Manuel Bonmatí Portillo (1946-2020): una vida al servicio…

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/manuel-bonmati-portillo-1946-2020-una-vida-al-servicio-de-la-clase-obrera     Joseba Echebarría                                                                                              Antonio López                                                                                                       22/03/2020

Manuel Bonmatí Portillo (1946-2020): una vida al servicio de la clase obrera

El viernes 20 falleció Manuel Bonmati Portillo  tras una vida dedicada a la organización de los trabajadores en el terreno nacional e internacional, a  la lucha por la democracia en cualquier lugar del planeta, un combatiente contra las  guerras y un  impulsor  de iniciativas sindicales  y de alianzas sociales en favor de la paz.

Manolo fue un trabajador con orgullo de su profesión de camarero y sindicalista de la   hostelería en su  Sevilla natal desde los años 60.

Nuestras relaciones con el mundo  real en el que nacemos, familiares, sociales, políticos, la tierra y la  geografía que nos rodea, van moldeando nuestra conciencia,  proceso en el que cada persona  decide ser ó no, parte activa.

Nacido en la posguerra y bajo la dictadura franquista en una familia numerosa, nutrida de muchos hermanos y hermanas, de  clase trabajadora y andaluza, desde niño, en ese contexto, Manolo fue construyendo y enriqueciendo las ideas que  le llevaron  a comprometerse en la militancia organizada,  sindical y políticamente. En la UGT y en el PSOE. Y decidió ser un elemento participe y activo en la construcción  de una sociedad más justa, “con valores socialistas democráticos” según sus propias palabras y de un mundo nuevo basado en la igualdad, la justicia, la solidaridad internacionalista y el progreso social

Su trayectoria sindical se inicio en la clandestinidad y la ilegalidad, forjando  la solidaridad  de los trabajadores sevillanos de  las empresas  del sector hostelero, en movilizaciones y huelgas durante  la Semana santa de 1977 que dieron lugar al  primer convenio negociado directamente por   los sindicatos obreros y la patronal al margen del Sindicato Vertical Franquista y la apertura de procesos que llevaron  a  la fundación  de la Federación  Provincial de  Trabajadores de Hostelería  de la UGT de la que Manuel Bonmati fue su primer Secretario general.

Durante una década trabajó  en la solidaridad territorial con la Unión Provincial y en la  reorganización de la UGT en Andalucía y  también en  la ampliación de la solidaridad sectorial  al ámbito estatal y federal, Federación de la que fue secretario general.

En el año 1986, Manolo Bonmatí fue elegido Secretario confederal de relaciones internacionales acompañando a Nicolás Redondo en la Comisión Ejecutiva  elegida  en el  34 Congreso de la UGT. A partir de ahí, tuvo la oportunidad de emprender una tarea  que entendía  en su dimensión  europea, mundial, universal.

Asumiendo lo mejor de las tradiciones del movimiento obrero era habitual escucharle explicar con claridad, “somos la gente, somos muchos los trabajadores y trabajadoras  y necesitamos ideas, movilizaciones, organizaciones, conciencia para construir correlación de fuerzas social y política que nos sitúe en condiciones favorables frente a los poderosos, en la pugna entre el capital y el trabajo”.

El vinculo de Manolo con el internacionalismo

Manolo era un europeísta convencido, partidario de una Europa social y democrática, solidaria y abierta  a los pueblos del mundo sabiendo que el movimiento sindical no podía  quedarse al margen dejando que otros intereses económicos o sociales impusiesen su impronta a la construcción europea y a la deriva desigualitaria que iba adquiriendo la globalización real.

Sus intervenciones en las reuniones ejecutivas, en los plenarios, asambleas y seminarios de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) iban dirigidas a dotar a la Confederación de  fuerza argumental, de propuestas  y de instrumentos de acción para visibilizar  en las calles de la ciudades europeas, euro manifestaciones, jornadas de lucha,  en la perspectiva de  hacer posible la llamada a la huelga con carácter europeo.

Lo hacía con paciencia, desde el respeto a los contextos y particularidades sindicales  nacionales, a  la variedad de ritmos y culturas con los que avanzar en unidad de acción, estudiando  y conociendo los tiempos, los propicios y los de la  prudencia, los  tiempos de retroceso y aquellos en los que debíamos pasar a la ofensiva.

Consciente de la debilidad de un sindicalismo internacional dividido y de la necesidad de un nuevo internacionalismo para enfrentar una globalización sin justicia social, trabajó decididamente por la unificación del movimiento sindical mundial y por dotarle de contenidos acordes a los nuevos desafíos. Su aportación a la fundación de la Confederación Sindical Internacional (CSI) fue fundamental.

Apoyó con entusiasmo y dedicación los esfuerzos y el proyecto  de unificación sindical en las Américas impulsado por  Luis Anderson y Víctor Báez durante el proceso de constitución de la Confederación Sindical de las Américas (CSA) que unió a la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) y a la Confederación Latinoamericana de Trabajadores (CLAT),  superando una división sindical histórica   y que contó además con la afiliación en la nueva CSA de organizaciones sindicales que hasta  entonces no habían tenido  adscripción en ninguna de  las continentales citadas.

En la carta de condolencia  enviada por la CSA  reconoce ese acompañamiento, “desde nuestra fundación  hemos contado con la cooperación de la UGT de España, como una marca del legado del compañero Bonmatí, legado asociado a las principales causas del sindicalismo internacional.

En América Latina y el Caribe contamos con su compromiso solidario en defensa de la democracia, los derechos humanos y del papel de los sindicatos para el desarrollo con justicia social. Realmente fue una referencia para la región. No recordamos una situación de la región o en nuestros países vinculada a temas de DDHH y sindicales en que Manolo no nos haya acompañado. No se guardaba nada cuando se trataba de denunciar gobiernos de frente.”

Lo hizo con su presencia formando parte de las Misiones Sindicales de denuncia y solidaridad en los lugares y en los momentos requeridos, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Chile en una lista que nos se agota con estas menciones.

Consideraba que  el papel del sindicalismo español era una de las aportaciones más importante que podíamos hacer  al servicio de las relaciones del sindicalismo europeo  y del sindicalismo de las Américas. Convicción compartida con los compañeros de la Secretaria Internacional  de CCOO, Juan Moreno y Javier Doz, persuadidos con Manolo de la importancia   de trasladar  la unidad de acción estratégica entre UGT y CCOO  también al ámbito internacional   y que se reflejó en múltiples iniciativas conjuntas.

Pero Manolo también fue coherente en que la solidaridad internacional debía plasmarse en el seno de la UGT, de igual forma que otras organizaciones los hicieron con la UGT, cuando ésta estaba en el exilio o en los inicios de su reorganización durante el fin de la dictadura franquista. Así fue ideólogo y promotor de la creación de una estructura de solidaridad de UGT que fortaleciese el movimiento sindical en aquellos países donde la persecución y prohibición sindical hacían imposible la defensa de los trabajadores. Esta idea se plasmó en un mandato congresual de la UGT que dio origen al Instituto Sindical de Cooperación Internacional (ISCOD) en el año 1989, dedicando un gran esfuerzo en llevar la cooperación internacional al fortalecimiento del movimiento sindical.

Cualquier frente contra la injusticia, Manolo ordenaba asumirlo y lo hacía en primera persona, así jamás dudó o titubeó al asumir la lucha sindical en frentes tan complicados de la propia geopolítica como el Sahara Occidental, Guinea Ecuatorial, Palestina, Venezuela, Cuba y un sinfín de países donde su presencia y solidaridad fueron constantes, al igual que lo hizo en España en su batalla contra la guerra en Irak o en cualquier otro lugar del mundo donde esta lacra azotase a los mas débiles.

Promotor de la Plataforma a favor de un gobierno progresista

No tenía dudas Manolo sobre la clase de gobiernos que debíamos tener si queríamos avanzar en el progreso de nuestra sociedad y así, desde los años de inicio de militancia en la UGT, durante la dictadura franquista, milito igualmente en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y que, en el caso de Manolo, era un compromiso coherente con sus principios siempre presentes como defensor de la clase trabajadora y que el Partido Socialista tiene igualmente como principio fundacional.

Manolo podría haberse erigido como dirigente político al igual que lo hicieron otros compañeros de su querida República Independiente de Triana en Sevilla, pero su convicción, y para suerte de la UGT, le llevo a elegir ponerse al frente de su compromiso con la clase obrera como dirigente sindical, haciendo lo que más le gustaba: la internacionalización de la defensa de los derechos de la clase trabajadora.

Pero Manolo también se preocupó de crear y formar un equipo en la Secretaria de política internacional de UGT, compuesto por mujeres y hombres interdisciplinares que en su conjunto formaron un equipo de sindicalistas cualificados que incidieron en todos los sectores sindicales y políticos, nacionales e internacionales, que colocaban a la organización al frente de los retos a los que la humanidad se tenía que enfrentar.

Mila, Isabel, Ana, Carmen, Lola, Valerie, Cristina, Alonso, Jaime, Joseba, Antonio, recordamos y no olvidaremos tu grandeza como persona, el cariño, respeto, amistad con los que tu denominabas como “Mi Gente”, que nos hacías sentirnos grandes incluso en las derrotas y que siempre nos recordabas que solo se perdían las batallas que no se daban.

Todos los que hemos tenido la suerte de trabajar con él, recibimos hoy un  legado que nos deja dotados de las herramientas adecuadas para seguir aportando a la Organización lo mejor de nosotros,  que continua actualmente bajo la dirección de Jesús Gallego, Secretario de Política Internacional y nos obliga a seguir su camino de integridad, coherencia, convencimiento, pasión y lucha  para conseguir la justicia que todo pueblo merece.

Manolo, ejerció como cualquier otro trabajador, su derecho a la más que merecida jubilación, pero su jubilación no implicó el abandono de su compromiso de luchador. Estaba convencido de que tenía que trabajar en otro frente, y así lo hizo, poniéndose a colaborar en el debate político como uno más, para contribuir a consolidar un partido que fuese capaz de conquistar el poder para la construcción de un gobierno progresista encabezado por un partido socialista que defienda a los y a las trabajadoras.

Manolo Bomatí: amigo, compañero, sindicalista, socialista,  internacionalista (de Triana)…

Con cariño y dolor por tu perdida, te recordaremos

Son sindicalistas de la Unión General de Trabajadores.

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