Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/Nicaragua—China-politica-social-en-un-nuevo-orden-mundial-20230612-0029.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=39 Edwin N. Montes 12 junio 2023
Con la firma y formalización de las relaciones bilaterales con el gigante asiático, Nicaragua se suma y apoya el proyecto de un nuevo orden mundial basado en el multilateralismo.
En algunos nicaragüenses, los llamados opositores, sucede lo que, en su momento, José Martí denominó «sietemesinos», siervos del imperio «gigante de siete leguas». Para Martí, un sietemesinos son esos quienes no tienen fe en su tierra, esos quienes, por carecer de valor, les niegan ese valor y progreso a su tierra y demás conciudadanos. Son «desertores», «insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre».
Desde que Nicaragua restableció relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular de China, en diciembre 2021, estos sectores sietemesinos no han hecho otra cosa que criticar, desdeñar y restar valor a toda acción que surja en pro del bienestar de la población.
Mientras estos sectores reduccionistas se empecinan en criticar el intercambio comercial y relaciones de cooperación de Nicaragua con China, ignoran u omiten que, el imperio yanqui, tiene como su mayor proveedor comercial a China, y no a ninguno de sus socios europeos. Las importaciones de EE.UU desde China representan alrededor del 19.5% del total de sus proveedores. De acuerdo con cifras del Banco Mundial (2023), China es el mayor exportador, y el 2do. mayor importador del mundo.
El FMI ha llegado a declarar a China como principal potencia económica mundial en términos de PIB por Paridad de Poder Adquisitivo, en comparación con EE.UU. Según algunos especialistas, el PIB/PPA es más objetivo que el PIB nominal, porque brinda «una imagen más real y fiel de lo que es la situación de un país”.
Con la firma y formalización de las relaciones bilaterales con el gigante asiático, Nicaragua se suma y apoya el proyecto de un nuevo orden mundial basado en el multilateralismo. Así lo reafirma el Presidente, Cmdt. Daniel Ortega, al señalar que Rusia y China representan esos otros frentes en la creación de un mundo mejor, basado en el respeto soberano, autodeterminación y la cooperación.
Este acercamiento de Nicaragua con China fortalece, principalmente, su estrategia de diversificación de las exportaciones y dinamización de la producción nacional hacia un mercado potencial y más amplio como el chino; consolida el principio de justicia social y política redistributiva al garantizar que la Agencia de Cooperación de Desarrollo Internacional de China continúe apoyando en la construcción de viviendas para el pueblo; además de seguir mejorando y ampliando el sistema de transporte colectivo, a través de la reciente decisión del gobierno sandinista en adquirir unidades de buses a la empresa china Yutong.
El pueblo de Nicaragua también ha sido objeto de la solidaridad de China, a través de importantes donativos en equipamientos médicos (vacunas contra el COVID, cunas térmicas, monitores, ventiladores, desfibriladores), para continuar restituyendo el derecho a la salud de los y las nicaragüenses; así como donaciones de grandes toneladas métricas de trigo, fertilizantes o urea con el objetivo de seguir fortaleciendo la seguridad alimentaria. En materia educativa, se han realizado encuentros y establecido distintos acuerdos de cooperación conjunta entre representantes gubernamentales, empresariales y universitarias del país asiático con su contraparte nicaragüense, para fortalecer la educación especial, educación técnica y universitaria del país centroamericano.
Lo que muchos países y medios occidentales no mencionan del caso Nicaragua y China, es que ambos países han sido ejemplo en el diseño, innovación e implementación de la política social, a tal punto que fueron pioneros en el avance y cumplimiento de las metas de desarrollo del milenio aprobadas en 2000 por Naciones Unidas. Antes de la fecha límite (2015), China se convirtió en el primer país del mundo en cumplir con los ODM, al reducir en un 50% la cantidad de personas que vivían en situación de pobreza.
El servilismo, reduccionismo visual y mental de los sietemesinos es tal que prefieren ser esclavos del imperio yanqui, llamar a la destrucción, celebrar las sanciones, solicitar la injerencia externa e instauración de la pobreza, en lugar de reconocer toda acción de bienestar y progreso social dirigida hacia el pueblo y sus conciudadanos.
Los sietemesinos son y serán esos quienes hoy desdeñan y minimizan toda política social restitutiva y redistributiva, surgida en beneficio del pueblo, pero que, tarde o temprano, se nutren por igual de los frutos y progreso alcanzados con esa misma política y acuerdos de cooperación bilaterales. Bien lo dijo la Vicepresidenta de Nicaragua, Cra. Rosario Murillo, «también son demoníacos y satánicos quienes no saben honrar a sus pueblos, quienes al contrario, honran a los amos imperiales y se deshonran ellos mismos y a sus pueblos».
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