Fuente: lquesomos.org/miren-es
El Financiero de El Garaje. LQS. Marzo 2020
De aquí se saldrá con un fuerte reforzamiento (las grandes corporaciones), un debilitamiento de todos los demás, con el “perfeccionamiento” de los sistemas de control de poblaciones y, seguramente con la puesta en marcha de las grandes modificaciones pendientes
Mírenlo bien, porque ayuda a comprender lo que está pasando.
Este gráfico, (publicado en serenity markets.com poco antes del crash) es esencial para comprender la situación. Refleja cómo en 2019 llegamos al final de una onda 3 de la globalización. La primera duró de 1870 a 1910. La onda 2 supuso un parón, de 1910 hasta el final de la II Guerra Mundial. Lo que en el gráfico aparecen como onda 2 y onda 3 podría considerarse como una sola, muy extendida y, sobretodo, muy acelerada desde 1990.
Los excesos de la globalización llevaron ya en 2019, con dos avisos previos, a un parón. Se puede observar en el siguiente gráfico (aparecido también en serenitymarkets.com) que refleja los intercambios comerciales entre USA y China.
Las ondas 4, de frenazo (como en la que estamos y en la que entramos con las primeras medidas proteccionistas) suelen ser siempre muy complicadas y violentas en el ajuste de los excesos anteriores.
La pandemia del coronavirus ha llegado, ciertamente no por casualidad, en el marco temporal en que sus efectos pueden ser devastadores porque, precisamente, sirve de detonante a una situación previa caracterizada por una enorme sobrevaloración de los activos, un nivel abrumador de deuda y una recesión que ya se anunciaba para este año (de hecho, economías como las de Japón y Alemania ya estaban en recesión). Ahora la recesión será para todos.
Este virus resulta particularmente adecuado para paralizar la economía. Que se contagie tan rápidamente y obligue a enormes gastos en sanidad, pone de rodillas a cualquier país, como hemos visto este 15 de marzo con las terribles cifras macro de China, (Italia, que había firmado unos importantes acuerdos comerciales con China, también sale malparada). Su baja mortalidad aumenta paradójicamente los gastos sanitarios (los muertos son “más baratos”). El virus va a ser un factor importante para profundizar esta fase de desglobalización.
De aquí se saldrá con un fuerte reforzamiento (las grandes corporaciones), un debilitamiento de todos los demás, con el “perfeccionamiento” de los sistemas de control de poblaciones y, seguramente con la puesta en marcha de las grandes modificaciones pendientes: pensiones, renta básica y, sobre todo resolución –que puede ser muy traumática- del problema del endeudamiento.
Esa será la onda 5, durante la cual se alcanzarán niveles extraordinarios de concentración de capital, de poder económico, de aplicación de la tecnología a todas las facetas de la actividad humana. Que ya nos vayan diciendo que cambiemos de forma de vida es para que nos vayamos preparando.
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