Durante las celebraciones de la festividad de Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío, decenas de colonos entraron en el complejo de la mezquita de Al Aqsa, apoyados por las fuerzas locales, que expulsaron del recinto a decenas de palestinos que se encontraban en la puerta occidental de Al Maghariba.

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Acto seguido Egipto y Catar, conjuntamente con el Parlamento Árabe pronunciaron que estas acciones son provocativas y  pueden desatar “una explosión de la situación y a una mayor tensión e inestabilidad” en el territorio.

Egipto, afirmó que esa irrupción forma parte de las «medidas de escalada que provocan los sentimientos de millones de musulmanes en todo el mundo, y conllevan el riesgo de alimentar la violencia y la tensión en los territorios palestinos ocupados».

Por su parte el Parlamento Árabe condenó “en los términos más enérgicos” el incidente, y dijo que con este hecho “violan la santidad de la mezquita y de los cementerios islámicos”.

En la nota que difundió el Ministerio de Exteriores catarí se puede leer que «Las autoridades de la ocupación serán las únicas responsables del ciclo de violencia fruto de esa política de escalada sistemática contra el pueblo palestino, su territorio y sus santidades», y agregaron que exigían respeto para el «statu quo» de la Explanada de las Mezquitas.