UPAL 27/09/25
Editorial de la Unión Palestina de América Latina
En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Benjamín Netanyahu afirmó que desde el control de la Autoridad Palestina la población cristiana en Belén habría disminuido del 80% al 20%. Con esta acusación falsa, el primer ministro de la ocupación intentó responsabilizar a los palestinos de la reducción de la presencia cristiana en la ciudad santa.
Pero la verdad la conoce todo cristiano y todo palestino que ha vivido en esta tierra: quienes robaron las tierras de Belén, construyeron un muro que la aísla de su entorno, la estrangularon con puestos militares y negaron a sus habitantes la libertad de movimiento y de culto, no fue la Autoridad Palestina, sino la ocupación israelí misma.
Son las políticas de la ocupación las que convirtieron a Belén y a otras ciudades palestinas en territorios hostiles tanto para cristianos como para musulmanes:
• Quien sitió la Basílica de la Natividad con tanques en 2002, profanó sus patios, la bombardeó causando el incendio de la sección del Casanova y puso en riesgo la vida de clérigos y fieles, fue el ejército israelí;
• Quien demolió iglesias y monasterios, asfixió a Gaza y negó la libertad religiosa en Jerusalén, Hebrón y Belén, fue la ocupación;
• Y quien confiscó tierras, destruyó medios de vida y transformó la vida palestina en un infierno cotidiano mediante colonias y retenes militares, fue el mismo que empujó a decenas de miles de cristianos a la emigración forzada.
La emigración cristiana de Palestina no es producto de conflictos internos ni responsabilidad de la Autoridad Palestina, como Netanyahu pretende hacer creer, sino consecuencia directa de una política colonial sistemática que ataca a la tierra y a la gente por igual.
La paradoja es que quien hoy pretende defender al cristianismo es el mismo que continúa flagelando a su pueblo. La ocupación que ayer sitió y bombardeó la Basílica de la Natividad, es la misma que hoy impide a los fieles llegar a la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén o a la Basílica de la Natividad en Belén.
Por ello, el discurso de Netanyahu no es más que un nuevo intento de falsificar la verdad y de manipular a las comunidades religiosas al servicio de su proyecto político. La verdad es una sola: la ocupación israelí es la causa fundamental de la emigración de los cristianos de Belén y de toda Palestina.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
27 Septiembre 2025