Un artículo de Oleg Yasinsky, periodista ucraniano chileno, colaborador de medios independientes latinoamericanos, que nos ha llegado por canales alternativos de Telegram. En él, describe el grado de deshumanización del régimen de Kiev, que deprecia a sus caídos en combate y se niega a cumplir los acuerdos de intercambio de cadáveres firmados en Estambul la semana pasada. El grado de sumisión a sus patrocinadores occidentales alcanza unos niveles grotescos
La Unión Europea cuenta con los intoxicadores para sus planes militaristas
mpr21 Redacción

La Unión Europea se precipita hacia el militarismo y el rearme y en su ofensiva cuenta con la fidelidad de los periodistas europeos. Quiere encargarles que persuadan a la población para que acepten y promuevan la espiral belicista.
El periódico alemán Berliner Zeitung ofrece el testimonio de uno de los periodistas que Bruselas quiere captar para sus campañas intoxicadoras. “Así se prepara Europa para la gran guerra”, titula el periódico.
La Unión Europea invita a periodistas a asistir a conferencias que validan su belicismo y el aumento de los presupuestos militares. Los periodistas reciben un informe de prensa elaborado por los gabinetes de imagen de Bruselas.
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Los servicios de inteligencia iraníes penetran en la fortaleza nuclear de Israel
mpr21 Redacción

El domingo el ministro iraní de Inteligencia, Esmail Jatib, afirmó que Irán obtuvo una gran cantidad de documentos sobre las instalaciones nucleares del régimen israelí. En declaraciones a la cadena pública de radiodifusión (Irib), Jatib afirmó que la operación, “exhaustiva y compleja”, se llevó a cabo en los territorios ocupados para transferir “información estratégica, operativa y científica” a Irán.
“Los documentos que obtuvimos se refieren a información sobre las instalaciones nucleares del régimen sionista”, declaró Jatib. Los documentos se obtuvieron a través de informantes sobre el terreno, se transfirieron a Irán con el máximo secreto y no todos se divulgarán próximamente.
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La Papelera: cuando lo cotidiano también duele, también brilla
La Papelera es la primera semilla de AfroféminasTV. Un nuevo lenguaje, una nueva etapa. Hace 11 años creé Afroféminas con la urgencia de visibilizar nuestras voces, de denunciar el racismo que atravesaba las vidas de las mujeres negras y así lo hice y así lo hicimos. Hoy, con este corto, doy un paso más: quiero contar nuestras historias cotidianas desde otros lenguajes. Mostrar nuestra existencia no solo desde la denuncia, sino desde la sensibilidad, la complejidad, la belleza. En esta ocasión lo hago sola, desde mi intimidad. Después de formarme en IA generativa, fui consciente de las numerosas posibilidades que ofrece la inteligencia artificial y pongo en marcha este proyecto que ya llevaba pensándolo desde el 2021 con aquella idea de «el netflix negro».
Ver corto en:
La Papelera: cuando lo cotidiano también duele, también brilla
Aunque no soy cineasta de profesión, vengo del mundo del arte y de la teoría estética. Y esta pequeña realización -porque sí, es una realización cinematográfica- nace también de una necesidad urgente: intervenir. Intervenir en las imágenes, en las narrativas, en los códigos que construye la inteligencia artificial.
Durante el proceso creativo confirmé algo grave: los sesgos étnicos no solo persisten, se amplifican en muchas de estas herramientas. Al trabajar con generadores como Leonardo AI o Pika, incluso siguiendo todos los protocolos técnicos -prompts bien elaborados, plantillas profesionales, instrucciones claras- me encontré con imágenes distorsionadas o directamente censuradas solo por el hecho de representar a mujeres negras. Escenas marcadas como «explícitas», contenidos tachados o manipulados sin lógica. En cambio, las imágenes creadas en ChatGPT fueron más respetuosas, probablemente porque esta herramienta cuenta con un conocimiento más profundo de mi trabajo y mis textos, lo que le permite entender mejor lo que quiero narrar. Y con Hula, además, me encontré con algo fundamental: cuando algo no funcionaba, me preguntaba si había problemas de sexismo, desnudos o sesgos. Una voluntad clara de corregir. Porque detrás de cada herramienta hay decisiones, y si no participamos activamente en esa construcción, volverán a robarnos la narrativa, la imagen, la voz.
Este corto no busca representar el momento evidente del racismo. Eso ya lo venimos denunciando desde hace más de una década en Afroféminas. Lo que quiere «La Papelera» es otra cosa: mostrar nuestras vidas cotidianas, nuestros días aparentemente normales, esos espacios donde habitan violencias simbólicas que nadie nombra, pero que nosotras sí sentimos. Las que atraviesan un gesto, una mirada, una expectativa. Las que no siempre tienen nombre, pero siempre dejan huella.
Este trabajo quiere decir que nuestras vidas importan, incluso cuando no están siendo gritadas. Quiere decir que somos mucho más que el dolor y todos los estereotipos que se nos atribuye. Que en nosotras también hay belleza, inteligencia, ternura, imaginación y poder. Que nuestras vidas están llenas de color, de mundos internos que se resisten a ser caricaturizados. Y ese, precisamente, es el corazón de AfroféminasTV: una plataforma para mostrar todo lo que no se ha querido ver y para conseguir todo el protagonismo que se nos ha querido quitar.
La Papelera no es un cierre, es un comienzo. A partir de ahora, seguiré creando este tipo de contenidos desde AfroféminasTV. Y estoy abierta a todo tipo de apoyos -porque crear, aunque sea desde la independencia, no es gratis. Las herramientas cuestan. El tiempo cuesta. Hacerlo bien cuesta.
Algunas aclaraciones importantes sobre el proceso
Aunque lo que se escucha en La Papelera puede parecer un programa de radio o un podcast, no lo es. Esa conversación fue generada con una herramienta de Inteligencia Artificial llamada Notebook LM, que trabaja a partir de textos teóricos que yo misma seleccioné. Me interesa aclararlo porque, más allá de lo visual, este corto también es una intervención teórica y tecnológica. Por lo tanto no es una grabación real, no es un programa de radio real, sino una creación digital que reproduce el efecto de una charla íntima, reflexiva y profunda. Ese efecto fue buscado y cuidadosamente diseñado.
También quiero destacar el valor simbólico de la primera escena, donde aparecen dos mujeres negras. Una lleva el pelo alisado y la otra no. Lo habitual sería centrar la atención en la mujer que se alisa, con todos los debates que eso implica. Pero esta vez no era el foco. No porque ese tema no importe,
sino porque se ha abordado mucho y, sobre todo, porque muchas mujeres que se alisan el pelo no niegan su negritud. El tema central aquí era la máscara: quién la lleva, cuándo, por qué. Por eso la escena gira en torno a la otra mujer, a sus gestos, a su transición. Esa escena fue incluso censurada por algunas herramientas de IA, marcándola como explícita sin justificación real. Y eso también dice mucho. Porque no es una escena sexual, ni violenta, ni provocadora, es una ESCENA CULTURALMENTE VALIOSA PARA LAS MUJERES NEGRAS. Es una escena de cuidado y de confianza: dos mujeres negras, en un espacio íntimo, compartiendo un ritual. Muchas de nosotras no vamos a peluquerías por la violencia simbólica que allí se puede vivir. Creamos nuestros propios espacios. Y eso también es resistencia. También es cultura. Ese gesto de peinarse entre nosotras es íntimo, sí, pero no es sexual ni familiar: es político, amoroso y cotidiano. Espero que ahora sí se entienda.
En cuanto a las máscaras quiero decir que este corto no se hace para señalar. Sinceramente creo que todas las personas negras nos hemos puesto en algún momento esta máscara para encajar y otras también, desgraciadamente, para generar violencia hacia nosotrxs mismxs. Ojalá que este trabajo sirva para evidenciar una vez más cómo funciona psicológicamente la huella del racismo y del colonialismo. Es un corto para luchar contra estereotipos pero también para sugerir una conversación interna, sincera e intima como afrodescendientes que somos.
Una última reflexión
En el arte contemporáneo se repite una idea: cuanto menos se entienda, mejor, pero eso solo sirve para los blancos, es decir, si un hombre blanco mata, nunca se dirá «todos los hombres blancos matan». Sin embargo cuando quien comete el delito es una persona negra, el caso no se trata como algo singular o excepcional sino que directamente se dice «todos los inmigrantes matan», «todas las personas negras son delincuentes». Por lo tanto en el feminismo negro no hay nada obvio, todo ha de ser explicado, al menos, cuando se trata del universo simbólico de las mujeres negras.
Nuestro mundo ha sido malinterpretado demasiadas veces. Ha sido distorsionado, estereotipado, reducido a clichés racistas o exotizantes. Y cuando no se explica lo que mostramos, cuando se deja a la “libre interpretación”, lo que suele pasar es que nos leen desde esos viejos prejuicios.
Por eso yo elijo explicar. No por falta de poesía, sino por creo que es una necesidad. Porque nuestras historias necesitan llegar con claridad, con justicia y con belleza. Y porque si no explicamos, si no intervenimos también en la interpretación, el riesgo es que vuelvan a narrarnos desde fuera. Y eso ya no lo podemos permitir.
Solo me queda por decir que este trabajo me hace muy feliz, que lo hago sin buscar la aprobación de nadie, ni el premio de nada ni nadie. Representa una necesidad personal de expresión artística. Pensaba que recién cumplidos los 50 años no se me iba a ocurrir algo que me generara tanta ilusión y desde luego que me equivoqué. Me siento igual o mejor que cuando creé Afroféminas.
En el tik tok @negraenfoco, que abrí hace unos pocos días, iré subiendo posibles historias susceptibles a ser contadas. Solo tienes que entrar y sugerirlo.

Nota de autoría
“La Papelera” es una obra íntegra de Antoinette Torres Soler. Desde la idea original, el guión, la selección de fragmentos teóricos, la creación visual, la animación, la edición y la producción, todo ha sido realizado por mí, de forma independiente y con recursos propios.
Este corto es fruto de años de trabajo, reflexión, vivencia y conocimiento acumulado. Cualquier intento de apropiación, invisibilización o borrado de mi autoría será considerado una forma de violencia simbólica y un acto político de desposesión.
«La Papelera» es un homenaje:
A Piel negra, máscaras blancas, de Frantz Fanon.
A Rosa Parks.
A bell hooks.
Y, sobre todo, a nosotras: las mujeres negras.

Sáhara: la Unión Europea busca la manera de burlarse del derecho internacional
mpr21 Redacción

El 4 de octubre expira el plazo para que la Unión Europea cumpla con la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que exige el etiquetado de los tomates y melones producidos en el Sáhara. La Comisión Europea negocia el embrollo con Marruecos al respecto, pero guarda silencio, lo que no es una buena señal.
La sentencia del Tribunal establece que el Sáhara es un territorio es “distinto del de Marruecos y constituye un territorio aduanero en el sentido del Derecho de la Unión” (1).
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Eichmann en la Universidad. Ángeles Diez y otros
Las universidades españolas siguen firmando proyectos con instituciones israelíes. El Estado genocida ha recibido más de 1.000 millones de euros en colaboraciones europeas
“Jamás he matado a un ser humano. Jamás di órdenes de matar a un judío o a una persona no judía. Lo niego rotundamente”.
Más tarde matizaría esta declaración diciendo:
“Sencillamente, no tuve que hacerlo”.
(Hannah Arendt; Eichmann en Jerusalén, 1963).
George Orwell escribió 1984 en 1948, año de la imposición y autoproclamación del Estado sionista de Israel. La primera consecuencia del proyecto europeo de partición de Palestina para asegurar el control colonial del mal llamado “Oriente Próximo” fue la Nakba: 700.000 palestinos expulsados y una horrible lista de masacres.
Muchos ven en 1984 una cima de la ficción distópica. Publicada en 1949, la novela señala el vacío deshumanizante que genera todo sistema de control y dominación. A Winston Smith, personaje principal del texto, “le sorprendía que lo más característico de la vida moderna no fuera su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido”.
Años después, en 1963, Hannah Arendt publicaba Eichmann en Jerusalén. El término “banalidad del mal” parecía rimar con la tesis orwelliana. El funcionario del Tercer Reich encarnó lo que, en palabras del filósofo Castor Mari Martín Bartolomé Ruiz, supone la normalización de la barbarie: “Comienza con el vaciado ético de la conciencia de la gente común, casi incluso secundaria en el proceso global de violencia, porque simplemente cooperan de forma colateral, sin sentirse responsables de las decisiones que se toman en la aniquilación del otro”. Es así como, “en el cumplimiento del deber”, Eichmann “obedecía ciegamente, sin cuestionar, las órdenes que recibía”.
Los 20 meses transcurridos desde el pasado 7 de octubre de 2023 han puesto la alfombra roja a esa cooperación eichmanniana en todas nuestras instituciones económicas, políticas, culturales, educativas… En todo momento y lugar. Gaza nos devuelve el reflejo de nuestra propia miseria política, ética, social, cultural, racional, ilustrada, liberal… racista. Ese vacío que en 1984 asombraba al melancólico Winston es el mismo que permite anunciar una nueva “solución final” naturalizando la impunidad de sus ejecutores, colaboradores y beneficiarios. “El principal valor ético de Eichmann era la obediencia a sus superiores, siendo éste el mayor deber de un buen empleado, un empleado de excelencia, como él se consideraba».
Las referencias anteriores son útiles para tratar de comprender “el horror”, pero no terminan de encajar en el caso que nos ocupa. El holocausto palestino es otra cosa, a la vez paradigmático y excepcional. Es el castigo que debe aplicarse a quienes han soportado y resistido más de un siglo de sometimiento y humillación. La venganza contra generaciones que han sobrevivido en pie de lucha mucho más tiempo del previsto en el plan de Occidente. Y por eso se le ha señalado pública, repetida e impunemente como (la) otredad subhumana, objeto de la “colonización final”. Los poderes que conducen esa máquina monstruosa llamada “Estado de Israel” no perdonarán jamás la incontenible voluntad de liberación del Pueblo Palestino. Necesitan exterminar a esa masa humana como quien aplasta un insecto, para deshacerse de la molestia que le produce su empeño en liberarse. Para dormir, por fin, tranquilos y aliviados. El profesor Joseph Massad nos recuerda que el genocidio es un valor occidental.
En Modernidad y Holocausto (1989), Zygmunt Bauman encontró en la noción de distancia la clave moderna de la estructura burocrática estatal. Estudiando las condiciones de producción del Holocausto, tratando de entender cómo un grupo de seres humanos podía cometer genocidio contra otro, entre los elementos más decisivos de esa estructura deshumanizante encontró una racionalidad puramente instrumental que guía la organización, la obediencia a una serie de reglas estrictamente impuestas y una división del trabajo basada en tareas cada vez más concretas. La multiplicidad de niveles de decisión dictadas por las burocracias modernas crea una distancia física y moral entre quienes toman una decisión y quienes la ejecutan. Así se aparta física y ontológicamente al perpetrador de su acto, por extrema que sea su violencia. Las decisiones y acciones de cada miembro facilitan la normalización de esos actos de violencia extrema. Insistimos: este texto no habla de los genocidas que se graban en vídeo celebrando la voladura de un hospital o la ejecución de una anciana, sino de ese distraído batallón de académicos que pasea junto a los escombros que deja cada misil sin mirar a la cara a los testigos de su miseria. El homo academicus de nuestro siglo XXI ha tocado fondo. “No politicemos las aulas”… “Este no es un asunto estrictamente académico”… “Genocidio no es el término correcto”… “Ni genocidio ni terrorismo”… “¡Alerta antisemita!”… “No es la sociedad, es el Estado”… “No es el Estado, es el gobierno”… “Tampoco es todo el gobierno, sino Netanyahu”… “En Israel hay gente crítica”… “La sociología no mata”… “Voy muy liado”.
Quizá la última cita, por ser la más común, sea también la que más patéticamente describe nuestro panorama doméstico. La obediencia a la lógica del gerencialismo no se rinde tanto a poderes encarnados por individuos en un orden jerárquico, sino a un axioma ubicuo y criminal; a la racionalidad totalizante del capital financiero y tecnológico, disfrazada con el eufemismo “eficiencia”; a un modelo de gestión empresarial tecnoliberal que habla el lenguaje del valor monetario y coloniza todos los sectores, instituciones, rincones, actividades y relaciones de la sociedad.
Y en este punto brota la pregunta más importante para quienes poblamos las universidades: ¿En qué medida el modelo gerencial impuesto en nuestras instituciones universitarias nos hace cómplices de genocidio? Y de ella surge una lista de preguntas previas, como ¿cuándo dejaron nuestras universidades de comportarse como universidades? ¿Cuándo dejaron de guiarse por el respeto a los derechos humanos? ¿Lo hicieron alguna vez? ¿Cuándo comenzaron a despreciar sus propios valores? ¿Cómo nació la cooperación eichmanniana con el genocidio palestino en las universidades? ¿Fue con la pasividad e inacción efectiva contra la intensificación del genocidio en Palestina, desde octubre de 2023? ¿Fue su rendición ante la austeridad y la precariedad post-2008? ¿Fue su servidumbre gerencial ante las recetas mercantilistas y privatizadoras del plan Bolonia?
Clara Mattei acota la respuesta que realmente importa: “Las universidades hoy están organizadas precisamente para evitar que el conocimiento sea empoderador”. La no respuesta ante el genocidio en Gaza descubre las vergüenzas universitarias como efecto de una trágica congelación epistémica y, en general, de la crisis anómica del “primer mundo civilizado”. Hay un vínculo de retroalimentación entre gerencialismo meritocrático y genocidio normalizado, como lo hubo entre la noción de buen gobierno de los negros y su aplicación en la industria de la muerte, la tortura y la explotación esclavista. Sí, lo hay.
El pasado 18 de marzo, tras seis meses de preguntas sin respuestas y ninguneo burocrático-administrativo por parte de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE), ante la violación del alto el fuego por Israel, el recrudecimiento del genocidio y la indiferencia de nuestras instituciones, la Red Universitaria por Palestina (RUxP) publicó el manifiesto “Sin respuesta de la Universidad. Silencio ante el genocidio, firmado por más de 2700 miembros de la comunidad universitaria en el Estado español. Situamos a la sociedad civil como interlocutora directa de nuestra red, y con ello, el pasado 15 de mayo, durante la conmemoración de los 77 años de la Nakba, anunciamos la convocatoria del Tribunal de los Pueblos sobre la Complicidad del Estado Español con el Genocidio en Palestina (TPCGP), que el próximo otoño juzgará la complicidad de nuestros gobiernos, instituciones, universidades y empresas con la ocupación, el apartheid y el genocidio en curso en Palestina.
Pocos días después, el informe de la RUxP “Estado de los compromisos universitarios en la suspensión de relaciones con Israel” evaluó la suspensión de relaciones y colaboraciones académicas con las entidades de Israel en el aniversario de los compromisos universitarios emitidos durante la primavera de 2024 y en el marco de las obligaciones derivadas del dictamen consultivo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) del pasado 19 de julio: “Consecuencias jurídicas derivadas de las políticas y prácticas de Israel en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental”.
El objetivo principal del análisis fue responder a las siguientes preguntas: ¿Siguen las universidades españolas iniciando nuevos proyectos de investigación con instituciones de Israel vinculadas con la ocupación ilegal del territorio palestino? ¿Participan las universidades españolas con Israel en proyectos militares y de defensa? ¿Las universidades españolas colaboran con empresas y entidades bancarias que financian a los fabricantes de las armas que se usan en el genocidio en Gaza?
El informe localizó 44 proyectos en los que colaboran al menos una institución española y otra de Israel, con fecha de inicio posterior al 1 de septiembre de 2024, con la opinión consultiva de la CIJ del 19 de julio ya en ejecución. De ellos, 20 proyectos forman consorcios de colaboración entre universidades españolas junto a instituciones de Israel financiadas como entidades participantes. Sumando estos 20 proyectos, el conjunto de las instituciones de Israel reciben un total de 8,3 millones de euros en fondos del programa Horizon Europe. Bajo el paraguas de este programa se formalizan proyectos con Israel en instituciones de toda Europa. Hasta el momento, sumando todas las colaboraciones europeas, las instituciones de Israel han recibido más de 1.000 millones de euros en fondos Horizon Europe.
¿Por qué las universidades españolas siguen firmando e iniciando proyectos con instituciones de Israel? En recientes declaraciones a la cadena Ser, representantes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) responden que “no les consta que las entidades Israelíes con las que colaboran tengan vínculos directos con el ejército israelí”, llegando a reconocer que “si así fuera, romperíamos toda relación, como nos obligan nuestros estatutos”. Por su parte, la Universidad de la Rioja considera que el manifiesto emitido por las universidades de Israel en respuesta al comunicado de la CRUE del 9 de mayo de 2024 confirma el compromiso de las instituciones educativas de Israel “con la paz y la justicia en la región”, haciendo que dichas palabras disuelvan todo riesgo de colaborar con la ocupación ilegal, el apartheid y la causa abierta por genocidio. Mientras, la Universidade de Santiago de Compostela y la Universidade da Coruña explican el inicio de nuevos proyectos en colaboración con instituciones de Israel por cuestiones de logística asociadas a las fechas de las firmas oficiales, anteriores a la rúbrica de sus comunicados oficiales. Sin embargo, ambas universidades parecen algo despistadas en el momento de reconocer la fecha en la que entró en vigor el histórico dictamen consultivo de la CIJ. No tenemos inconveniente en volver a recordarla: 19 de julio de 2024.
Identificar los vínculos de las universidades de Israel con el ejército es muy fácil. Son vínculos tan obvios que pueden comprobarse visitando la página web de cada universidad. Por ejemplo, con una rápida búsqueda en la web de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que colabora con la UPV en el proyecto “MATCH: Multicore fiber Applications and TeCHnologies” iniciado el pasado 1 de enero de 2025, se puede identificar su participación en el programa “Atuda” (Reserva) de formación de cuadros en todos los ámbitos científicos para servir en el ejército tras terminar la carrera. También participa en el programa “Alfa” del estado mayor del ejército de Israel, para formar militares en disciplinas científicas para aplicarlas en las unidades de inteligencia, tecnología y guerra electrónica y cibernética en el ejército israelí. ¿Será que las universidades españolas firman colaboraciones sin comprobar qué es lo que firman? ¿La UPV va a suspender la colaboración firmada con la Universidad Hebrea de Jerusalén en el proyecto MATCH, tal como reconocen desde la propia UPV que obligan sus propios estatutos universitarios, pero también las normas del derecho internacional?
El pasado 7 de octubre de 2024, en nuestra última reunión oficial con la CRUE, hablamos de la aplicación del Derecho Internacional y las obligaciones universitarias derivadas del dictamen consultivo de la CIJ en particular. Enviamos por escrito a la CRUE un completo dossier y una lista de propuestas concretas a evaluar. No hemos recibido respuesta alguna. ¿Los rectorados tampoco leen la información que les suministramos? ¿No solicitan contrastar información con las instituciones públicas y sus propios “portales de transparencia”? ¿Por qué a día de hoy, mientras los Estados de la UE dicen estar revisando el Acuerdo de Asociación UE-Israel, nuestras universidades han seguido iniciando proyectos de investigación con instituciones israelíes? ¿Por qué nuestras universidades no cumplen el derecho internacional ni sus propios estatutos?
Ahora que tantas autoridades comienzan a “sentir la necesidad de decir algo”, o como expresó la CRUE en su comunicado de respuesta a la publicación de nuestro informe, de “sumarse al clamor”, y ante el temor a que dicha necesidad se convierta en un estomagante “festival primaveral de poesía humanitarista”, seguimos invitando a nuestras instituciones a que cumplan sus obligaciones con el derecho internacional, si no es mucha molestia.
Para volver a explicárselo hemos invitado al espíritu criminal de la burocracia en el papel de abogado defensor de nuestras democráticas y comprometidas universidades. Le llamaremos Eichmann en la Universidad y responderemos a sus preguntas:
Eichmann en la Universidad: ¿Por qué suspender los proyectos de investigación? ¿Por qué es legalmente cuestionable que terceros países financien la investigación de las instituciones de Israel?
RUxP: Las colaboraciones científicas y de investigación se fomentan porque implican beneficios mutuos a sus participantes, pero participar en proyectos de investigación no es un derecho que pueda prevalecer sobre el derecho internacional y las obligaciones legales. Los proyectos de investigación son colaboraciones que quedan firmadas por las universidades participantes. Como implican a terceras partes y las universidades son soberanas en sus competencias educativas, se trata de colaboraciones que pueden violar las obligaciones derivadas por las normas imperativas del derecho internacional. El propio Tratado de la UE (art.3.5) establece que la Unión contribuirá al estricto respeto y al desarrollo del Derecho Internacional: “En sus relaciones con el resto del mundo, la UE afirmará y promoverá sus valores e intereses y contribuirá a la protección de sus ciudadanos, así como al estricto respeto y al desarrollo del Derecho internacional, en particular el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas […]”.
Eichmann en la Universidad: En cualquier caso, la propia normativa del programa Horizon Europe impide cancelar los proyectos una vez se han firmado, a riesgo de importantes sanciones económicas.
RUxP: Hay una cosa que se llama jerarquía normativa, según la cual el Derecho Internacional queda muy por encima de cualquier acuerdo firmado con un investigador o cualquier colaboración entre instituciones. Las universidades deben desarrollar procedimientos para impedir nuevos acuerdos y suspender los existentes porque la obligación de prevenir un genocidio o detener una ocupación queda muy por encima de cualquier contrato particular.
La propia CRUE no duda en defender la autonomía universitaria frente a injerencias externas. En un reciente comunicado declaraba: “Debilitar esa autonomía es socavar la capacidad de la universidad para cumplir su misión transformadora, su compromiso con el bien común y su papel como garante de la democracia”. Precisamente por esta razón, las universidades españolas deben usar esa autonomía que dicen defender para cumplir el derecho jus cogens (normas inviolables) y erga omnes (que obligan a todos los estados). ¿Alguien duda que las normas que prohíben la ocupación, el robo de tierras, la segregación racial, un genocidio o los crímenes contra la humanidad sean de rango superior a cualquier acuerdo de colaboración científica?
Eichmann en la Universidad: De acuerdo, pero… ¿cómo podemos asegurar que las universidades de Israel incumplen el dictamen consultivo de la CIJ del 19 de julio?
RUxP: Las universidades israelíes han sido parte integrante del proyecto colonial de asentamiento desde su creación. En ellas se desarrolla tecnología y se establecen estrategias empleadas por el ejército israelí contra la población palestina, se socava la libertad académica y se reprime a las voces críticas. Los vínculos entre universidades y fuerzas de ocupación han sido reportados ampliamente. Cada institución académica israelí mantiene al menos un convenio con el Ministerio de Defensa. La antropóloga judía Maya Wind ha investigado en profundidad cómo “las universidades israelíes sirven como pilares fundamentales del sistema de opresión de Israel contra los palestinos”. El Dr. Ghassan Abu Sittah, cirujano y rector de la Universidad de Glasgow, confirma que “las universidades israelíes están totalmente compenetradas con el ejército. No existe una línea que las separe. Hay un vínculo existencial entre la actividad universitaria israelí y su compromiso militar”. El dosier Academicidio y genocidio en Gaza, redactado por el Nodo Complutense de la RUxP, desglosa muchos de estos vínculos entre ejército y universidades en Israel.
Eichmann en la Universidad: Pero si la colaboración es la base de la ciencia. Romper esos acuerdos y proyectos ataca al sistema científico de Israel. Dejar de participar en el programa Horizon Europe sería un golpe mortal para la ciencia israelí.
RUxP: El daño pasado, presente y contra el futuro, el daño activado, el daño en ejecución, el daño que hay que parar, es el daño infligido al pueblo palestino, su exterminio, la negación de sus derechos inalienables a la autodeterminación y al retorno, de su derecho a la vida o a enterrar a sus muertos. El sistema de ciencia de Israel no se sostiene por la invocación a los derechos humanos ni es objeto de las sanciones que obliga el cumplimiento del Derecho Internacional. No existe el derecho a ser una potencia científica, como tampoco existe el derecho a participar en programas de investigación de terceros países violando los acuerdos esenciales que regulan tales programas – véase “respetar los derechos humanos y la legalidad internacional”.
Como Red Universitaria por Palestina presente en las 50 universidades públicas del Estado español, nuestro cometido consiste en mirar de frente al vacío genocida y trasladar esa mirada a nuestras instituciones. El 10 de abril de 2024, La universidad ante el genocidio fue el título del seminario que sirvió como punto de inflexión para los últimos 15 meses de trabajo colectivo.
Desde entonces hasta hoy mismo, la tibieza cómplice de los comunicados de una mayoría de nuestros rectorados frente al genocidio ha debilitado a la universidad como institución pública. La meritocracia y el credencialismo perfuman pasillos, despachos y departamentos con una particular versión del gerencialismo eichmanniano: mediocridad criminal, silencio, vacío e indiferencia. Si nuestras universidades se niegan a rescindir sus proyectos de colaboración con las de Israel o sus convenios con los bancos que constituyen el grupo de la Banca Armada, quizá no sea porque no haya alternativa científica o financiera para sustituir esos convenios y proyectos sino porque nuestro compromiso con la banca va más allá de ofrecer unas pocas becas y otros pocos proyectos. Quizá porque la racionalidad y los intereses que gobiernan la universidad pública ya son privados. ¿Deberíamos preguntarnos si todavía existe una universidad realmente pública?
Una de las razones por las que Palestina ocupa el centro global de cualquier lucha por la justicia social es que la eficiencia, el gerencialismo, la soberanía del valor (de mercado) y el vaciado emancipatorio de nuestras universidades también nació durante la Nakba de 1948, mientras Orwell anunciaba, con el término neolengua, la muerte de la verdad. La historia del pensamiento eurocéntrico y su colonialidad es la de una progresiva e implacable congelación epistémica. El actual genocidio en Gaza, como señala Rodrigo Karmy desde Chile, es el experimento de un nuevo estado de excepción global, “una Nakba extendida a nivel planetario donde el capitalismo no ha hecho más que coincidir enteramente con su industria de muerte”. Ahora la sangre del pueblo palestino salpica todo el mundo junto a un grito: ¡No vamos a rendirnos!
Francesca Albanese, relatora de NNUU para los Territorios Ocupados Palestinos, marca los pasos de un imperativo global: “Acabar con el genocidio, acabar con la ocupación y acabar con el apartheid”. Eso es lo que significa “aplicar el Derecho Internacional y contribuir a la paz”. Y eso significa descolonizar Palestina.
Lo que se ha muerto es el Derecho, la ONU, el periodismo y la academia.
Y se ha destapado el sionismo de los tibios.
Pero Palestina sigue viva.
(Víctor de Currea-Lugo; Palestina, genocidio y resistencia, 2024)
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Daniel Jiménez Franco; Profesor de Política Social en UniZar, miembro de RUxP
Ángeles Diez Rodríguez; Profesora de Sociología de la UCM, miembro de RUxP
Guillermo Muñoz Matutano; Físico investigador de la UV, miembro de RUxP
Irina Fernández Lozano; Profesora de Sociología de la UNED, miembro de RUxP
(Publicado en CTXT el 9 de junio de 2025)
Veto de EEUU en ONU es nueva vergüenza para la humanidad. La admon Trump es cómplice de crímenes contra nuestro pueblo palestino.
No me sorprendió el veto estadounidense que frustró un plan significativo para detener la guerra en las Naciones Unidas hace apenas unas horas.
Estoy verdaderamente sorprendido por aquellos que se sorprendieron por este veto, ya que durante muchos años hemos sido testigos del veto estadounidense contra cualquier resolución a favor de los palestinos.
Pero el último veto solo confirma a todos, a lo largo y ancho, que el gobierno estadounidense es cómplice directo de los crímenes cometidos contra nuestro pueblo palestino. Si bien actualmente presenciamos una expansión de la solidaridad con nuestro pueblo en Estados Unidos y en otros lugares, es evidente que el lobby sionista controla las políticas y decisiones del gobierno estadounidense.
Adhesión a Conferencia estatal por la Paz y contra el Rearme para el 20-21 de junio
Asunto: | [Llista-aturemlaguerra] Adhesión a Conferencia estatal por la Paz y contra el Rearme para el 20-21 de junio |
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Fecha: | Tue, 10 Jun 2025 14:48:18 +0200 |
De: | aturemlaguerra <aturemlaguerra@pangea.org> |
Las entidades presentarán mañana un llamamiento público con las firmas, contra el desorbitado rearme que exige Trump y la UE, al que nos oponemos
«Trato de que en Dinamarca abran los ojos hacia Cuba y el 3er Mundo».
Cubainformación.- Henrik Thejl Hansen, ciudadano danés, miembro de la Asociación de amistad Dano-Cubana o Danesa-Cubana, reside desde hace años en La Habana y nos cuenta su día a día en la Isla. Realizamos esta entrevista en Caracas, a donde viajó como acompañante electoral internacional, en las recientes elecciones parlamentarias y regionales de Venezuela.
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