México: ¡Apoyen las huelgas en los puertos de EEUU y Canadá rehusándose a manejar carga redireccionada!

Trabajadores de México: ¡Apoyen las huelgas en los puertos de EE.UU. y Canadá rehusándose a manejar carga redireccionada!

Andrea Lobo

Envía una declaración de apoyo a los estibadores de la costa este de EE.UU. rellenando el siguiente formulario . Las mantendremos anónimas.

Buque en el puerto de Veracruz [Photo by Rodrigo SanSs / CC BY-SA 3.0]

Cuando la huelga indefinida de 45.000 trabajadores portuarios en las costas del Atlántico y del golfo de México en los Estados Unidos entra en su tercer día el jueves, las empresas de logística están redirigiendo la carga a otros puertos en México, Canadá y la costa oeste de los Estados Unidos.

Una huelga de tres días de 1.150 trabajadores portuarios acaba de terminar en el importante puerto de Montreal en Canadá, que se espera que tenga impactos a largo plazo.

Ante la necesidad de movilizar a los trabajadores de todo Norteamérica para que se rehúsen a transportar mercancías redireccionadas, las burocracias sindicales están ordenando que sus miembros rompan la histórica huelga en EE.UU.

Mirko Woitzik, director global de inteligencia de Everstream Analytic, explicó: “Las líneas navieras podrían volver a una estrategia de saltar de un puerto a otro en la primera semana de una huelga para permitir que sus barcos descarguen el cargamento, haciendo escala en centros de transbordo del Caribe como Freeport en las Bahamas o en puertas de entrada en México o Canadá”.

Al igual que varias otras empresas, Scan Global Logistics les dijo a sus clientes que consideraren “rutas mexicanas a través de Veracruz y Lázaro Cárdenas”, dos puertos importantes en las costas este y oeste, respectivamente.

La publicación de camiones OpenOTR indica: “En México, Lázaro Cárdenas es otra alternativa estratégica para los transportistas. Ofrece una opción de tren de entrada a través de CPKC, que ofrece una línea directa a Houston y Kansas City. Esto podría ser particularmente útil para las empresas con fuertes lazos con el sur de los EE.UU. o para aquellas que buscan evitar la congestión portuaria de los EE.UU. por completo”.

¡Los trabajadores en los puertos, ferrocarriles, buques y camiones en México y el resto de América del Norte deben oponerse a los intentos de obligarlos a romper la huelga de sus hermanos y hermanas de clase! Deben ver la lucha como una oportunidad para luchar contra las transnacionales. Al igual que su trabajo cotidiano, esta lucha es objetivamente internacional y necesita ser concebida y organizada conscientemente como tal.

Una demanda central de los estibadores de la costa este y del golfo de México es tener empleos seguros ante la automatización, que representa una amenaza urgente para los trabajadores de todos los sectores a nivel internacional.

En 2023, los camioneros bloquearon repetidamente Veracruz, Lázaro Cárdenas y otros puertos importantes de México para protestar por las condiciones laborales, demostrando el potencial de una lucha internacional.

Si bien varias publicaciones industriales también advierten sobre el congestionamiento y los mayores costos en los puertos alternativos, el transporte norteamericano está estrechamente integrado y el redireccionamiento de los envíos debilita significativamente la huelga.

La unitarización y la digitalización del transporte marítimo ayudaron a impulsar la globalización del capitalismo, pero incluso mientras esto sucedía, la élite gobernante estadounidense respondió al desafío cada vez mayor de sus rivales económicos en Europa y Asia integrando aún más estrechamente las economías de América del Norte como plataforma de lanzamiento para guerras económicas y militares.

Las primeras industrias, minas y ferrocarriles importantes de México fueron un producto directo de la expansión explosiva del capitalismo en los Estados Unidos después de la destrucción de la esclavocracia durante la guerra civil estadounidense. Los propietarios y sistemas de ferrocarriles y puertos se han mantenido totalmente interconectados.

En el último medio siglo, la corrupta élite capitalista en México y su propio aparato sindical corporativista felizmente se han subordinado aún más al imperialismo estadounidense para obtener un acceso privilegiado a inversiones y mercados, brindando garantías al capital estadounidense y canadiense de que no se detendrán ante nada para proporcionarles mano de obra barata.

La esencia de esta relación es la capacidad de “asegurar las cadenas de suministro”, sobre todo contra cualquier resistencia de la clase trabajadora.

El Gobierno supuestamente de “izquierda” del presidente Andrés Manuel López Obrador y su sucesora entrante Claudia Sheinbaum han profundizado este proceso en el marco del nuevo acuerdo comercial T-MEC que entró en vigor en 2020 y está dirigido explícitamente contra China.

Su Gobierno también ha construido gran parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, un sistema ferroviario y de carreteras inaugurado este año que conecta el océano Pacífico con el golfo de México (y el océano Atlántico) en el punto más estrecho del sur de México y busca competir con el canal de Panamá.

López Obrador también colaboró estrechamente con la federación sindical estadounidense AFL-CIO y la canadiense Unifor para patrocinar y legitimar un nuevo aparato sindical falsamente llamado “independiente” como reemplazo de la burocracia “charra” desacreditada.

Uno de esos sindicatos “independientes” es la Orden Mexicana de Trabajadores Marítimos y Portuarios (La Orden), cuyo secretario general, el capitán Antonio Rodríguez Fritz, ha guardado silencio sobre el uso de los puertos mexicanos para debilitar la huelga en los Estados Unidos. Esto ocurre a pesar de su afiliación con el sindicato International Organization of Masters, Mates & Pilots, que así como el sindicato en huelga en Estados Unidos, el International Longshoremen’s Association (ILA), pertenece a la AFL-CIO.

En diciembre, La Orden organizó una huelga de 36 días para ganar un contrato en Crosby Marine Services, después de lo cual el sindicato agradeció el apoyo del Gobierno de López Obrador, así como de la AFL-CIO y su Centro de Solidaridad, el brazo internacional de la burocracia estadounidense, financiado casi en su totalidad por el Gobierno federal de los Estados Unidos.

El capitán Rodríguez, sin embargo, basa toda su propaganda para los trabajadores en la promoción de nacionalismo mexicano, incluso denunciando a las empresas por contratar trabajadores extranjeros. “Se están robando el empleo que podría tener un mexicano”, dijo durante un foro el mes pasado. También centró sus ataques en los operadores extranjeros que navegan en aguas mexicanas como una amenaza a la “soberanía nacional”.

Como otro ejemplo, Los Mineros, el sindicato supuestamente “independiente” dirigido por Napoleón Gómez Urrutia, legislador del partido Morena de AMLO, está afiliado al United Steel Workers (USW) al norte de la frontera y trabaja de cerca con el Centro de Solidaridad.

En julio, Los Mineros aisló y traicion’o una huelga de 55 días en la planta siderúrgica de ArcelorMittal que es la más importante ubicada en el puerto de Lázaro Cárdenas. La principal demanda de los trabajadores de utilidades justas fue simplemente descartada a través de vagas promesas de una “auditoría”.

El aparato sindical en su conjunto se niega a organizar una verdadera lucha internacional porque trabaja para las empresas y el imperialismo estadounidense. Durante décadas, la burocracia sindical ha respondido a la globalización velando por la competitividad de sus “propios” capitalistas y se ha integrado plenamente en el Estado y las empresas capitalistas.

Esto fue demostrado más claramente por la decisión del sindicato ILA de continuar transportando el equipo militar utilizado en el genocidio israelí en Gaza, la guerra cada vez más amplia en Oriente Próximo y la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania.

Esta decisión también destaca el impacto que pueden tener los trabajadores en México, que producen y transportan muchos de los componentes para la industria militar de Estados Unidos, en la lucha contra la guerra mundial en ciernes entre potencias nucleares, que amenaza con poner fin a la civilización humana.

En otra medida crítica para asegurar las líneas de suministro, López Obrador puso a los militares a cargo de todas las aduanas y puertos del país, con la capacidad de imponer ley marcial contra cualquier interrupción.

Su Gobierno también creó una Guardia Nacional, cuyo carácter militar fue grabado en la Constitución como su último acto como presidente. La fuerza ha sido desplegada contra los migrantes como una extensión de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos y ya se ha utilizado para desalojar violentamente a maestros que protestaban bloqueando el ferrocarril entre Lázaro Cárdenas y EE.UU.

La huelga de estibadores es una lucha internacional, política y revolucionaria que plantea la necesidad de romper con todos los partidos de la burguesía nacional como los demócratas, el NDP canadiense y Morena en México, que están intrínsecamente subordinados a Wall Street y al imperialismo.

La cuestión planteada por esta lucha internacional es cuál clase controla las cadenas globalizadas de producción y distribución: la clase capitalista en función de maximizar las ganancias y librar guerras imperialistas a costa de los medios de vida y las vidas de innumerables trabajadores, o la clase trabajadora en función de poner fin a la pobreza y satisfacer todas las necesidades humanas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de octubre de 2024)

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