Al cumplirse un año de la intensificación del genocidio cometido por el gobierno sionista de Israel, encabezado por Benjamín Netanyahu, contra el pueblo y la nación de Palestina, la cifra de palestinos asesinados asciende a más de 42 mil personas, con un 70 por ciento de mujeres, infantes y personas de la tercera edad, y 21 mil niños desaparecidos, además del desplazamiento forzado de la población a campamentos de refugiados que también han sido atacados por los bombardeos sionistas. Esta efeméride sacude al mundo como un recordatorio de que hemos regresado el tiempo y vuelto a abrir la caja de Pandora en la que se encubrió la degradación humana que se vivió en la II Segunda Guerra Mundial, y que ahora con los bombardeos en Líbano y las acciones militares contra la resistencia iraní, el Medio Oriente se ha convertido en el epicentro de la nueva conflagración con repercusiones globales.
El indiscriminado ataque sionista a Palestina, Yemen, Irán y Líbano, sólo muestra esa insaciable sed de muerte de Netanyahu, quien es, sin duda, el mayor criminal de lesa humanidad del siglo XXI, y es quien busca desatar el infierno en las tierras de Oriente, pues con la complicidad del imperialismo estadounidense, de las potencias europeas y la OTAN, ha cometido crímenes de lesa humanidad con total alevosía, desarrollando una estrategia de ideología neofascista -aunque aún hoy, incluso en la izquierda, haya quien no se atreva a nombrar neofascismo la inhumana actuación del sionismo genocida-, ya que la selectividad de los ataques, sus objetivos y ejecución revelan un plan trazado desde tiempo atrás, y no debe olvidarse que el genocidio contra Palestina lleva más de siete décadas, así como la ocupación y despojo ilegal de territorios, al igual que el etnocidio que busca borrar toda huella de la cultura palestina, y como se comprueba ahora también de otros países árabes, ya que no es casual que los bombardeos sionistas en Líbano destruyan centros ceremoniales, escuelas y elementos del patrimonio cultural como han hecho en Gaza y demás territorios palestinos.
La humanidad llega a este aniversario de muerte con un mundo convulso, en las calles de ciudades como Londres, París, Madrid, Caracas, Santiago y Ciudad del Cabo, Buenos Aires, y en países como México, Italia, Estados Unidos y el propio Israel, miles de seres humanos marchan y protestan contra el genocidio con consignas como “¡Alto el fuego ahora!, ¡Desde el río hasta el mar, Palestina será libre! o ¡Manos fuera de Líbano!”, al tiempo en que muchas urbes son testigo de la represión policiaca a los manifestantes, algo que debiera ser impensable en países que juran ser democráticos y velar por la paz. El lobby sionista se extiende por gran parte del mundo y su poder se demuestra acallando con violencia las voces que confrontan sus acciones de muerte, a los pocos meses de iniciada la intensificación del genocidio, el sionismo israelí ya había matado a más periodistas que los que fallecieron en conflictos armados que duraron décadas, esto sin olvidar a los monopolios informativos que están al servicio de Israel y que tergiversan la verdad para encubrir la barbarie que se vive.
El empuje de Israel hacia una gran guerra en Medio Oriente se acelera ante las próximas elecciones en los Estados Unidos -y no es que el Imperio deje de ser Imperio con uno u otro candidato-, ya que Netanyahu presiona más a Joe Biden para que sea claro en su posición ante Irán, comprometiendo así muchos más millones de apoyo bélico, no por nada en días pasados ambos candidatos se expresaron. Por un lado, Donald Trump “aconsejó” que se bombardearan las instalaciones nucleares de Irán, y, por su parte, Kamala Harris dice que Estados Unidos debe “presionar” a Israel y a los países de la región para que lleguen a un acuerdo, pero la realidad es que Netanyahu se sabe respaldado por el imperialismo y las potencias europeas que siguen, sin pausa, suministrando armas y otros recursos militares, y esos son los hechos reales, pues el genocidio tiene cómplices muy claros que ya han pasado a la historia como asesinos del siglo XXI.
Mientras tanto, millones de seres humanos en gran parte del mundo, hacemos nuestro el clamor por un alto al fuego inmediato en todo Medio Oriente, el fin del genocidio contra Palestina, la salida de las tropas sionistas de ocupación y el retorno del pueblo palestino a sus territorios, la consolidación de la nación palestina, y el castigo a los criminales de lesa humanidad encabezados por Netanyahu.
¡Palestina será libre!
Otro año: genocidio y barbarie sionista. Cristóbal León Campos