En unas fechas en las que se consume mucho más de lo necesario, no puedo dejar de pensar en toda la gente que padece penalidades, así como en quienes soportan prisión o persecuciones. ¿Por qué encierran y expulsan a la gente? Una y otra vez los gobernantes son los terroristas.

La democracia-capitalista nos ha traído esto. Otro motivo de preocupación me supone imaginar el horrible tormento de millones de animales para satisfacer el paladar de los comensales. Me pregunto cuántos cientos de miles de millones más de animales tendrán que ser sacrificados antes de que la raza humana recule. Mientras tanto, el especismo continúa siendo ignorado por políticos y empresarios lameculos. En suma, los mismos que crean las crisis y desigualdades, nos obligan a seguir consumiendo.

¡Mierda puta! Todo esto me saca de quicio.

31 de diciembre de 2019

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