días que me levanto que me falta mucho camino por recorrer. Y creo que es hermoso desarrollar esa lucha también, porque son muchas las luchas que tenemos que dar. Y ciertamente si hoy nos levantamos y vamos camino a una protesta, vamos hacia ella desarrollando una lucha. En el caso de ustedes, ahora están desarrollando luchas importantes contra un gobierno neofascista. Y ciertamente, ustedes pueden salir a esa lucha. Pero cuando vuelven de esa marcha y te levantas al otro día tienes que dar otras luchas. Y la lucha más importante que tienes que dar es la de revisar cómo está siendo tu conducta, cómo te estás comunicando con tu compañera, o con el resto de las personas; cuándo estás ejecutando una violencia, por qué razón estás ejecutando esa tarea, de dónde viene, a qué responde. Creo que rescatar el pensamiento y el análisis de Frantz Fanon es muy útil porque él habla de esa violencia. Él habla de cómo muchas veces el oprimido y los colonizados dispersan esa violencia hacia sus pares porque no consiguen la manera de organizarse para derribar ese sistema opresivo que es el que los está impulsando hacia esa violencia sin sentido. Entonces, es complejo, no es como que me levanté, me limpié los dientes y ya no soy machista, o como que me levanté, me tomé un bañito y ya no soy racista. Hay que estudiar todo: nuestros pensamientos, cómo reaccionamos en el día a día; y entonces ahí va a haber una transformación que tomará un tiempo, pero se va a dar. Y que sobre todo vamos a entender cómo trabajar con las nuevas generaciones que vienen subiendo; vamos a ser más responsables.
–¿Cómo ves el actual momento del independentismo puertorriqueño? Sabemos que hay muchas fracturas, sabemos que hay historias cómo las que has relatado. Como que siempre falta algo, para plasmar esa unidad necesaria para enfrentar un enemigo tan difícil como es el imperialismo norteamericano, que ustedes viven a diario.
-Me atrevería a decir que está en uno de los mejores momentos de los últimos 50 años. Claro que siempre van a haber visiones diferentes sobre cómo se tienen que hacer las cosas, o cuáles son los caminos que se tienen que recorrer. Pero creo que el independentismo está en un mejor momento, en que hay posibilidad de entendimiento y de respeto; que no necesariamente tenemos que luchar de la misma manera para alcanzar el mismo objetivo y nos podemos respetar en esas diferencias. Pero podemos encontrar oportunidades para unirnos y adelantar propósitos. Estamos en un año electoral, y nunca antes había visto la posibilidad de que un candidato representante del Partido Independentista Puertorriqueño tuviera la posibilidad de ganar unas elecciones. Entonces eso es algo histórico, algo que estamos viviendo y es parte de ese proceso del cual te estaba señalando anteriormente. Venimos de un proceso de unidad, que fue el proceso de la lucha de Vieques, donde todo el independentismo se unió y donde se practicaron luchas peleadas con respeto. Cada cual con su pensamiento: había algunos que no creían en tumbar la verja y no tumbaban la verja, pero los que creían iban y tumbaban la verja de la Marina, que era una verja invasora y violenta, era una verja impuesta, que despojaba al pueblo borinquense de su territorio. Entonces, unos no lo hacían, pero no criticaban a los que lo hacían. Otros pensaban que el mecanismo era solamente la desobediencia civil pacífica. Otros piensan que no, que hay que ejecutar la lucha armada; pero respetaron a los que hicieron la lucha por la vía pacífica. Allí hay un mantener el respeto de los métodos de lucha y mantenernos caminando hacia adelante y llevando acciones, cada cual desde sus posibilidades, apuntando a dar fin a un proceso de colonización que ha durado más de 120 años bajo la bandera norteamericana. Así que en este momento, donde hay la posibilidad de que un dirigente del independentismo, aunque sea dentro del andamiaje colonial, está aspirando para ser gobernador del Estado Libre Asociado que es la Colonia.
-¿Quién ejerce ese liderazgo independentista?
-Es Juan Dalmau, que es el candidato a la gobernación que está teniendo un gran apoyo del país y de sectores de fuera del independentismo. Entonces, nosotros ¿nos vamos a oponer a eso? Yo creo que todo independentista debe apoyar eso de alguna manera, aunque entienda que tenemos que ir más allá. No importa. Si podemos caminar juntos de aquí hasta la esquina y lograr algo, vamos y caminamos hasta allí. Si yo quiero caminar más adelante, ahí te digo chau, vamos a seguir porque yo quiero más. Creo que es ahí donde nos encontramos y que hemos aprendido a lograr eso de que aunque no luchemos igual respetemos nuestras diferencias; pero lo importante es seguir caminando hacia adelante. Y nuestros grandes líderes y lideresas nos han convocado a esa unidad de propósito. Por ejemplo, el último mensaje de Filiberto Ortega Ríos, el día que fue masacrado por el F.B.I. en Hormigueros, el último mensaje que él envió desde la clandestinidad al Grito del Ares, ese 23 de septiembre de 2005, fue un reclamo de unidad de propósito. Ahí está Filiberto, que fue un hombre que tuvo mucha experiencia de lucha, y a la vez, tenía una gran capacidad de análisis y de visión sobre lo que se tenía que hacer en el momento histórico. Lo mismo Lolita Lebrón, o Don Rafael Cancel Miranda. Todos los grandes hombres y las grandes mujeres que han luchado por la liberación nacional nos han propuesto ese camino. Porque no hay independencia posible si estamos todosfraccionados. Si estamos todos fraccionados y divididos, matándonos entre nosotros, el enemigo se ríe. El que nos coloniza se ríe. Siguen haciendo lo que quieren hacer con nosotros. Así que el camino es la unidad de propósito y de intención, obviamente respetando nuestras diferencias sobre cómo vemos las cosas.
-¿Cómo se ve Puerto Rico en el marco de nuestra América Latina Caribeña?
-Nosotros formamos parte de esta lucha desde el principio. Ramón Emeterio Betances, el padre de la patria estuvo ahí, propuso la Confederación Antillana. En sus escritos queda evidente que él tenía el entendimiento de que somos parte de nuestra América Latina, de nuestra Patria Grande. María Mercedes de Barbudo, nuestra primera mujer independentista conspiró con Simón Bolívar. Ahí está la historia. Antonio Valero luchó por la liberación puertorriqueña de Fajardo, luchó por la liberación de México, de Perú, de Colombia, de Venezuela. Los puertorriqueños hemos estado ahí siempre y seguimos estando. El documental de Ayotzinapa es mío, es la evidencia de que seguimos solidarios con la lucha de los pueblos. Y por eso nos alegra mucho que nos reciban acá ustedes y escuchen y le den eco a la lucha que estamos desarrollando y nunca nos dejen atrás. Porque lo que hacen con Puerto Rico es lo que quieren hacer con el resto de la Tierra y de América. No lo podemos permitir.
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