En un fin de semana marcado por la tensión en Inglaterra y Gales, se esperaban más de 100 manifestaciones de extrema derecha que prometían convertirse en algunos de los peores disturbios de las últimas dos semanas. Sin embargo, el desenlace fue inesperado. En ciudades como Birmingham, Bristol, Southampton, Sheffield, y muchas otras, miles de manifestantes antirracistas salieron a las calles, superando en número a los seguidores de la extrema derecha, quienes en muchos casos no se presentaron o se retiraron silenciosamente.
A lo largo de la jornada, las tiendas permanecieron tapiadas y las calles fueron patrulladas por una presencia policial masiva, con 41 de las 43 áreas de la fuerza policial local en estado de alerta máxima. Sin embargo, a pesar de la tensión anticipada, la noche terminó sin mayores incidentes en la mayoría de las ciudades, y los contramanifestantes se retiraron pacíficamente, enviando un mensaje contundente contra la violencia y el odio.
En Walthamstow, Londres, un centro de inmigración que se temía podría ser el epicentro de una protesta de extrema derecha, fue en cambio el escenario de una multitudinaria manifestación antirracista. Miles de personas marcharon por las calles coreando consignas como “Amor, no odio” y “¿De quién son las calles? ¡Nuestras calles!”. La diputada local, Stella Creasy, elogió la manifestación como un acto de unidad y resistencia.
En Liverpool, la iglesia de St Mary, un centro de asesoramiento sobre inmigración, se convirtió en un símbolo de resistencia cuando cientos de personas formaron un escudo humano para protegerla de posibles ataques de extrema derecha. Con cánticos de “Los refugiados son bienvenidos aquí” y “¡Los Scousers, unidos, nunca serán derrotados!”, los manifestantes expresaron su rechazo a la violencia y el odio.
Bristol también fue escenario de una fuerte movilización antirracista. Unas 2.000 personas se congregaron para proteger un bufete de abogados especializado en inmigración, que había sido señalado como objetivo por un grupo de extrema derecha en un canal de Telegram. A pesar de la atmósfera inicialmente tensa, la noche transcurrió sin enfrentamientos significativos.
En Sheffield, a pesar de los rumores de una manifestación de extrema derecha, alrededor de 500 manifestantes antifascistas se reunieron frente a un centro de asesoramiento para inmigrantes, sin que se reportara la presencia de extremistas. Los manifestantes celebraron su victoria, señalando que no tolerarían ninguna forma de odio en su comunidad.
En Birmingham, unas 500 personas marcharon desde un centro de refugiados hacia el centro de la ciudad, expresando su rechazo al fascismo y a la violencia. Los manifestantes subrayaron el carácter multicultural y diverso de Birmingham, destacando la importancia de la unidad en tiempos de división.
Aunque algunos enfrentamientos menores ocurrieron en lugares como Blackpool, Aldershot, Portsmouth y Chatham, estos incidentes fueron la excepción en una noche mayormente pacífica. La jornada envió un mensaje claro: la mayoría de la población rechaza la violencia y el odio, y está dispuesta a salir a las calles para luchar contra fascistas, racistas y ultras
Fuentes: Agencias, The Guardian, Redes Sociales