Fuente: https://www.telesurtv.net/news/palestina-rechazo-consejo-seguridad-onu-20231023-0019.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=15 Pablo Jofre Leal 22 octubre 2023
Para los medios de información occidental, en la actual operación militar llevada a cabo por la resistencia palestina contra los ocupantes sionistas de su tierra -en el marco de las numerosas bajas ocasionadas a soldados, policías y colonos paramilitares- esas muertes israelíes son “terribles, dramáticas” y reviste escasa humanidad hablar de muertos, heridos, y recordarles que existe un desequilibrio a lo largo de estos últimos 75 años en cifras entre muertos palestinos e israelíes.
Lo sostenido me hace recordar que hace algunos años, nueve para ser más exacto, en plena operación militar de agresión contra la Franja de Gaza llevada a cabo por Israel, que en su lenguaje cinematográfico denominó “Operación Margen Protector”, me hacia la pregunta: ¿Cuánto vale la muerte de un soldado sionista, un policía o un colono extranjero en asentamientos instalados en territorio palestino? ¿Cuántos palestinos han muerto o resultaron heridos, desplazados, secuestrados, torturados, expulsados de sus pueblos, cuántas casas demolidas y nuevas tierras usurpadas?
Me interrogaba aquello porque dicha agresión, que se extendió por 49 días -entre el 8 de julio y el 29 de agosto de ese año 2014- se saldó con el asesinato de 2.310 palestinos, entre ellos 500 niños. Un total de 10.626 residentes en Gaza resultaron heridos y de 2.3 millones de habitantes de ese enclave costero, medio millón resultó desplazado en una superficie de 360 kilómetros cuadrados. Los muertos israelíes fueron 66 soldados y cinco civiles.
Sumemos a ello la destrucción de gran parte de la infraestructura sanitaria, industrial y productiva de Gaza. Hoy, ante la operación militar llevada a cabo por la resistencia palestina en suelo de la Palestina histórica ocupada, contra cuarteles militares, policiales y asentamientos habitados por colonos sionistas -tengamos presente que son ocupantes armados hasta los dientes y protegidos en sus guetos por las tropas sionistas, en cuarteles y puestos militares que cubren todo el suelo palestino. Sucesivos ataques contra Gaza y ciudades palestinas en Cisjordania ocupada no merecieron tanta preocupación por el número de muertos y heridos, ya que las cifras israelíes eran bajas. Es parte de lo despreciable que suele ser el tratamiento de los hechos por parte de una prensa hegemónica.
La ley del “ojo por ojo, diente por diente” del Gobierno extremista sionista pretende hacer creer que sus acciones militares sostenidas, crónicas, permanentes, habituales, que se extienden desde hace décadas contra el pueblo palestino, son una respuesta. “Represalias” las denomina el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, su pléyade de ministros extremistas y la casta militar del régimen nacionalsionista, a las acciones de combatientes palestinos. En este caso, actualizado a la operación militar de justicia reclamada llamada “Tormenta de Al Aqsa”. Hasta ahora las cifras de muertos palestinos se eleva sobre los 1.700, con más de 450 niños menores de 16 años y más de 300 mujeres. La sororidad aquí no se expresa por parte de la organización feminista internacional, como tampoco en los 75 años anteriores. El jueves 12 de octubre Israel dio muestras de su decisión de exterminio. “De una sola vez, un bombardeo israelí contra la Franja de Gaza mató a 45 miembros de una misma familia palestina, la mayoría mujeres y niños. Esto sobre el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de la Franja. El ataque sionista derribó un edificio residencial sobre la numerosa familia que se refugiaba en su interior, de los cuales al menos 23 eran menores de 18 años, incluido un bebé de un mes”.
Sumemos el asesinato de personal internacional. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa) confirmó este jueves 12 de octubre que 12 de sus trabajadores han muerto en los últimos días, víctimas de los bombardeos perpetrados por Israel sobre la Franja de Gaza. “Estamos devastados al tener que confirmar que 12 colegas de la Unrwa han muerto desde el 7 de octubre en la Franja de Gaza. Lloramos su pérdida y estamos de luto por ellos y por sus familias”, ha indicado dicha agencia en un mensaje difundido a través de sus redes sociales. Mil edificios destruidos que se adicionan a los que han sido derribados a punta de bombas en años anteriores y la presencia de miles de tropas SS -soldados sionistas- en la frontera artificial de una sitiada Franja de Gaza. Hoy la resistencia palestina da muestras de una epopeya y resistencia que nos recuerda el sitio de Stalingrado o la batalla de Karbalá resistiendo el asedio y la conducta criminal y totalitaria de un régimen que ha decidido exterminar a la población palestina.
Frente a la muerte de un millar de israelíes en suelo palestino ocupado, entre ellos militares y paramilitares, todos ellos colonos extranjeros en una tierra usurpada a sus legítimos dueños, la sexta administración del procesado Benjamín Netanyahu y la transversalidad de su Gabinete y mandos militares declararon que la resistencia palestina, signada con el nombre de Hamás en este caso pero que se ha ampliado al conjunto de la población palestina, “pagarían cara las muertes de los israelíes” dando continuidad a este intento que lleva ya 75 años de aniquilar a la población palestina. Un proceso que no distingue civiles de combatientes, a niños de adultos y simplemente se genera un pogromo sangriento y destinado a asesinar a la mayor cantidad de palestinos.
Objetivo que se desea cumplir por la dirigencia israelí antes que se detenga el rugir de tanques, aviones, naves de guerra en las costas de Gaza y en los bantustanes de Cisjordania, drones surcando con su carga de muerte los cielos palestinos y el uso cobarde de francotiradores que desde centenares de metros asesinan a hombres, mujeres y niños, pues bien saben que en un combate a corta distancia la cobardía sionista se expresa en toda su magnitud. De tal manera tienen claro que el número de muertos israelíes se va a incrementar si entran en ataques terrestres a Gaza, que lo han postergado en función de implorar a Egipto y la ONU para que intervengan -como lo han hecho en otras ocasiones- para mediar y así no aparecer ante el mundo como una entidad derrotada. Una línea de acción que tiene sus contradicciones de toda lógica en la doctrina del caos programado establecido durante la invasión de Irak ya el año 2001 bajo la llamada doctrina Wolfowitz (1). Esto pues, al mismo tiempo que desea que terminen las acciones de resistencia, Israel intenta apagar el fuego con bencina al atacar a países vecinos como Siria, al cual bombardeó sus aeropuertos de Damasco y Alepo. La estrategia de Netanyahu y su Gabinete de extremistas es generar el mayor caos posible que permita a Washington, bajo la excusa de la protección a su aliado, utilizar sus naves de guerra y bases militares en la zona para así incendiar el conjunto de Asia occidental.
La decisión de asesinar a cada palestino es encabezada por el propio Netanyahu, quien declaró que “Hamás será borrado de la faz de la tierra”. “Cada miembro de Hamás es hombre muerto pues son bárbaros y bestias”. Declaración que no ha merecido reparo alguno de los líderes occidentales que suelen palmotearle la espalda al procesado premier sionista. Las redes tampoco borran o censuran sus declaraciones llamando al crimen. Mismo tenor de su ministro de la guerra, Yoav Gallan, quien, ávido de sangre, señaló: “Y les digo a todos aquí: borraremos a esta cosa que se llama Hamás, el ISIS (Estado Islámico) de Gaza, de la faz de la tierra. Esta cosa no continuará existiendo, no habrá más una situación en la que asesinen niños y regresaremos a la normalidad. Acabaremos a este fenómeno”.
La expresión es a todas luces extraña, pues el ISIS o Daesh ha sido una criatura que ha contado con el apoyo y protección del régimen israelí a través de la ocupación de hospitales militares en los ocupados Altos del Golán sirio. Recordemos que ese grupo de extremistas llamado Daesh, organizados por Occidente, nunca atacó blanco israelí alguno y menos instalaciones u objetivos de Estados Unidos y sus aliados en Asia occidental.
A la muerte de uno de los míos -dice el régimen civil y militar del nacionalsionismo israelí- entonces me vengaré llevándome en promedio 35 de los tuyos, aunque a algunos el conteo de muertos les parezca obsceno. La realidad es obscena, es aterradora, es brutal. A mis muertos, sostiene el régimen de Israel, le sumaré todos los muertos de tu sector que pueda causar con el uso de bombas de fósforo blanco, el envio de misiles de precisión, el bombardeo de conjuntos habitacionales, hospitales, mezquitas, infraestructura civil, sanitaria, industrial, granjas, todo lo que puedan destruir para convertir el campo de concentración de Gaza en un campo de muerte y desolación. Nada nuevo bajo el sol, pues contra Gaza, principalmente, desde el año 2006 a la fecha el exterminio ha sido pan de cada día. Todo ello bajo la mirada y el silencio cómplice de todos aquellos países que se llenan la boca con los conceptos de democracia y derechos humanos. De Gobiernos más preocupados de la muerte de un familiar de alguno de sus connacionales, amplificando el concepto de sororidad como si ello fuese lo fundamental, que del horror de décadas de exterminio, muerte y desolación de palestinos: hombre, mujeres y niños.
Nota:
(1) Paul Wolfowitz fue el responsable último de la Guía de Planificación de la Defensa de Estados Unidos en los años 90. Desarrolló un proyecto que contenía la política exterior de defensa para los años venideros (comprendía desde 1994 a 1999), una política exterior “unipolar” y de acción militar preventiva para neutralizar toda posible amenaza de otras naciones (https://www.eldebate.com/internacional/20230320/doctrina-wolfowitz-vision-hegemonia-estadounidense_101945.html).
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