Fuente: La Jornada/Aldo Anfossi Viernes 5 de junio de 2020, p. 24
Rotundo fracaso para frenar contagios
Resignado con la crisis de salud, el mandatario se prepara para el próximo estallido social: académico.
Santiago. En el peor momento hasta ahora del coronavirus en Chile, con las cifras de mortandad creciendo de manera acelerada y con protestas diarias en las poblaciones pobres, castigadas por el hambre y el desempleo, el presidente Sebastián Piñera realizó ayer un leve ajuste ministerial orientado a los equilibrios políticos en su coalición para apaciguar conflictos, más que al combate de la pandemia, señalaron analistas.
Para el científico social Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, fue un ajuste pensando en la pospandemia más que en la situación sanitaria, apuntando a fortalecer el gabinete de cara a un segundo estallido social, pues se lleva a cabo cuando Piñera busca un acuerdo en materia de crecimiento y protección social con la oposición. Si hubiese sido un cambio orientado a enfrentar la emergencia sanitaria actual, habría removido al ministro de salud
, declaró a La Jornada.
A un ritmo próximo a 5 mil contagios diarios, Chile llegó ayer a 119 mil infectados; los muertos suman ya mil 356 y la tasa sube.
–¿Significa esto que Piñera está resignado a que la evolución de la pandemia ha escapado de control?
–Piñera está resignado con dos cosas. Primero, con que la pandemia se descontroló de manera más que evidente, y que el discurso de la nueva normalidad se ha derrumbado como un castillo de naipes. Segundo, con que la tesis del siguiente estallido está muy viva dentro del gobierno. El mandatario sabe que la combinación de pandemia, crisis económica y estallido social, podría ser fatal para su gobierno y para la democracia chilena, por lo que está tomando resguardos. Como siempre le ha sucedido, elevó muy rápido las expectativas, anunciando un retorno seguro cuando las cifras empeoraban día a día. Resignado a que el virus no retrocede y a que se aproxima un invierno crudo en el más amplio sentido de la palabra, se está preparando para enfrentar la inevitable crisis social que se aproxima.
–¿Podrá capitalizar el presidente la entrega de alimentos, la cual según los alcaldes es lenta y caótica por la desesperación que causa su tardanza?
–Los alcaldes han sido la gran piedra en el zapato para Piñera. El problema del gobierno es que anunció esta ayuda sin tener un plan de acción concreto, por lo que de inmediato los alcaldes se le fueron encima. Son ellos los que ven a diario la desesperación de los más pobres y, por eso mismo, son ellos los más interesados en apurar la entrega de esas cajas. La idea del gobierno es anunciar periódicamente el número de cajas que se están entregando, para de esa forma tener el monopolio de esta acción e intentar capitalizar algo de popularidad. El proceso ha sido lento, pero la ayuda está llegando. La gran interrogante es si los ciudadanos verán esta ayuda como proveniente directamente del gobierno, o si es gracias a los alcaldes.