En el video de la agresión nazi, denunciada en redes sociales, producida en el bar Openchef situado en la calle Delicias de Zaragoza, se puede comprobar cómo un nazi, al que llaman “El Pirri” muestra una esvástica tatuada en su tripa, propina a la chica venezolana insultos racistas y machistas como “estás en mi país, extranjeros a tomar por culo”, “basura”, “si fueras un hombre te partiría la cara y la cabeza”, “hija de puta”, y le amenaza con agredir físicamente y expulsar del bar.
Como ya adelantó Alejandro Plana en Diario Red, la chica relató en redes sociales que el ataque comenzó cuando el hombre empezó a hacerle “comentarios asquerosos” sobre su cuerpo, llegando a amenazarla con “sacarla a patadas” y que la iba a “reventar”.
“Todo comenzó porque al entrar al bar me empezó a hacer comentarios asquerosos constantemente hasta el punto de ponerse detrás de mí a seguir haciendo lo mismo, luego de responderle empezó con amenazas de que me iba a sacar a patadas que me iba a reventar, lamentablemente hoy en día seguimos viviendo cosas como estas y evidentemente este tipo de personas no tienen ningún tipo de repercusión, lamentable es lo único que puedo decir sobre estas cosas”, denunciaba la agredida.
La mujer agredida explica también que tomó la decisión de publicar el vídeo porque este nazi ‘’hizo amenazas de hacerme algo al salir del bar”. “Simplemente al entrar al bar le dije que por favor dejara de hacerme comentarios asquerosos sobre el tamaño de mis tetas entre muchos más, le dije que podría ser mi abuelo y luego de eso procedió a ofenderme de mil maneras, que como siempre están tratando de justificar el comportamiento de otros hombres y culpando a las mujeres de todas las babosadas que hacen”, explica la víctima en un video de La Fórmula Brigante en Instagram.
Este pasado lunes, en el programa Mañaneros de RTVE la víctima explicó que “esa persona se pasó demasiado” con ella y que en el momento de entrar al bar el agresor le dijo comentarios repetitivos como “vaya tetas llevas” y “se me cae la baba, no puedo controlar mis pensamientos”. “Yo pedí mi botella de agua y me senté y ya lo que me molestó bastante es que se puso detrás de mí como a mirarme por el pantalón” mientras “seguía haciendo esos comentarios”.
Diferentes personas que conocen al agresor han señalado que a este nazi se le conoce como “El Pirri” y que era “una vieja guardia” de los ultras de extrema derecha del Real Zaragoza, el Ligallo Fondo Norte, hinchada en la que durante los años 90 “comenzaron a campar a sus anchas un grupo de hinchas que se autodenominaban Unión Norte, en torno al que se movían fascistas de nueva y vieja escuela”. Y, posteriormente, se ha consolidado como una hinchada de extrema derecha con rivalidades irracionales, y a veces violentas, contra otros grupos, ultraderechistas o no, de otros equipos de fútbol.
Asimismo, ese grupo de personas que conocen a “El Pirri” han afirmado que el racista frecuenta los bares del Paseo Calanda, Duquesa Villahermosa y el BeerHouse Tavern ubicado en la calle del Arzobispo Apaolaza de Zaragoza.
Otro de los interlocutores ha asegurado a este medio de comunicación que este agresor “iba en el grupo y era amigo (desconocemos si en la actualidad sigue manteniendo relación) de Alberto Goenaga”, otro nazi zaragozano que fue condenado a 18 años de cárcel por matar en La Puebla de Alfindén a un hombre de dos disparos a corta distancia tras haberle dado una brutal paliza.
Esta misma fuente nos ha explicado que en el año 2007, en el bar de La Mina, propiedad en aquel entonces de Alberto Goenaga, una cuadrilla de nazis, entre los que se encontraba “El Pirri”, se le acercaron con “amenazas, de forma intimidante, dando golpes con el pecho” y enseñándole tatuajes donde “se veían esvásticas”, ya que “se pensaban que era un policía”. “Esto pasó la segunda vez que acudí a La Mina, la primera vez ya noté que se me miraban mal”, explica nuestra fuente, quien añade que cuando acudió a dicho establecimiento desconocía que estuviera frecuentado por nazis.
“Me senté en la terraza de un bar cualquiera (La Mina), pedí una jarra de cerveza y este tío (Alberto Goenaga) empezó a mirarme muy mal y no le di importancia. A la siguiente vez que volví había una cuadrilla de rapados nazis que no paraban de mirarme y en esas que fui al baño y se me enfrentaron. Yo fui inteligente, me callé, pagué y me fui”, explica.
Este acto de agresión racista de “El Pirri” contra la joven en Zaragoza no es un caso aislado. La violencia política de la ultraderecha contra quienes piensan diferente o contra los colectivos migrantes y lgtb (fundamentalmente, pero nadie está a salvo de la violencia fascista de este tipo de personas), no ha dejado de producirse en Aragón, con episodios de ‘más o menos baja intensidad’, durante los últimos años.
La diferencia importante respecto a años atrás es que en la actualidad los nazis y fascistas violentos se ven reforzados e incluso alentados en las redes sociales e instituciones por políticos como los del ultraderechista Vox y por activistas ultraderechistas disfrazados de periodistas.