No a las agresiones militares de Estados Unidos en América Latina

Donald, Trump, Casa, Blanca

                                                                                              23 de diciembre de 2025

Contemplamos estos días, con gran preocupación, cómo el militarismo salvaje de los Estados Unidos de Norteamérica está construyendo un peligroso escenario bélico frente a las costas de los estados de Venezuela y Colombia.

Con la excusa de una supuesta acción preventiva contra el narcotráfico, el gobierno estadounidense ha movilizado un potente contingente aereonaval en la zona. Arrogándose atribuciones que ninguna ley internacional le adjudica y bajo la amenaza militar, ha dictado una suerte de exclusión del espacio aéreo venezolano, así como la prohibición de comerciar con petróleo de la república bolivariana a cualquier compañía que no sea norteamericana, bajo amenaza del secuestro de los barcos petroleros. Resulta más que evidente que el objetivo de toda la operación poco tiene que ver con el tráfico de drogas y sí con la posibilidad de apoderarse de las importantes reservas de petróleo de Venezuela.

Este cerco aeronaval que se aplica sobre la república venezolana y, en menor medida, sobre la colombiana, está evidenciando cómo Estados Unidos ha decidido pulverizar cualquier resto de legalidad y de derecho internacional marítimo. Operativos estadounidenses atacan sistemáticamente cualquier tipo de embarcación que se adentre en las zonas que controlan, matando deliberadamente a todos sus ocupantes, sin ningún tipo de juicio previo, fuera del marco de cualquier legalidad, sin dejar supervivientes y sin molestarse tan siquiera de presentar pruebas sobre si esas personas asesinadas eran narcotraficantes o simples pescadores, como parece estar resultando en la mayoría de los casos. A pesar de las llamadas de socorro internacional de los gobiernos de Venezuela y Colombia ante estos gravísimos crímenes, tristemente, no hemos oído alzarse voces de condena entre los líderes de los estados de la Unión Europea. Ello es un buen botón de muestra de cómo nuestros países han abandonado la senda del derecho internacional para unirse al matonismo y a la ley del más fuerte, en un camino que, si sigue así, solo puede conducirnos al abismo bélico.

Por si fuera poco, EEUU, en una acción que solo puede calificarse como piratería, ha secuestrado estos días tres petroleros frente a las costas de Venezuela, apropiándose del crudo que transportaban.

Por otra parte, el gobierno de EEUU no deja de realizar amenazantes declaraciones sobre supuestos preparativos de operaciones militares en el territorio de la República de Venezuela.

Es importante que la opinión pública de todo el planeta se una y fuerce a la clase política a tomar decisiones. No se puede seguir permitiendo que el gigante norteamericano destruya la legalidad internacional. No se puede permitir que EEUU, siempre en defensa de sus particulares intereses económicos, organice guerras por doquier, ataque embarcaciones, altere procesos electorales, bombardee países, financie genocidios y, en general, sea un foco permanente de inestabilidad bélica que en cualquier momento podría estallar en una gran conflagración.

Si la humanidad aspira a un futuro de Paz, es preciso dejar atrás la política de bloques y hegemonías. No podemos ser aliados de naciones que hacen de la guerra y el saqueo su bandera. Empecemos hoy por denunciar con firmeza estas acciones criminales de EEUU que están desestabilizando el Caribe y el Pacífico, que están acabando con la vida de seres humanos y que podrían desembocar en una sangrienta masacre en la región.

No a la guerra en América Latina.
No a la presencia militar estadounidense frente a las costas de Colombia y Venezuela.
No al asesinato indiscriminado y la impunidad. No a la amenaza y la extorsión. No a la piratería.
Sí a la Paz.

Grup Antimilitarista Tortuga

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