Níger cierra la última base militar estadounidense

mpr21                                                                                                                               Redacción

 

Tras la salida forzosa de las tropas francesas en 2023, le toca a Estados Unidos hacer las maletas en Níger, marcando así el fin de una era de ocupación militar occidental.

La retirada estadounidense de Níger es parte de una dinámica más amplia de eliminación de la presencia militar occidental en la región. En 2022 la junta maliense ya exigió la salida de las tropas francesas, acusadas de complicidad con el terrorismo yihadista.

Níger, considerado durante mucho tiempo un esbirro fiel en la región, siguió una trayectoria similar después del golpe de Estado de julio del año pasado. La nueva junta militar, impulsada por un creciente sentimiento anticolonial, expresaron rápidamente su deseo de ver la salida de los militares extranjeros.

El cierre de la base aérea 201 de Agadez, anunciado por el mando militar estadounidense para África (Africom), marca el fin de una importante presencia militar estadounidense en Níger. Esta salida, inicialmente prevista para mediados de septiembre, se aceleró.

La base de Agadez, una verdadera joya tecnológica en el desierto, sirvió como portaviones estadounidense para Níger y toda la región del Sahel.

La retirada estadounidense se produjo en dos etapas. En primer lugar, la salida de casi 800 soldados de la base de Niamey en julio, seguida de la evacuación de los últimos 200 elementos estacionados en Agadez. Este proceso ilustra la complejidad logística de la retirada, comparable a un chantaje hasta el final.

Para Níger va a ser un desafío desarrollar una estrategia autónoma de seguridad, manteniendo al mismo tiempo una cooperación regional efectiva. La junta tendrá que demostrar su capacidad para garantizar la seguridad del país sin el apoyo logístico y tecnológico occidental.

La retirada estadounidense de Níger marca así el final de un capítulo en la historia de las relaciones entre Occidente y el Sahel. Abre el camino a una reconfiguración de alianzas y estrategias de seguridad en una región que nada día encuentra nuevos desafíos.

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