Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Murio-un-refugiado-en-la-prision-flotante-para-migrantes-del-Reino-Unido Jaime Castán @JaimeCastanCRT 12.12.23
El «Bibby Stockholm’» es una gigantesca embarcación amarrada en Portland (Dorset, Inglaterra) que opera como una prisión flotante para migrantes que solicitan asilo. Cientos ingresaron en octubre, dos meses después de que se detectara un brote de legionela en el barco, que ha sido denunciado por organizaciones sociales y de derechos humanos. Abordo del mismo ha muerto un refugiado y se especula con un suicidio como la causa.
Un migrante solicitante de asilo en Reino Unido y recluido por el Gobierno británico en la barcaza «Bibby Stockholm» ha sido declarado muerto, tal y como informó la agencia PA este martes. Las causas de la muerte apuntan a un suicidio, si bien fuentes oficiales todavía no han aclarado las circunstancias. El «Bibby Stockholm», se encuentra en el puerto de Portland, donde ingresaron en octubre a cientos de migrantes, dos meses después de que se detectara un brote de legionela en el barco, el cual ha sido considerado una «trampa mortal» por asociaciones sociales y de derechos humanos, debido a la falta de medidas de seguridad y hacinamiento.
Steve Smith, director ejecutivo de Care4Calais, un grupo de derechos de los inmigrantes que trabaja con los refugiados del Bibby Stockholm, ha denunciado públicamente «que la barcaza es como una prisión» y que aquellos a bordo «se sienten encarcelados, encerrados tras una valla con alambre de púas, con su libertad restringida por vigilancia 24 horas al día, 7 días a la semana y seguridad estilo aeropuerto para incluso salir a caminar”.
«Esto no es un alojamiento como lo definimos tradicionalmente: es un cuasi centro de detención que segrega a los solicitantes de asilo del resto de la sociedad», añadía Smith, sobre la situación de estos migrantes, muchos de ellos refugiados provenientes de Pakistán, Irán, Afganistán e Irak.
Esta muerte de un refugiado abordo de la prisión flotante llega en un momento de crisis política para el Primer Ministro británico y líder del Partido Conservador, Rishi Sunak, inmerso en el intento de sacar adelante una polémica ley antiinmigración que pretende deportar de forma totalmente arbitraria a 200 migrantes a Ruanda. Junto a los problemas económicos, Sunak debe hacer frente a la oposición surgida por esta política racista. Tanto la oposición externa, por la brutalidad de la medida; como interna, del ala más ultraderechista de los «torys», que le exigen más contundencia.
El pasado 15 de noviembre, el Tribunal Supremo británico ya tumbó el acuerdo del Gobierno británico con Ruanda, al considerar que el país africano no era «seguro» para mandar a los inmigrantes y que la medida vulneraba los derechos humanos de los solicitantes de asilo. Una sentencia judicial que Sunak pretende dejar sin efecto si consigue los apoyos para sacar adelante la ley, pero que podría costarle también un fracaso político y el fin de su mandato.