Fuente: La Jornada
Varados, miles de migrantes indios por el Covid-19
Con India confinada para frenar la pandemia del coronavirus y sin forma de ganar dinero, miles de personas caminan largas distancias para volver a sus aldeas, luego de que las autoridades cerraron el transporte, con excepción de los servicios esenciales. En el país hay alrededor de 100 millones de trabajadores migrantes no calificados o semicalificados, quienes ante la falta de oportunidades en sus lugares de origen se ven obligados a trasladarse a las grandes ciudades y a las zonas más ricas del sur. La imagen, en Nueva Delhi. Foto Afp
Menos de 30% de la población atiende el llamado a quedarse en casa
Denuncia campaña negra sobre falso aumento de neumonía atípical
México ya rebasó límite de positivos en un día; hay 848 casos y 16 fallecidos
Llegar al estado de excepción significaría que ya es demasiado tarde: López-Gatell
L. Poy Solano, A. E. Muñoz y Juan Ricardo Montoya, corresponsal
En Yucatán, Chihuahua e Hidalgo ponen barricadas para que no pasen fuereños
Corresponsales
Llama a actuar con disciplina y prudencia
Alma E. Muñoz
La cifra global asciende a 660 mil 706 enfermos y 30 mil 652 muertos
España parará 2 semanas toda actividad no esencial; en África, 3,778 contagios
Agencias
OPINIÓN
Elena Poniatowska
HOY
Aviso urgente. A quien corresponda: estas no son vacaciones, ¡¿eh?!
La tele está encendida. Rosario mira con expresión desolada la escena donde aparece un grupo de refugiados. Al oír que se abre la puerta, apaga el televisor y saluda a Jaime, su esposo: Rosario: –Mi vida: a lavarse las manos por favorcito.
Jaime (desde el baño): –Eso decía mi mamá cuando regresaba de la escuela:
No te sientes a comer si no te has lavado las manos.
Rosario: –¿Cómo te fue? Jaime: –En toda la mañana sólo hice una dejada. Lo bueno es que en la tardecita me salió un viaje a Toluca. Gracias a eso podré entregarle algo de la cuenta al patrón: anda desesperado. Y tú, ¿qué tal?
▲ El Romanza (imagen), gimnasio mítico en Iztacalco, de donde emergieron figuras memorables del boxeo, como Juan Manuel Márquez, Daniel Zaragoza o Gilberto Román, cerró sus puertas ante la emergencia sanitaria por el coronavirus, lo que significa cortar de tajo el trabajo devoto de puñados de jóvenes que sueñan con la gloria.
Me da tristeza y preocupación, dice Ignacio Beristáin, hombre adusto y con vocación obsesiva por la enseñanza del boxeo, quien lo fundó en 1992. En el centro de la Ciudad de México, el Pancho Rosales también interrumpió su servicio;
pocos boxeadores tienen ganancias para permitirse el lujo de estar inactivos, señala Rubén Oropeza, dueño del lugar, aunque reconoce que podía convertirse en foco de infección. Foto La Jornada / Juan Manuel Vázquez
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De la redacción
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