Por qué la OTAN no va a entrar en la Guerra de Ucrania de una manera abierta

Fuente: https://mpr21.info/por-que-la-otan-no-va-a-entrar-en-la-guerra-de-ucrania-de-una-manera-abierta/    

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El domingo el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, mantuvo una conversación directa con el Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. La noticia no dice de quién fue la iniciativa de llamar al otro.

Lo más probable es que fuera Austin, que llamó a Shoigu para informarle de que la 101 División Aerotransportada del ejército estadounidense, una unidad de élite, se disponía a realizar maniobras militares en Rumanía. Es su primer despliegue en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Austin le prometió a Shoigu que no tenía ninguna intención de participar en la Guerra de Ucrania, aunque los medios le dan la vuelta al asunto de la manera acostumbrada. La 101 División Aerotransportada “no dudaría en entrar en Ucrania si estallara un conflicto entre Rusia y la OTAN”, dijo la cadena CBS que, a su vez se remitía a los comandantes de la unidad como fuentes de la noticia.

Esos mismos comandantes también dijeron que estaban preparados para entrar en Ucrania si los combates se intensifican o si la OTAN es atacada. “Estamos preparados para defender cada centímetro de suelo de la OTAN”, dijo John Lubas, el subcomandante de la unidad.

Por lo tanto, la OTAN no tiene ninguna intención de entrar a saco en Ucrania. No se va a producir ninguna escalada de la guerra. No obstante, los comandantes hablan de la posibilidad de una “intensificación” de los combates, que el Pentágono ignora por completo porque carece de una experiencia histórica parecida. Nunca ha conocido una guerra como la que enfrenta el ejército ucraniano. Sus adversarios siempre han pertenecido a la segunda división militar del mundo.

El despliegue de 4.700 paracaidistas estadounidenses en Rumanía es irrisorio, incluso para un teatro de guerra como el ucraniano. A lo largo de su vida militar, ningún oficial estadounidense se ha enfrentado a combates como los que hay en Ucrania, donde los 4.700 paracaidistas no durarían vivos más de dos o tres semanas, porque ese el número de bajas que tiene el ejército ucraniano.

Ese ritmo de bajas lo puede sorportar Rusia, e incluso Ucrania, pero no Estados Unidos.

La Guerra de Ucrania tiene comprometidos sus límites, sobre todo por parte de Estados Unidos y la OTAN. En caso contrario, no bastarían 4.700 paracaidistas para entrar en una guerra abierta con Rusia. En el plan Barbarroja de ataque a la URSS de 1941, la Alemania nazi puso en liza a tres millones de soldados, no sólo alemanes sino también de Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Italia y Finlandia.

Por eso el general Petraeus habla de crear una “fuerza multinacional”. El Pentágono no puede por sí mismo, pero podría reunir a sus socios, como en Afganistán, donde él encabezó la “coalición internacional”. Lo que no dice Petraeus es que la coalición perdió frente a unas milicias irregulares, después de 15 años de guerra, y que con Rusia correría la misma suerte, pero mucho más rápidamente, sobre todo si es Petraeus quien encabeza las fuerzas.

Tampoco va a estallar una guerra nuclear. Las armas atómicas se inventaron hace más de setenta años y nunca se han utilizado en ninguna guerra. Estados Unidos lanzó las bombas de Hiroshima y Nagasaki cuando Japón se disponía a negociar su rendición. El destinatario de las mismas era la URSS porque, hasta ahora, las bombas nucleares sirven para amenazar al adversario, no para derrotarle en una guerra. En términos técnico militares, son “disuasorios”.

Por más que se empeñen los medios convencionales en decir lo contrario, Putin no ha amenazado con lanzar bombas nucleares. Ni siquiera ha mencionado esa palabra. La primera en hablar de ello fue Liz Truss, a la que luego siguieron otros dirigentes imperialistas.

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