Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/portugal-un-presupuesto-para-contar-los-dias Francisco Louça 27/12/2019
El cansancio se nota
El primer efecto de esta presentación del Presupuesto es la creciente incertidumbre que el Gobierno quiere alimentar. Pensando que pasa esta prueba en virtud de alguna ley de la naturaleza, los heraldos del gobierno ni siquiera se han guardado en la manga una negociación con el PSD-Madeira, que sigue la ley de la historia, con exuberantes encuentros frustrados. Al menos en sus viejos tiempos, el PS se reunía con el CDS en una suite de hotel. El juego actual no es bonito, simplemente no está destinado a serlo. Por eso sorprende que el primer ministro haya querido mostrar el hacha de guerra contra el ministro de finanzas en la víspera de la aprobación del documento, y luego entretenerse toda la semana explicando que todo ello es tan normal como la vida misma. Supongo que es la única persona que no se da cuenta de que el Gobierno se ha mostrado frágil y con soluciones ajustadas en modo de cese del ministro.
El Presupuesto, en este balance, tiene un compromiso, 8.400 técnicos para la Salud Pública (SNS), además de algunas certezas, algunas buenas (gravar las viviendas locales en áreas sobre masificadas o insistir en el impuesto inmobiliario de lujo), otras pésimas (actualizar los niveles del IRS con pérdida real). Hasta el momento, nada más. Podría haber avanzado los nuevos niveles del IRS para 2020 y 2021 al tiempo que revisaba un par de beneficios exorbitantes (el IRS cero de los pensionistas extranjeros); podría haber llegado a un acuerdo sobre el IVA de la electricidad, que ahora reconoce en carta a Bruselas que debe reducirse (pero si se reduce, el ministro amenaza con rayos y truenos); podría haber presentado un plan de vivienda o haber reforzado la inversión con objetivos verificables. Nada. Se plantó en el 0.3% para la administración pública, para zanjar de una vez por todas que estos trabajadores siempre pierden.
Tanta displicencia contrasta con la renovación y la energía que un nuevo gobierno debía demostrar. Según la evidencia, los ministros solo parecen saber hacer a lo que se acostumbraron cuando recibían instrucciones del Ministerio de Hacienda, a pesar de que ahora protestan contra Terreiro do Paço (sede lisboeta del ministerio) con la esperanza de influir en el próximo caballero que lo ocupe.
Un bosque de comisiones e informes
El segundo efecto de estas estratagemas es la multiplicación de normas programáticas o, en buen portugués, de vagas promesas para justificar el rechazo de medidas concretas. En asuntos relevantes, el Gobierno utiliza la vieja técnica de presentar la audaz formación de una comisión, o incluso, cuando quiere ir más lejos, declarar que habrá un informe a su debido tiempo. ¿Trabajar por turnos? Comisión e informe. ¿Cuidadores informales? Más informe. ¿Tramos del IRS? Será en 2021, aunque nadie nos asegura, porque el año que viene no será. ¿Visados oro de residencia? En este caso, será el Gobierno quien haga el informe. ¿Fortalecimiento de la inversión en salud mental? Prometemos pensarlo, es una prioridad, así que no hay decisiones por el momento. ¿Tasas moderadoras? Ahí vamos, todavía no sabemos cómo. ¿Programa de vida independiente? Otro informe. ¿Fortalecimiento de la oferta de vivienda? Paciencia, el informe se hizo, pero tendrá que ser menos que lo prometido en la campaña electoral; ya era poco, bien se sabe, pero la vida es como es.
La campaña electoral se hizo para prometer la estabilidad de la mayoría absoluta. Por razones obvias, el gobierno eligió la inestabilidad de un presupuesto ajustado.
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Traducción:G. Buster