El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó este martes que la pobreza en Honduras disminuyó a 60,1% en 2025, lo que representa una caída de 13,5 puntos porcentuales respecto a 2021 (73,6%). Los resultados coinciden con la recta final del mandato de la presidenta Xiomara Castro, la primera mujer en ejercer el cargo.

El informe detalla que la pobreza extrema se redujo en 15,4 puntos porcentuales, pasando del 53,7% en 2021 al 38,3% en 2025. El director del INE, Eugenio Sosa, subrayó que el crecimiento sostenido demuestra que más familias logran superar la línea de pobreza, el Gobierno de Xiomara Castro rompió el récord histórico de inversión pública en Honduras. El acumulado en la gestión presidencial para inversión pública alcanzó los 304.487 millones de lempiras, un 79 por ciento mayor que lo que los tres Gobiernos del opositor Partido Nacional invirtieron en 12 años.

El secretario de Finanzas, Christian Duarte, señaló que el Gobierno enfocó esfuerzos en «descapturar el Estado» y reorganizar las finanzas públicas, derogando fideicomisos y renegociando contratos, lo que permitió poner a disposición 350.000 millones de lempiras (13,3 millones de dólares) para inversión. La gestión de Castro priorizó sectores como la educación, la salud y la energía, donde logró que más de 900.000 familias no paguen por la energía eléctrica.

En el mercado laboral, la población ocupada creció de 3.722.370 a 4.075.415 personas en el período 2021-2025. También la tasa de desocupación se redujo de 8,6% en 2021 a 4,9% en 2025.

Duarte reconoció que, a pesar de los avances, las medidas siguen siendo insuficientes para acabar con la pobreza de forma estructural y subrayó que la persistencia de la desigualdad representa un desafío clave. El funcionario destacó que un pequeño sector de la población concentra gran parte de la riqueza, lo que limita el impacto de las políticas públicas.

La histórica reducción de la pobreza y el récord de inversión pública durante el mandato de la presidenta Xiomara Castro refuerzan el modelo de democratización de la cuestión pública y la priorización de las grandes mayorías. Los resultados evidencian un proceso de transformación socioeconómica que rompe con las políticas neoliberales anteriores y posiciona a Honduras en la senda de la justicia social, aunque la lucha contra la desigualdad y el asedio de las élites tradicionales persisten como desafíos de la integración regional.