A pocas horas de que en Venezuela, mi país, comienzan las elecciones presidenciales, yo quiero recordar que estas elecciones no son justas ni libres.
No lo son, porque la brutal guerra económica, financiera, comercial, diplomática, mediática, y de constante amenaza militar, a que somos sometidos por parte de EEUU y la UE, para producir el deterioro de nuestras condiciones de vida y, con ello influir en nuestra voluntad y desanimarnos políticamente, retorciéndonos el brazo (como lo dijo Obama metafóricamente) en una suerte de chantaje total, no permiten la equidad y tranquilidad estructural imprescindibles en un evento electoral de esta naturaleza. Y ello no es justo. Y ello entorpece la libertad al introducir ese cruel efecto de extorsión.
Y sin embargo ganaremos. Estoy convencido de ello.
Ganaremos rotundamente en una elecciones que si bien no son justas ni libres, por la presión imperial y colonial a que somos sometidos, si son creíbles, porque los resultados están garantizados por uno de los mejores sistemas electorales que existen.
De manera que nuestra victoria, además de consolidar el proyecto bolivariano, servirá también, para darle al mundo, una vez más, una demostración de coraje y alegría vital, como ejemplo para los pueblos que luchan por su emancipación.
Solo espero, en lo personal, que en los próximos años de gobierno bolivariano con Nicolás Maduro en la presidencia de la República, nuestro pueblo sepa darse a sí mismo, legal y constitucionalmente, un nuevo sistema electoral a prueba de chantajes externos como el que nos afecta.
¡Nosotros venceremos!