Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/02/22/ffa1-f22.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws Santiago Guillen 22.02.23
Los trabajadores españoles de Amazon inician una huelga indefinida contra el cierre de las instalaciones de Martorelles
Los trabajadores de Amazon lanzaron una huelga indefinida la semana pasada contra la decisión del gigante del comercio electrónico de cerrar su centro logístico en Martorelles, al norte de Barcelona, eliminando 800 empleos. La planta de 30.000 metros cuadrados de Martorelles, inaugurada en octubre de 2017, cerrará el 22 de abril.
La compañía afirma que reubicará a los empleados en centros de otras ciudades. Lo cierto es que este cierre supondrá el despido de la mayor parte de una plantilla que no podrá trasladarse a poblaciones como Girona o Zaragoza, a cientos de kilómetros de distancia. Solo ofrece recolocar en instalaciones de Barcelona, las más cercanas a Martorelles, a 190 trabajadores, el 20 por ciento de los trabajadores de la planta.
Lo que Amazon está proponiendo no es una recolocación, sino un despido colectivo, ahorrándose los costes económicos y de imagen que esto conllevaría. Estas son las principales preocupaciones del gigante del comercio electrónico que tiene actualmente una capitalización bursátil de 1 billón de dólares.
La compañía se niega a proporcionar cualquier razón para el cierre, alegando que es simplemente parte de su ‘estrategia empresarial’. Las causas subyacentes, sin embargo, son muy claras. Al trasladar el centro a la provincia de Zaragoza, la empresa se ahorrará alrededor del 30 por ciento en salarios o más. De hecho, Amazon no tiene un convenio colectivo propio y los contratos de los trabajadores se rigen por convenios a nivel provincial. El de Zaragoza tiene peores condiciones laborales y salarios más bajos que el de Barcelona, donde se encuentra la localidad de Martorelles.
Los trabajadores también perderían otras ventajas del convenio de Barcelona, como los pluses de nocturnidad o los fines de semana.
Que una empresa con 20.000 empleados en España y decenas de centros distribuidos por todo el territorio no tenga un convenio colectivo propio que garantice unas mínimas condiciones salariales y laborales a todos los trabajadores, se debe sobre todo al papel de los sindicatos. Han trabajado sistemáticamente con Amazon para imponer bajos salarios, precariedad y prácticas abusivas que han mutilado y herido a miles de trabajadores durante años, al tiempo que consiguen que los accionistas de Amazon sean extremadamente ricos.
Los trabajadores no reciben ningún plus de peligrosidad, aunque trabajan entre maquinaria pesada y están sujetos a mecanismos de control muy duros para verificar sus movimientos y evaluar su productividad.
El recorte salarial será especialmente grave para los empleados rasos que pasarán de ganar 1.500 euros al mes a recibir solo el salario mínimos de 1050 euros. Tras el inicio de la huelga la empresa ofreció a los trabajadores un pago único de 6.000 euros de compensación por el traslado, inicialmente solo eran 3.000, una cifra que aun con esa subida difícilmente les permitirá abordar el coste económico de trasladarse a vivir con un salario mucho peor a cientos de kilómetros de sus hogares.
Aquellos que no acepten ser trasladados serán despedidos con una indemnización de 23 días por año trabajado, muy por debajo de lo que recibirían por un despido normal. Amazon está ahorrando así entre 20 y 30 millones de euros en compensaciones.
“¿Cómo me voy a ir a Zaragoza o a Figueres a trabajar si acabo de comprarme un piso?” comentaba un trabajador que participaba en los piquetes de Martorelles a elDiario.es. Otro comentaba que “Nos faltan el respeto, están abusando de nosotros”.
Una trabajadora madre de dos hijos comentaba que ni siquiera podía plantearse el traslado y que además “Tampoco nadie me asegura que en unos años no me volverán a hacer lo mismo y me dejarán en la calle” y recalcaba que “De traslado nada, esto es un cierre encubierto”. Otra trabajadora señalaba que “Estas navidades nos dijeron que habíamos batido el récord de producción” y que “Al cabo de una semana nos enteramos de que iban a cerrar”.
Bajo una creciente presión, las burocracias sindicales convocaron una huelga. Inicialmente, el principal sindicato de la planta de Martorelles, el socialdemócrata UGT cercano al gobernante Partido Socialista (PSOE), aceptó el cierre. La UGT promovió ilusiones en Amazon, afirmando esperar ‘que la empresa presente opciones viables y justas’ para los trabajadores que sean despedidos.
El 23 de enero, dos semanas después de que se anunciara el cierre, la UGT todavía rechazó cualquier convocatoria de huelga, y mucho menos movilizar a capas más amplias de trabajadores en Amazon y en otras empresas contra el cierre.
La presidente del comité de empresa Esther Rodríguez llamaba a “seguir negociando” y reunirse con la empresa “para ver cómo fluyen las negociaciones”. Rodríguez confirmaba que el ambiente “está muy caliente” porque “lo que ofrece la empresa es una minucia”. Razón por la cual confirmaba que los trabajadores “están dispuestos a hacer movilizaciones”. Eran los dirigentes sindicales los que no estaban dispuestos a hacer esas movilizaciones y por ello siguieron posponiendo la convocatoria de la huelga.
Las burocracias sindicales solo plantean que los trabajadores sean recolocados en centros de la misma provincia y mejorar las indemnizaciones por despido o traslado, pero siguen sin oponerse al cierre del centro logístico de Martorelles que tendrá duras consecuencias en toda la comarca. Además de los 800 empleos directos se perderán otros cientos de trabajos indirectos además de todas las inversiones públicas que en su día se realizaron para que la planta de Amazon se instalara en Martorelles en el año 2017, apenas hace cinco años.
A pesar de las duras condiciones de trabajo en las plantas de Amazon en España y a nivel internacional, las burocracias sindicales están trabajando para aislar a los trabajadores de Martorelles. La delegación de UGT en las instalaciones de Amazon en Zaragoza incluso dio luz verde al cierre en Martorelles. Celebró el traslado de la planta a esa ciudad, declarando que esperan que se “consolide en Zaragoza como un centro de logística, pero también como referente en condiciones laborales y cumplimiento de la legislación laboral”.
El próximo martes se celebrará el sexto encuentro entre los sindicatos y Amazon en la sede del Departamento de Trabajo de la Generalitat de Catalunya, que actúa como mediador. Este es el mismo lugar donde tuvo lugar la mediación en la fábrica de Nissan en Barcelona en agosto de 2020. Luego, con un cinismo ilimitado, las burocracias sindicales firmaron un acuerdo para cerrar las tres fábricas de Nissan en Barcelona, recortando directamente más de 2.500 empleos. Se han perdido otros 20.000 empleos entre los subcontratistas y los trabajadores de la cadena de suministro que dependen de las plantas automotrices.
Los trabajadores deben asimilar las lecciones de estas luchas. Amazon, como Nissan antes, está lanzando una ofensiva global contra los trabajadores. Solo en enero, 18,000 empleados de Amazon fueron despedidos en todo el mundo. Esto no incluye despidos encubiertos como los de Martorelles o los que se están llevando a cabo en Inglaterra con estrategias similares en Doncaster, Hertfordshire y Gourock que afectan a 1.300 trabajadores. Al igual que en Martorelles, están siendo despedidos indirectamente, con ofertas de traslado imposibles de asumir.
Tal ofensiva global solo puede responderse uniendo a los trabajadores en España, Gran Bretaña y todos los centros de Amazon en todo el mundo en una lucha conjunta para derrotar los ataques de la compañía. Esto es algo que los sindicatos no pueden y no quieren hacer. Sus intereses creados radican en trabajar con Amazon para hacer que ‘sus’ trabajadores sean más rentables para la compañía, ya sea entre ciudades como Zaragoza o Barcelona, países dentro de Europa o a nivel global.
La Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon está ayudando a los trabajadores a construir una red de comités de base en los almacenes y terminales para establecer líneas de comunicación entre los trabajadores en diferentes lugares y organizar la resistencia colectiva a los dictados de la compañía. Estos comités defienden el control de los trabajadores sobre las tasas de recogida y las tasas de entrega y organizan huelgas contra las amenazas a la salud y la seguridad de los trabajadores. Pueden formar la base para ampliar la lucha y el apoyo a los trabajadores de Martorelles entre los trabajadores de Amazon en toda España e internacionalmente.
(Publicado originalmente en inglés el 19 de febrero de 2023)