México: Pronunciamiento nacional e internacional ante la agresión a la comunidad Moisés Gandhi

Fuente: Latin America Solidarity Coalition                                    Junio de 2023

A los pueblos de México y el mundo,
A las personas, colectividades y pueblos que defienden la Vida
A quienes sienten la urgencia de actuar ante un sureste mexicano en llamas.

Éste día, en éste momento, México está al límite, a ese límite que parece siempre lejano hasta que una bala que llega de
arriba detona la rabia del México de abajo. El compañero zapatista Jorge López Santíz está en el filo entre la vida y la
muerte por un ataque paramilitar de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), la misma que ha
estado atacando y hostigando a las comunidades zapatistas. Chiapas está al filo de la guerra civil con paramilitares y
sicarios de los diversos cárteles que se disputan la plaza y grupos de autodefensas, con la complicidad activa o pasiva de
los gobiernos de Rutilio Escandón Cadenas y Andrés Manuel López Obrador.


El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que ha mantenido la paz y ha desarrollado su proyecto autonómico
en sus territorios y que ha tratado de evitar el choque violento con paramilitares y otras fuerzas del Estado mexicano, es
hostigado, agredido y provocado constantemente. Desde el final del siglo XX, y hasta ahora, el EZLN ha optado por la
lucha política por caminos civiles y pacíficos, a pesar de que sus comunidades son atacadas a balazos, sus cultivos
incendiados y su ganado envenenado. A pesar de que en lugar de invertir su trabajo en la guerra, lo han hecho en
levantar hospitales, escuelas y gobiernos autónomos que han beneficiado a zapatistas y no-zapatistas, los gobiernos
desde Carlos Salinas hasta López Obrador han tratado de aislarlos, deslegitimarlos y exterminarlos. Hoy, a unos meses
de que la lucha del EZLN cumpla 40 años, el ataque paramilitar de la ORCAO ha hecho que la vida de un hombre penda
de un hilo, del mismo que pende la erupción del México que abajo no aguanta más la presión sobre su dignidad ni la
guerra contra sus comunidades y territorios.
El ataque de la ORCAO no es un conflicto entre comunidades, como lo caracterizaría Carlos Salinas y como seguramente
pretenderá hacerlo López Obrador. El ataque es responsabilidad directa del Gobierno de Chiapas y del Gobierno Federal.
El primero por solapar el crecimiento de grupos criminales que han hecho que Chiapas pasara de una relativa
tranquilidad a ser un foco rojo de violencia. El segundo por guardar silencio y pasividad ante la evidente situación del
sureste. ¿Por qué ataca la ORCAO a las comunidades zapatistas? Porque pueden. ¿Por qué lo permite el gobierno de
Rutilio Escandón? Porque en el Chiapas de arriba, gobernar significa bañarse con sangre indígena ¿Por qué guarda
silencio López Obrador? Porque el gobernador de Chiapas es cuñado de su muy querido secretario de gobernación,
Adán Augusto López, porque como sus antecesores, no soporta que un grupo rebelde sea el referente de esperanza y
dignidad, porque necesita justificar una acción militar para “limpiar” el sureste y por fin poder imponer sus
megaproyectos.
Asimismo, entendemos este ataque como el resultado de las políticas sociales del gobierno actual por dividir y
corromper destruyendo el tejido social de las comunidades y pueblos en nuestro país y, en particular, en Chiapas. Vemos
con preocupación que programas cómo “Sembrado Vida”-, que se caracteriza por tener prácticamente el mismo
presupuesto que la Secretaría de Agricultura Federal- y otros similares, propician la confrontación entre comunidades
históricamente despojadas de sus tierras y sus derechos, ya que son utilizados como mecanismos de control político y
moneda de cambio para que organizaciones como la ORCAO accedan a supuestos beneficios que estos programas
brindan, a costa del robo de las tierras recuperadas autónomas zapatistas. Para nosotr@s es claro que no se trata de conflictos entre pueblos; se trata de una acción de contrainsurgencia que busca destruirles, destruir al EZLN y a todas las
comunidades y pueblos que siguen luchando por una vida con dignidad.
Quienes firmamos esta carta lo hacemos para convocarnos y convocar a quienes creen que la dignidad y la palabra
deben levantarse para detener la masacre que se presiente; para convocar a quienes comulgan con el gobierno actual a
que abran su corazón a las injusticias que inundan el presente de este país, más allá de sus afinidades o simpatías
políticas; para que podamos encontrarnos en la necesidad de actuar con el propósito común de detener esta atrocidad.
Firmamos ésta carta porque vemos la urgencia para que se ponga un alto a la violencia paramilitar en Chiapas, porque el
no hacerlo significa dejar que México se sumerja aún más en ésta guerra interminable que lo está despedazando.
Exigimos justicia para Jorge López Santíz. Exigimos la disolución absoluta de la ORCAO. Exigimos que se investigue a
profundidad al gobierno de Rutilio Escandón. Exigimos que el silencio de López Obrador deje de ser cómplice de la
violencia en Chiapas.
Recogiendo las exigencias presentadas por el Congreso Nacional Indígena demandamos:
1. Que se garantice la salud del compañero Jorge y que se le brinde toda la atención necesaria y por el tiempo
que se requiera.
2. Que se detenga el ataque armado contra la comunidad Moisés Gandhi y sea respetado su territorio
autónomo.
3. Que sean castigados los autores materiales e intelectuales de estos ataques paramilitares.
4. Que sean desmantelados los grupos armados mediante los cuales se mantiene activa y creciente la guerra
contra las comunidades zapatistas.
También, exigimos la libertad inmediata de Manuel Gómez, base de apoyo del EZLN, de cuyo injusto
encarcelamiento no nos olvidamos.
Con el CNI, advertimos que la guerra que han declarado a los pueblos originarios, guardianes de la Madre Tierra, nos
obliga a actuar organizadamente para detener la violencia que crece y para restablecer nuestra conexión y cuidado de La
Vida. Nos llamamos a manifestarnos en las calles, embajadas y consulados, centros de estudio y lugares de trabajo, en
las redes sociales; en todas partes que nos sea posible e imprescindible, en contra de la violencia militar, paramilitar y
del crimen organizado y en defensa de la Vida.
Nos llamamos y les llamamos a unir esfuerzos para tejer una jornada de acciones dislocadas del 27 de mayo al 10 de
junio con una acción coordinada nacional e internacional el día 8 de junio.
Alto a la guerra contra los pueblos zapatistas. Si tocan a un@, nos tocan a tod@s
Firmantes

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