Machete

Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2020/07/18/machete/                                                                                  14 minutos

El tiempo de la vida es muy corto, pero gastado ese breve plazo cobardemente, sería demasiado largo, aunque, cabalgando sobre la aguja de un reloj, la vida se detuviera al cabo de una hora. Si vivimos, vivimos para hollar cabezas de reyes; si morimos, ¡hermosa muerte, cuando príncipes mueren con nosotros! Ahora para nuestra conciencia, bellas son las armas, cuando se levantan por una causa justa.

William Shakespeare, Enrique IV

Conservadora o modernista, liberal o dirigista, la política instituida es, ante todo, la liturgia de una forma sagrada: el Estado.

René Lourau, El Estado Inconsciente

Este pequeño machete surge de la necesidad de ordenar algunas ideas que con un compa tenemos en la cabeza. Alejades de la calles por el aislamiento obligatorio, sentimos como si el tiempo se hubiese detenido, sin embargo, el mismo sigue avanzando inexorablemente, y con él, todos los conflictos y situaciones que lo acompañan.

Las noticias nos caen como cataratas desde las distintas pantallas. El Estado “maternal” ha asesinado a Luis Espinoza y desaparecido a Facundo Castro. El extractivismo continúa saqueando y destruyendo la tierra. El FMI anuncia una crisis económica que al parecer es la más grande de los últimos 70 años. Otra mujer ha sido asesinada por un hombre. Marchas en oposición a raíz de la fallida expropiación de la empresa Vicentín que acusan al gobierno peronista de “comunista”. Presos “políticos” kirchneristas que salen de la cárcel. Preses “comunes” que continúan preses a pesar de los pedidos de mejoras. Más despidos, más contagios, más subsidios a empresas antes que a la salud y a la gente. La cuarentena que ya lleva tres meses de duración, la inflación galopante y la incertidumbre cotidiana.

 

Frente a esto,  ¿cómo no desorientarse o asustarse? La ansiedad nos invade y nos desalienta (al menos a quién les escribe le sucede), lo cual, para no deprimirme, me lleva a hacer el esfuerzo de recordar que siempre surgen redes de apoyo mutuo que invitan a la resistencia y a la existencia. Sí, siempre hay resistencia, pero no puedo dejar de entristecerme cuando observo que, de manera general, se espera que sea el Estado la institución encargada de resolver todos los problemas que nos aquejan. Así, como el elefante en la habitación, todes parecieran ignorar y naturalizar la estructura estatal y la cosmovisión que la acompaña. Pareciera que criticar y poner en duda al Estado es como haber puesto en duda a la Iglesia durante la Edad Media, motivo de excomulgación de la Política, ya que se propone un cambio de lenguaje. Cada época tiene sus herejes, así como también su Inquisición. De esta forma, el amplio espectro político, desde liberales, peronistas y marxistas, no discuten sobre la estructura y la micropolítica que el Estado necesita, sino que se debaten sobre cómo utilizarlas correctamente. Es lógico que así sea, ya que criticar al Estado sería criticarse a sí mismos. Todos los partidos políticos, del más rojo al más amarillo o celeste, han mirado tanto el abismo del poder que se han constituido a su imagen y semejanza. “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de tí”, decía Nietzsche.

Entre quienes sostienen que “eso pasa porque hay un Estado ausente”, y quienes acusan a los actuales gobernantes de “corruptos” y quieren reemplazarlos por otros, la institución sagrada estatal continúa incuestionable. Para nosotres, quienes tratamos de aprender las lecciones que nuestros abueles nos legaron, el problema fue, es y seguirá siendo el Estado y el mundo del cual surge y al cual nos empuja a vivir. En el fondo, la cuestión puede ser resumida en “Estado o revolución”. Esperamos que este machete invite a la reflexión, afile posicionamientos y corte cabezas de reyes.

+ Las clases dominantes de cada país han logrado apropiarse de las tierras y la riqueza gracias a la formación del Estado-nación. El Estado nace, literalmente, de la violencia, el saqueo y la opresión de la mayoría en beneficio de una minoría. Este es el instrumento político que edifica su mundo. A este proceso se lo suele conocer como “acumulación originaria”. En Argentina la burguesía lo nombró “campaña del desierto” y tuvo dos etapas. La primera con Rosas y la segunda con Roca. En ella se asesinó a los pueblos originarios que habitaban el sur, y se les cedió esas tierras a familias altas. Miles y miles de hectáreas pasaron a ser propiedad de unas pocas personas.

+ A esta nueva clase se la conoce como burguesía. Su nombre deriva de los Burgos, en Francia, ciudades cercanas al castillo en donde habitaban los ciudadanos más ilustres y ricos. Esta nueva clase burguesa se caracteriza por el culto a la productividad, el trabajo y el ahorro de Capital resultante del calvinismo, el progreso indefinido, la supremacía del “Hombre blanco” y heterosexual, la adoración de la ciencia positivista como prometedora de resolver todos los sufrimientos humanos. La revolución industrial, junto a la revolución francesa, fueron sus últimos pasos para llegar a la cima del poder dónde aún hoy se mantiene.

+ El Estado moderno fue creado para producir y reproducir la hegemonía burguesa. No hay Capital si no hay un Estado capaz de proteger y legitimar a la propiedad privada mediante la violencia, y de educar al pueblo para que la acepte, la naturalice, la reproduzca y la defienda.

+ El Estado moderno no es neutral, no representa a “todes”, sino que representa los intereses y la forma de ver el mundo de las clases dominantes de cada territorio. Es la estructura encargada de impregnar todo lo que exista con su pútrida ideología mercantilista, de ahí su tendencia a la globalización, la homogeneización y la totalización.

+ Las independencias de los Estados previamente colonias fueron declaraciones políticas de las clases dominantes de las colonias. Quienes decidieron y participaron de esas reuniones eran hombres blancos descendientes de europeos, influenciados por la Revolución Francesa y el naciente nacionalismo. Belgrano, San Martín, Mariano Moreno, Alberdi, Sarmiento, Rivadavia, Mitre se formaron en Europa y buscaban traer las “ideas avanzadas” a su tierra natal. La independencia busca quitarse de encima a la burocracia virreinal española (que ya no tenía poder por la caída Fernando VII tras la victoria de Napoleón) para pasar a tomar sus decisiones políticas como burguesía pronta a unificarse en torno a un Estado nacional llamado Argentina. La estructura de explotación interna no se vio modificada en lo absoluto.

+ El primer paso para que la clase dominante de determinado territorio pudiese imponer su voluntad fue lograr la “unidad nacional”, es decir, establecer en el territorio un Estado centralizado que determine las relaciones sociales a su favor. En el fondo, esto significa que los ricos, propietarios y poderosos se ponen de acuerdo para decidir cómo gobernar un territorio. Cuando no hay acuerdo, las diferencias se resolvían por medio de guerras civiles. En la Argentina, esas disputas duraron 66 años, y enfrentaron a dos facciones burguesas conocidas como “federales” y “unitarios”. La “unidad” se logra hacia finales de 1880 bajo el Proceso de Organización Nacional que comenzó en 1852 tras la caída de Rosas. A grandes rasgos, dicho enfrentamiento entre dos facciones continúa con sus mil y una diferencias y matices. La estrategia de las clases dominantes en sus distintas facciones, ahora y siempre, ha consistido en involucrar a les desposeídes a favor de una o la otra, evitando que construyan una perspectiva independiente.

+ La propiedad privada, la ley, la mercancía, el mercado, el trabajo, la burocracia, la plusvalía, la delegación, los partidos políticos, el parlamento, la escuela pública/privada, la cárcel, son instituciones burguesas, en el sentido de que responden a su lógica y son imprescindibles para el buen circular de las mercancías y los negocios. Por ejemplo, para poder gobernar, la escuela que genera esclavos/trabajadores y la policía que asesina rebeldes y ejerce el control social sobre lo sectores marginados son iguales de necesarias. Ambas constituyen distintos momentos de la represión, en tanto y en cuando responden a sostener y reproducir la normalidad capitalista y la hegemonía burguesa.

+ El Estado moderno, al ser un producto de la burguesía, está pensado para dominar y reproducir sus privilegios de clase. Pretender liberar al pueblo desde el Estado es tan absurdo como pretender apagar el fuego arrojando nafta. La perspectiva instrumental del Estado según la cual este es neutral y que el resultado depende de cómo es utilizado, la consideramos errónea y peligrosa. La experiencia de la URSS y las distintas dictaduras marxistas son pruebas concretas e indiscutibles de que el marxismo-leninismo y sus derivados (maoísmo, castrismo, estalinismo, trotskismo) no han sido nunca otra cosa más que teorías de Estado. Lo mismo sucede para el peronismo. ¿Cómo se libera el pueblo si se le quitan sus organizaciones políticas y se lo ata al Estado? ¿Cómo cambiar el mundo si solo se nos pide que vayamos “de la casa al trabajo y del trabajo a casa”? Respecto al liberalismo (que ahora se presentan como “libertarios” o “anarcocapitalistas”) ya lo dijimos más arriba: Estado y Capital son las dos caras de la misma moneda. El capitalismo, en tanto sistema que promueve la propiedad privada de los medios de producción, y la libre circulación y contratación de la fuerza de trabajo, no puede lograr esas dos condiciones sin una estructura represiva que se ocupe de generarlas y sostenerlas constantemente. Esta doctrina política dominó la historia durante un siglo después de la Revolución Francesa. Como era inevitable, la doctrina liberal sobre la cual se edificó el capitalismo en su primera etapa a través del tráfico de esclaves para trabajar en el nuevo mundo, derivó en una guerra mundial y en la Gran Depresión de los años 30. Es a partir de ahí que la clase capitalista mundial empieza a mirar con buenos ojos a la intervención del Estado en la economía, no ya solo como institución propiamente represiva, sino también preventiva de revueltas y crisis.

+ Si el Estado fue creado con el fin de oprimir y explotar, ¿cómo puede liberar? La separación entre fines y medios ha llevado al pueblo a sufrir derrota tras derrota. Es esa separación la principal enemiga de les desposeídes. El Estado, en tanto separación consumada y reino de la alienación, ha separado a les individues de la tierra a través del cercado de las mismas, de la comunicación a través de los medios masivos de comunicación, de la educación a través de la escuela pública/privada y obligatoria, del producto de su trabajo a través de la propiedad privada, de su autodefensa a través de la ley y la policía. La Política como esfera separada de la toma de decisiones es el pantano al cual el Estado nos invita a participar. Separando a les individues y su capacidad de decidir en común sobre su vida, se nos ata a políticos profesionales, es decir, a personas que se enriquecen y viven de esa separación. Esa oposición entre privado y público, entre humanidad y naturaleza, entre económico y político,  entre Capital y Estado, macro y micro, entre arriba y abajo, entre afuera y adentro, entre medios y fines, entre pensamiento y acción, entre cuerpo y mente, son los estragos que la ideología burguesa ha hecho en nuestros mente/cuerpos. De lo que se trata es de destruir la separación,

+ Es imposible ser “anti-imperialistas” o “de-coloniales” por medio del Estado ya que no hay nada más imperialista y europeo/occidental que el Estado moderno. Su ADN contiene patriarcado, colonialismo y positivismo.

+ La opresión de las mujeres fue una condición necesaria para la aparición del Estado moderno. El capitalismo como tal no existiría si las mujeres no hubiesen sido reducidas a reproductoras de los futuros trabajadores. Este ataque hacia las mujeres y sus conocimientos fue fundamental para la dominación capitalista y no puede ser obviado. La historia estatal y patriarcal no puede resignificarse en un “Estado materno” con cierta capacidad de cuidados por su misma condición de ser una máquina centralista y homogeneizadora que expresa los intereses del Capital contra la vida y la diversidad.

+ La abolición de la esclavitud no fue un salto de conciencia hacia delante de la humanidad, sino que más bien fue un salto de conciencia de la burguesía y un paso necesario para imponer la libre circulación de mercancías. El Estado capitalista se caracteriza y se define por ser una estructura diseñada para asegurar la “libre” circulación y contratación de fuerza de trabajo. La esclavitud era ya una relación social que no se adecuaba a la nueva realidad incipiente. Es el Estado el encargado de mantener esas condiciones de circulación, ya sea mediante la violencia o las reformas.

+ El Estado es inseparable de una minoría dirigente que toma todas las decisiones. Quien dice Estado dice minorías, pasividad, delegación, burocracia y privilegios. El destino económico-político de nuestra sociedad lo definen los tres estados modernos: la burguesía, la burocracia sindical y los gobernantes en la mesa chica a puertas cerradas.

+ El capitalismo en el que todes ganan es una utopía, así como el pleno empleo o la pobreza cero. La acumulación de Capital implica, necesariamente, la pobreza. Las empresas se fundan para generar ganancia, no para hacer beneficencia. Si alguien gana, alguien pierde. La concentración de Capital implica la concentración de riqueza y su contraparte, expansión de miseria. La industrialización es inseparable de la pauperización de la población en grandes ciudades sucias y psicóticas. El traslado de la vida rural hacia el hacinamiento de las ciudades fue el resultado del cercamiento de tierras, de la industrialización y la acumulación de Capital. Todas las promesas de la ciencia, el positivismo y el capitalismo han fracasado y nos están llevando al colapso. Todas las corrientes políticas que no tengan en cuenta esto reproducirán, inevitablemente, el sueño tecnocrático de la burguesía de un imposible crecimiento constante de producción a costa de la destrucción del medio ambiente.

+ La mejora de las condiciones de vida del proletariado industrial frente a las anteriores formas de vida son falacias. La población nunca trabajó tanto como en el capitalismo. La rueda perpetua de trabajo-consumo está llegando a su estadío más desarrollado con la fusión del teletrabajo. Para grandes sectores de la población, ya no es necesario salir de casa para trabajar o consumir, todo puede ser realizado desde el hogar mediante la tecnología. El sueño del empresario está llegando: les trabajadores ya ni siquiera tienen que salir de su casa para trabajar, y ante cualquier emergencia, allí estará el celular para contactar con ellos. Uno de los grandes problemas para la clase propietaria, el absentismo, estaría siendo eliminado gracias al teletrabajo. Así como también la contracara del trabajo: el consumo. Ya las mercancías no van al mercado, sino que llegan a nuestra propia casa. Estas tecnologías conservan la ilusión de que estamos hablando con alguien cuando en realidad a veces no distinguimos entre una persona o un bot.

+ El Estado es el encargado de regular las contradicciones que resultan de la premisa fundamental de su existencia: una pequeña minoría propietaria de los medios de producción que se apropia del trabajo de una gran mayoría que no tiene más que su fuerza de trabajo para venderla en el mercado. Su función es regular todos los problemas que de esa premisa surgen. Es por eso que no puede solucionar nada. Es su existencia misma el problema.

+ Un ejemplo del punto anterior. El canciller de Hierro Bismark, un alemán muy conservador, dijo en 1905: “Si los desocupados no reciben dinero para poder sobrevivir se van a convertir todos al socialismo”. Los subsidios son una forma en la cual el Estado regula las contradicciones internas que él mismo genera. ¿Esto quiere decir que no hay que arrancarle subsidios al Estado? No, no quiere decir eso, sino que los subsidios no mellan al Estado, por el contrario, son un mecanismo de defensa del mismo. El Banco Mundial los promueve, de hecho. Su función es desarticular cualquier resistencia irrecuperable. Para ello utiliza a la policía, o subsidios o reformas. Las tres son tácticas de la misma estrategia: continuar sosteniendo la explotación y los privilegios de las clases dominantes.

+ El Estado es el reino de la separación. A través del artilugio democrático, ha logrado que aceptemos y naturalicemos la separación de la vida en esferas independientes. Así, creemos que se puede ser políticamente libre mientras somos económicamente esclavos. La lucha económica es inseparable de la lucha política. Así como el Estado (formación política del Capital) es inseparable del Capital (formación económica del Estado). La mejora de nuestras condiciones de vida no será posible mientras sigamos separando la lucha económica de la lucha política. Mientras que las decisiones políticas sobre la producción y el consumo sean tomadas desde la lógica mercantil del Estado, las condiciones materiales del pueblo seguirán siendo paupérrimas, así como la degradación de la naturaleza. Esta separación es consecuencia del economicismo típico de la ideología burguesa que reduce la vida a números. Ese economicismo ha contaminado a la clase trabajadora, considerando que, por ejemplo, durante el peronismo el hecho de que se hayan conseguido mejoras económicas es más importante que el hecho de haber perdido autonomía política como clase. Lo mismo sucede para la dictadura bolchevique, la industrialización de un país en el cual la mayor parte de su población es campesina es más importante y valorable que el asesinato de miles de campesinos, el aplastamiento del Éjército Negro, el aplastamiento de Krondstadt, Partido único y prohibición de la oposición y la burocratización de los Soviets (órganos de decisión proletarios autónomos al Estado). Nuevamente, la separación entre medios y fines llevó al proletariado a su propia aniquilación.

+ Que el Estado intervenga una empresa capitalista en crisis o en quiebra no significa un avance comunista o humanitario, sino que la situación de dicha empresa es tan desastrosa que ya es peligrosa para el conjunto de la burguesía de determinado país. Perder 4.000 puestos de trabajo de un día para el otro es una grave amenaza a la normalidad democrática-capitalista. Así como también sería peligroso, la posibilidad de que les trabajadores decidan por elles mismes expropiar la empresa, abriendo un nuevo escenario político susceptible de expandirse hacia otras unidades productivas. Es el Estado el bombero que viene a apagar el incendio antes de que se queme todo. Desde su lógica, siempre es mejor controlar el fuego en un pequeño sector que dejarlo expandirse por todo el campo.

+ El Estado es la institución jurídico-política que administra la ley y el monopolio legítimo de la fuerza. La ley y la fuerza, así como los derechos y las reformas de la democracia capitalista, se alternan y/o se conjugan dependiendo del contexto particular para continuar ejerciendo el control sobre la vida. Represión y conciliación no son contradicciones de los gobiernos, sino respuestas que dependen de la correlación de fuerzas de cada territorio. Represión y reformas, dictaduras y democracias, liberalismo o intervencionismo son los distintos momentos de la gran maquinaria capitalista.

+ El Estado se materializa negando libertades a través de una moral de la propiedad privada que restringe la vida, ocupa territorios, mercantiliza cuerpos y vínculos, tanto entre nosotrxs como con el planeta. Bajo su lógica todo se convierte en medible y productivo. Es uno de los cimientos de la civilización. Patriarcado-Estado-Capital son sistemas, lógicas y procesos que se necesitan mutuamente para seguir oprimiendo cada cuerpo, civilizando cada territorio, produciendo cada vida.

Esperamos que este punteo sirva para afilar los distintos machetes, compañeres.

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Fran Fridom


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