
El 14 de mayo de 1881 fallecía en Londres Mary Seacole, una mujer jamaicana de ascendencia escocesa que, durante décadas, fue relegada al olvido por la historia oficial. Hoy, 144 años después, su legado resurge con fuerza como símbolo de resistencia, cuidado y orgullo afrodescendiente. En este aniversario de su muerte, desde Afroféminas rendimos homenaje a una figura que encarna la lucha contra el racismo, el machismo y la invisibilización.
Una infancia entre hierbas, cuidados y resistencia
Mary Jane Grant nació el 23 de noviembre de 1805 en Kingston, Jamaica, en una familia de clase media. Su madre, conocida como «la Doctora», era una sanadora que combinaba conocimientos africanos y caribeños con prácticas médicas británicas. Desde niña, Mary aprendió a cuidar a los enfermos con remedios naturales, higiene y empatía, habilidades que más tarde serían cruciales en su vida.
A pesar de las limitaciones impuestas por su condición de mujer negra en el siglo XIX, Mary viajó a Londres en su juventud, donde experimentó el racismo de primera mano. Sin embargo, su determinación la llevó a continuar formándose y a regresar a Jamaica para ayudar a su madre en el manejo de Blundell Hall, un hotel que también funcionaba como centro de convalecencia para militares británicos.
La Guerra de Crimea: valentía frente al rechazo
Cuando estalló la Guerra de Crimea en 1853, Mary Seacole ofreció sus servicios como enfermera al gobierno británico y a Florence Nightingale, pero fue rechazada en múltiples ocasiones, probablemente debido a su raza. Lejos de rendirse, Mary financió su propio viaje al frente y estableció el «British Hotel» cerca de Balaclava, donde brindó atención médica, alimentos y consuelo a soldados heridos.
Su labor fue reconocida por los soldados y por el corresponsal de guerra William Howard Russell, quien escribió: «He sido testigo de su devoción y su coraje… Inglaterra nunca debería olvidar a quien ha cuidado de sus enfermos y heridos».
El olvido y la recuperación de su legado
Tras la guerra, Mary regresó a Inglaterra en la pobreza. Gracias a una campaña pública, recibió apoyo financiero y en 1857 publicó su autobiografía, «Las maravillosas aventuras de la señora Seacole en muchas tierras», la primera escrita por una mujer negra en Gran Bretaña.
Sin embargo, su figura fue eclipsada por la de Florence Nightingale y cayó en el olvido durante más de un siglo. No fue hasta finales del siglo XX que su historia comenzó a recuperarse, especialmente en Jamaica y entre comunidades afrodescendientes en el Reino Unido.
Un símbolo de orgullo y resistencia afrodescendiente
En 2004, Mary Seacole fue votada como la «Mayor Británica Negra» en una encuesta nacional. En 2016, se inauguró una estatua en su honor frente al Hospital St. Thomas en Londres, la primera dedicada a una mujer negra en el Reino Unido.
Su legado trasciende la enfermería; representa la lucha contra la discriminación racial y de género, y la importancia de reconocer las contribuciones de las mujeres negras en la historia. Mary Seacole es un ejemplo de cómo la determinación y la compasión pueden desafiar las barreras impuestas por una sociedad injusta.
Recordar a Mary Seacole es un acto de justicia histórica. Su vida nos enseña que, incluso en los contextos más adversos, es posible marcar la diferencia con valentía y humanidad. Desde Afroféminas, celebramos su legado y reafirmamos nuestro compromiso con la visibilización de las mujeres negras que han sido injustamente silenciadas por la historia oficial.
Redacción Afroféminas
