Mientras el régimen ucraniano, respaldado por la OTAN, se enfrenta a un desastre en su guerra con Rusia, las propias potencias de la OTAN están acelerando los preparativos para una escalada militar masiva en Ucrania. Este fue el resultado de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN realizada el lunes en la capital búlgara de Sofía.
“Rusia puede y debe sufrir una derrota estratégica en Ucrania”, declara el comunicado de Sofía. Además, exige una “estrategia claramente definida y basada en el objetivo de que Ucrania debe ser provista de todo lo que necesita, lo más pronto posible y por el tiempo necesario para la victoria”.
El comunicado de Sofía aboga por “levantar algunas restricciones sobre el uso de armas suministradas por los aliados de la OTAN para atacar blancos legítimos en Rusia”. Hasta ahora, los bombardeos ucranianos contra Rusia se han limitado en gran medida a la ciudad cercana de Belgorod, dentro del rango de misiles hechos por Ucrania. La cumbre en Sofía autorizó que Ucrania utilice los misiles de largo alcance Storm Shadow, SCALP, Taurus y ATACMS suministrador por la OTAN para bombardear ciudades profundamente al interior de Rusia.
Los trabajadores y jóvenes en todo el mundo deben ser advertidos: la OTAN está llevando a cabo una escalada monumentalmente temeraria de una guerra entre grandes potencias nucleares.
Después de que el canciller británico David Cameron dijera que Ucrania utilizaría los misiles Storm Shadow británicos para bombardear Rusia, su homólogo ruso citó al embajador británico Nigel Casey y le advirtió que Rusia llevaría a cabo represalias atacando blancos en Reino Unido. Al reproducir las amenazas de Cameron, la OTAN está dejando claro que está preparada para arriesgar una guerra abierta con Rusia.
Anoche, en una cumbre en Meseberg, el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron pidieron que Ucrania bombardee a Rusia con misiles de la OTAN. Macron dijo: “Si les decimos que no pueden atacar desde donde se disparan los misiles, de hecho, estamos diciendo que les damos armas, pero que no pueden defenderse”.
Esto se produjo en medio del anuncio de que Finlandia, Polonia y los Estados bálticos están fortificando un “muro de drones” a lo largo de la frontera rusa para prepararse para luchar contra los drones militares rusos.
El sábado, el canciller polaco, Radosław Sikorski, dijo a The Guardian que los funcionarios estadounidenses y rusos están discutiendo el posible uso de bombas nucleares: “Los estadounidenses les han dicho a los rusos que, si utilizan un arma nuclear, incluso si no mata a nadie, atacaremos todos sus objetivos [posiciones] en Ucrania con armas convencionales, los destruiremos todos. Creo que es una amenaza creíble”.
Si bien Sikorski mencionó un escenario en el que el Kremlin fuere el primero en usar armas nucleares, sus comentarios sugieren que la OTAN tiene una mayor motivación para hacerlo. De hecho, admitió que Europa estaría en desventaja en una guerra convencional con Rusia, cuyas tropas son ahora veteranos fuertemente curtidos tras dos años de guerra.
Sikorski dijo que, después de la disolución estalinista de la Unión Soviética en 1991, “Europa no solo se desarmó, sino que se desindustrializó en el campo de la defensa… Y en retrospectiva parece un error. Es obvio que Europa se está quedando atrás”.
Añadió:
Nos concentramos en plataformas y armas de alto valor y alta tecnología. Solo ahora estamos redescubriendo que en realidad solo necesitas millones de cohetes. También necesitas grandes volúmenes de cosas de baja tecnología.
Esto plantea el peligro de que la OTAN decida usar armas nucleares en una guerra, para contrarrestar esta debilidad relativa.
Los planes de guerra de la OTAN contra Rusia están ligados a una agenda imperialista global. En Sofía, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, atacó a China por comerciar con Rusia durante la guerra de Ucrania. El comunicado de Sofía pedía “denunciar la asistencia militar proporcionada por los regímenes bielorruso, iraní y norcoreano a la guerra de Rusia”, concluyendo que “la ayuda a Ucrania… es, por lo tanto, una pequeña inversión en comparación con los beneficios estratégicos relacionados con la victoria de Ucrania”.
Es decir, la OTAN no solo espera obtener acceso a las vastas reservas rusas de petróleo, gas y minerales estratégicos críticos mediante una “derrota estratégica” a Rusia e instalar un régimen títere en Moscú. La escalada contra Rusia está ligada a una guerra en el este de Asia, Oriente Próximo e Irán. Esto se refleja más claramente en el respaldo de la OTAN a Israel en su genocidio en Gaza.
Moscú respondió a los comentarios de Stoltenberg denunciando a la OTAN. “La OTAN está coqueteando con la retórica militar y cayendo en el éxtasis militar”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Cuando se le preguntó si la OTAN estaba cerca de una confrontación directa con Rusia, respondió: “No se están acercando; están involucrados en ella”.
Sin embargo, la escalada de la OTAN está exponiendo la bancarrota de la estrategia nacionalista detrás de la invasión reaccionaria de Ucrania por parte del régimen capitalista ruso. El intento del Kremlin de utilizar el poderío militar de Rusia para llevar a la OTAN a la mesa de negociaciones y obligarla a reconocer las preocupaciones de seguridad de Rusia ha fracasado. Rusia ahora enfrenta la posibilidad de una guerra con toda la Alianza Atlántica, que probablemente se convertiría en una conflagración nuclear.
El mayor peligro en esta situación es que las masas de trabajadores y jóvenes no son plenamente conscientes de la magnitud y la inmediatez del peligro. Los Gobiernos de la OTAN están planeando esta escalada a espaldas de la gente, pronunciando frases sobre “ayuda a Ucrania” y una “economía de guerra europea” sin explicar las implicaciones catastróficas de tales políticas.
Existe una abrumadora oposición popular en Europa a la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron de enviar tropas de la OTAN para luchar contra Rusia en Ucrania. Las encuestas han encontrado que el 68 por ciento de los franceses, el 80 por ciento de los alemanes y el 90 por ciento de los polacos se oponen a esta política. Sin duda, esta oposición sería mayor y más activa si las masas de trabajadores y jóvenes fueran conscientes de la magnitud de la guerra que la OTAN prepara desatar.
Se debe alertar a los trabajadores y jóvenes, y se debe desenmascarar la conspiración de los Gobiernos militaristas y los medios de comunicación que utilizan la propaganda de guerra para ocultar el peligro a las masas. No hay forma de detener la guerra a través de una estrategia nacional ni sobre la base del capitalismo. Evitar una Tercera Guerra Mundial en Europa depende de la construcción de un movimiento internacional socialista contra la guerra en la clase trabajadora.
La escalada de la OTAN contra Rusia se está desarrollando junto con las protestas masivas mundiales contra el genocidio israelí respaldado por la OTAN en Gaza. Los jóvenes y los trabajadores involucrados en esta lucha deben estar armados con el entendimiento de que tanto el genocidio de Gaza como la escalada de la OTAN contra Rusia fluyen de la búsqueda de la hegemonía global por parte de las potencias imperialistas a través de la guerra.
Es necesario movilizar a la clase trabajadora contra la escalada global de la guerra imperialista y fusionar la lucha contra la guerra con las demandas sociales y económicas que han impulsado luchas obreras en todo el mundo. La lucha contra la guerra es inseparable de la lucha por acabar con el orden social capitalista, que es la causa fundamental de la guerra, y sustituirlo por el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 28 de mayo de 2024)
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