Marruecos: El rey, el coronavirus y «la voluntad divina»

Fuente: https://www.sinpermiso.info/textos/marruecos-el-rey-el-coronavirus-y-la-voluntad-divina                                                               Hicham Mansouri                                                                                                     08/04/2020

En un contexto económico marcado por la sequía, el coronavirus empeora la situación social marroquí. Con infraestructuras de salud frágiles, las autoridades están tratando de gestionar las consecuencias de la epidemia, y el rey está en primera línea. La política neoliberal de austeridad en los servicios sociales aplicada durante décadas está en tela de juicio.

El primer caso oficial de coronavirus apareció el 2 de marzo de 2020 en Marruecos. Según las autoridades, fue un residente marroquí en Italia que regresó para las vacaciones. Le siguieron dos casos de turistas franceses, y la cifra oficial al 1 de abril fue de 575 casos y 37 muertes. Las autoridades marroquíes tomaron medidas consideradas valientes relativamente temprano. A fines de enero, suspendieron los vuelos con China e intensificaron los controles en los puertos y aeropuertos internacionales.

Durante la primera fase de propagación del virus, ordenaron el cierre de mezquitas, cafeterías y restaurantes, así como todos los lugares de entretenimiento. Asimismo, todos los eventos deportivos y artísticos han sido cancelados. En cuanto a los vuelos internacionales, disminuyeron gradualmente antes de ser completamente suspendidos a mediados de marzo. El confinamiento también se implementó antes del estado de emergencia sanitario, decretado del 20 de marzo hasta el 20 de abril.

En el momento del cierre, se desplegó a la policía con vehículos blindados, tanto para tranquilizar como para disuadir a quienes no cumplieran. Las autoridades utilizaron los altavoces de las mezquitas y los megáfonos en la calle, e incluso movilizaron a los pregoneros, con la esperanza de convencer a todos de que se quedaran en casa, adaptando el discurso y los dialectos utilizados a las especificidades regionales.

La calma y la eficacia mostradas por las autoridades son bastante inesperadas, y pueden explicarse por las circunstancias excepcionales, expresadas por el Ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, en una intervención llamativa: » Nunca nos hemos necesitado tanto. los unos a los otros como hoy … Estamos embarcados en la misma galera. O todos nos ahogamos o nos salvamos todos” (observese que la posibilidad de ahogarse precede a la de la salvación …). Sin embargo, se han observado algunos arrestos duros e incluso humillantes, marcados por la violencia física.

El Makhzen maneja la crisis

Como en cada crisis, el régimen se ha asegurado de que el trabajo del gobierno y de los partidos políticos quede en un segundo plano: simplemente han observado y bendecido las decisiones tomadas. El rey aparece en primer plano, rodeado de sus ministros reales, impuestos al gobierno por el Palacio, y apoyándose en tecnócratas. El Ministro de Salud ha sido desplazado por Mohamed Alyoubi, jefe de la dirección de epidemias del ministerio, mientras que el Jefe de Gobierno, Saadeddine El-Otmani, casi vio a su Ministro del Interior “convertirse en visir en lugar del visir”. El Primer Ministro se contenta con compartir las declaraciones de Laftit en su página oficial en Facebook, además de algunas declaraciones de las que generalmente se burlan a gran escala en las redes sociales.

El historiador y analista político Maâti Monjib juzga que la velocidad requerida por las medidas obliga al régimen a salir de las sombras: “Así vemos su forma de operar y podemos juzgar quién gobierna realmente el país». Pero el objetivo también es psicológico según él:»El Makhzen no tiene miedo, en tiempos de crisis, de mostrarle a la gente que es él quien gobierna, porque el que refleja la imagen del poder está seguro en realidad de tenerlo».

Al igual que muchos países, Marruecos ha utilizado una «exención de desplazamiento» en tiempos de reclusión. Las autoridades optaron por un permiso otorgado por moqadem  y los jeques, la autoridad a nivel de distritos y aldeas, cuya relación con los ciudadanos suele ser tensa. En la época de Driss Basri, Ministro del Interior de Hassan II en las décadas de 1980 y 1990, adquirieron la reputación de corruptos, además de la de informadores, llamándoles «los ojos de los servicios». Este certificado limita a las personas que pueden beneficiarse de él a «solo un miembro por familia «, lo que abre el camino a los sobornos, especialmente porque el documento será válido hasta el final del estado de emergencia. Además, dado que la distribución de esta exención fue desigual en ciertas zonas, muchas personas salieron de sus casas a buscar al moqadem y los jeques para conseguir uno, lo que contribuyó al incumplimiento del confinamiento.

Entre el complotismo y el fatalismo

Mientras tanto, las teorías conspirativas y los rumores han sido rampantes. Por ejemplo, la policía judicial arrestó a un salafista conocido como Abu Naim, acusado de incitar al odio y amenazar el orden público. Este último apareció en un video donde describió el coronavirus como » un delirio, un producto de la imaginación, un espejismo», y criticó la decisión del Ministerio de Asuntos Religiosos de cerrar las mezquitas, porque un país que lo hace «es un país renegado». Otros videos que circulan muestran a personas que consideran el virus como una «plaga divina».

Según Maâti Monjib, existe en Marruecos un campo léxico muy rico en torno a enfermedades y pandemias, extraído de la historia del país. Sin embargo, el Makhzen teme todo lo que la población pueda percibir como una «ira divina»: » A nivel teológico, Dios no puede estar enojado con un pueblo creyente, sino solo con los tiranos que no respetan la religión, la  justicia y voluntad divina”. Y en un país donde la abrumadora mayoría cree profundamente que la voluntad divina está por encima de la del rey y las autoridades, «esto solo puede debilitar la legitimidad religiosa del régimen». Porque «según la mentalidad imperante, si la autoridad es buena y sigue el camino de Dios, no pueden ocurrir cosas que amenacen la existencia de los musulmanes «. Maâti Monjib cita como ejemplo el terremoto que destruyó la ciudad de Agadir, en el sur del país, en 1960, y que algunos conservadores habían creido consecuencia del hecho de «ser gobernados por ateos», en referencia a la izquierda entonces en el poder.

Un sistema de salud frágil

Ante la precariedad de la infraestructura y los servicios de salud, recurrir a Dios sigue siendo para muchos el único refugio. En Tánger, Tetuán y Fez, los residentes corearon: «¡ Dios es grande, y el único capaz de ayudarnos!”. Muchos habitantes organizan, en muchas ciudades, imploraciones colectivas desde los techos o las ventanas de sus casas, pidiendo misericordia y perdón en un ambiente muy solemne.

Por su parte, las autoridades saben que no pueden confiar solo en los hospitales que, según el jefe de gobierno, tienen 250 camas de reanimación en todo el país (para un total de 35 millones de habitantes). Ante los temores suscitados por esta declaración, se revisó el número al alza, refiriéndose a la cifra de 1.600 camas y afirmando que «las 250 camas mencionadas en primer lugar están dedicadas exclusivamente a pacientes con coronavirus, pero podemos aumentar esto capacidad de acuerdo a nuestras necesidades».

En cuanto al rey, dio la orden de crear un «fondo especial para hacer frente a la pandemia de coronavirus» a fin de «asegurar los gastos relacionados con el equipo de las infraestructuras de salud «.  También anunció que el gobierno propondrá medidas para apoyar a las pequeñas y medianas empresas que están en dificultades, así como a los empleados.

También se ha creado un fondo en el Tesoro, accesible para personas físicas y jurídicas. Para alentarlas a ser generosas, la Dirección General de Impuestos anunció que las donaciones no serían gravables. Varias empresas públicas y privadas, así como establecimientos públicos y organizaciones profesionales respondieron a la llamada. La Dirección General de Seguridad Nacional y la Dirección General de Vigilancia del Territorio de Marruecos (servicios secretos) contribuyeron con una cantidad de 40 millones de dirhams (3,7 millones de euros), sin mencionar las cifras públicas y las donaciones de ministros, como el de agricultura y pesca, Aziz Akhnouch, o Otmane Ben Jelloun, el CEO del Banco de África, ambos multimillonarios.

Marruecos ha reunido 23.5 mil millones de dirhams (2.11 mil millones de euros) hasta la fecha para combatir el coronavirus, o el 2.7% de su PIB (108.5 mil millones de euros en 2019). El 27 de marzo, las autoridades anunciaron que se proporcionará ayuda financiera a los hogares más vulnerables, cuya cifra se estima oficialmente en 8 millones. Así, a partir del 6 de abril, los hogares compuestos por una o dos personas recibirán una ayuda de 800 dirhams (72 euros), los de 3 a 4 personas recibirán 1,000 dirhams (90 euros) y los de más de 4 personas 1 200 dirhams (108 euros).

Cuarenta años de austeridad

La situación marroquí es aún más crítica, ya que la crisis del coronavirus se produce en un año de sequía, en un país cuya agricultura sigue estrechamente vinculada a las variaciones del clima. Según el experto económico Najib Akesbi, “estamos experimentando dos choques al mismo tiempo. Ya habíamos visto antes del coronavirus el comienzo de un año económico y social difícil debido a la sequía. De hecho, las previsiones hablan de una cosecha de 40 millones de quintales de trigo, un 42% menos que la cosecha del año pasado y un 34% en comparación con el promedio de los últimos 5 años». Según Maâti Monjib, «el efecto psicológico de la sequía aumenta diez veces su efecto material, porque las familias dejan de gastar y prefieren ahorrar, mientras que los empresarios evitan invertir, lo que tiene un efecto dominó en todos los sectores, incluido el turismo, que se supone que prospera con el calor. El marroquí sigue siendo ante todo un campesino”.

Pero, sobre todo, como en otros países, esta crisis también ha demostrado a los políticos la fragilidad de los servicios públicos y el error que ha sido la marginación de sectores vitales considerados no rentables, como la salud o la educación. «El régimen ha seguido centrándose en la seguridad, hasta el punto de que hoy es el Ministerio del Interior quien controla a los otros ministerios. Son sus funcionarios los que manejan la situación en el terreno ”, comenta Maâti Monjib.

Un punto de vista compartido por Najib Akesbi, quien cree que la crisis ha demostrado el profundo fracaso del neoliberalismo salvaje, que trató de hacer creer que el mercado y el sector privado podrían hacerlo todo: «Hemos estado aplicando durante 40 años políticas de austeridad dictadas por las instituciones internacionales. Esta crisis ha abierto los ojos a todos. »

En una entrevista controvertida, el alto comisionado para la planificación Ahmed Halimi dijo que «el año 2020 será el peor para la economía marroquí desde 1999 «, estimando que la tasa de crecimiento no superará el 1% (el Banco de Marruecos lo estimó en 2.3% a mediados de marzo). Según Halimi, la crisis del coronavirus ha demostrado «las debilidades del régimen y la falta de resultados del neoliberalismo impuesto por el FMI «. Y para concluir: » El retorno al estado social es imperativo».

Migración invertida

La crisis del coronavirus también dio lugar a dos migraciones inversas, una de Europa a Marruecos, la otra, internamente, de las ciudades al campo. Los marroquíes continúan sintiéndose más seguros en casa a pesar de todo, y los residentes marroquíes en Europa han decidido «huir» a su país natal, a pesar de los mensajes, a veces marcados por la violencia verbal, de sus compatriotas alentándolos a quedarse. donde están, para que no participen en la propagación del virus.

Por otro lado, y ante la demora en recibir ayuda financiera, los marroquíes urbanos han emigrado a las aldeas rurales que aún no han registrado ningún caso de infección, al menos oficialmente. Allí, pueden contar con una red de apoyo familiar y tribal, y vivir de lo que cultivan, por muy poco que sea.

En este contexto, y con la esperanza de lanzar «una nueva hoja de ruta para la reconciliación nacional » y aliviar el hacinamiento en las cárceles, una petición lanzada por activistas de derechos humanos para «liberar a todos los presos de opinión y presos políticos», así como los presos de los movimientos sociales, incluidos los del movimiento del Rif «. También pidieron gracia para categorías de prisioneros comunes, como madres, ancianos y enfermos. Un llamamiento similar, llamado «la llamada de la esperanza», fue lanzado por más de 200 personalidades, para que se otorgue un perdón real a todos los prisioneros del movimiento del Rif, así como a los periodistas que han sido condenados en este contexto.

A la espera de la reacción de las autoridades, el único «avance» notable hasta ahora es la suspensión de la tradición de la ceremonia del besamanos de pleitesía a Mohamed VI, una ceremonia considerada por muchos activistas como «indignante» y » humillante «, y que han exigido eliminar. Ciertamente, el propósito de esta petición de suspensión es la preservación de la salud del rey. Pero podemos esperar que el regreso a esta tradición sea algo embarazoso para Palacio.

Periodista marroquí refugiado político en Francia. Cofundador de la Asociación Marroquí de Periodismo de Investigación (AMJI).

Fuente:

https://orientxxi.info/magazine/maroc-le-roi-le-coronavirus-et-la-volonte-divine,3766

Traducción:Enrique García

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