México. 2 de octubre no se olvida

Adalberto Santana                                                                                                              3 de octubre de 2025 Hora: 06:36

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El año de 1968, a nivel mundial y en algunos casos a nivel nacional figura en la historia como un gran enseñanza de las movilizaciones y propuestas emancipatorias de diversos pueblos del mundo. Foto: Sputnik


En la Ciudad de México, en ese entonces conocida como el Distrito Federal, aconteció al caer la tarde del 2 de octubre de 1968, una de las más dramáticas matanzas de estudiantes que el gobierno mexicano ordenó. En ese momento faltaban únicamente 10 días para que se inauguraran los juegos olímpicos en la llamada Ciudad de los Palacios. Era la Olimpiada de 1968, la más reluciente de las fiestas deportivas que iban a engalanar la obra del tristemente recordado presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Desde el 26 de julio de aquel año el movimiento estudiantil de los alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) habían organizado para esa histórica fecha, una manifestación en protesta por que en días anteriores la policía capitalina había reprimido a estudiantes de algunas escuelas de esas instituciones. Paralelamente, esa tarde del viernes del 26 de julio, distintos contingentes de partidos y organizaciones políticas de izquierda, sociales y estudiantiles, se habían concentrado en el Hemiciclo al presidente Benito Juárez en la Alameda capitalina, para celebrar y apoyar el triunfo de la Revolución Cubana que vivía en aquellos momentos una serie de situaciones como el recrudecimiento del bloqueo económico de los EU sobre la patria de José Martí.

Al reprimir a diestra y siniestra la policía capitalina las manifestaciones del 26 de julio, generó que en días posteriores emergiera una poderosa movilización estudiantil en diversas escuelas, facultades y centros universitarios de diversas partes del país que decretaron una huelga nacional. De la misma manera en esos meses de julio, agosto y septiembre de 1968, se desarrollaron distintas acciones represivas del gobierno mexicano que buscaban acallar las protestas que cada vez adquirían una mayor inserción en amplios sectores sociales del país con reivindicaciones democráticas en la compleja sociedad mexicana.

A la par de vivirse en aquellos momentos el auge del movimiento estudiantil-popular mexicano, ya inserto en la dinámica de los cada vez más cercanos juegos olímpicos del 68, el desgaste y descrédito del gobierno de Díaz Ordaz a nivel nacional e internacional eran más que evidentes.

Asimismo la coyuntura mundial mostraba el auge y movilización de otros movimientos estudiantiles en Francia, EU, Japón, Checoslovaquia, Chile, Nicaragua y Brasil, así como la resistencia anti-imperialista de la Revolución Cubana, de la resistencia del pueblo vietnamita y de la revolución argelina y de otros movimientos guerrilleros en América Latina y África. Era sin duda un año axial en los procesos de liberación en el mundo frente a las políticas imperialistas, intervencionistas de EU y por la democratización política, económica, social y cultural de la sociedad contemporánea.

De esa manera el año de 1968, a nivel mundial y en algunos casos a nivel nacional figura en la historia como un gran enseñanza de las movilizaciones y propuestas emancipatorias de diversos pueblos del mundo. El año de 1968 forma parte del almanaque de la historia mundial y se ha convertido en un paradigma de las protestas estudiantiles y juveniles de todo el orbe.

Para el caso mexicano del cual soy participe de su desarrollo político por mi participación en el movimiento estudiantil desde 1968, gestó una serie de actores en distintas generaciones de la lucha política nacional.

Desarrollo que en nuestros días alcanzó logros fundamentales para ensanchar las vías de la participación política y democrática de amplios sectores sociales. Segmentos de la sociedad mexicana que han logrado mejores beneficios sociales. Por ejemplo, su rescate de un estado de pobreza extrema. De 2018 a nuestros días con la llegada a presidencia de nuevos estamentos políticos como el Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Movimiento de Renovación Nacional (MORENA), han logrado la profundización de un nuevo modelo de desarrollo que ha logrado extraer de los niveles de pobreza a más de 13 millones de habitantes.

Así, la llegada a la presidencia de Claudia Sheinbaum Prado, como candidata de la izquierda mexicana, y participe de la dirigencia del movimiento estudiantil de 1986, así como de otros actores políticos de esa izquierda nacional y de diversos periodos del desarrollo de esas movilizaciones estudiantiles, muestra que su génesis se encuentra en el mismo movimiento estudiantil de 1968. Gesta que en nuestros tiempos apunta a mejores tiempos en beneficio del desarrollo de la democracia electoral mexicana. Las actuales aspiraciones sociales y políticas de nuestros días al gestar propuestas políticas alternativas frente a las de la derecha mexicana, han logrado gestar las bases de emancipación en relación con el modelo neoliberal en México. Lucha política y social que sin duda tuvo su origen y desarrollo en el movimiento estudiantil de 1968.

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