Después de 10 meses de la guerra genocida israelí en la Franja de Gaza, los residentes de la Franja faltan y necesitan las cosas, los derechos y las necesidades de vida más básicos.
Se ha vuelto común ver a un niño o incluso a un joven descalzo en las calles de Gaza, y buscar zapatos se ha convertido en una tarea tediosa y no fácil.
Esta es la situación a la que han llegado los residentes de la Franja de Gaza cuando la guerra genocida cumple su décimo mes: no hay zapatos en los pies de los niños ni siquiera de los adultos.
Pérdidas por desplazamiento y bombardeo
Como resultado de los repetidos desplazamientos y de los devastadores bombardeos generalizados, los ciudadanos pierden su ropa, sus zapatos y todas sus pertenencias, y posteriormente inician una costosa y casi imposible búsqueda de ingredientes que les ayuden a resistir y sobrevivir.
Desde el comienzo de la guerra de genocidio, las fuerzas de ocupación han impedido la entrada de zapatos y ropa a la Franja de Gaza, junto con muchos suministros y necesidades básicas.
Estas decisiones de prohibición sólo se producen en un contexto, que es la continuación de la política de venganza y privaciones, como una de las herramientas del genocidio, que sin duda va de la mano de misiles y bombas mortíferos.
La ciudadana Alaa Al-Fleet (26 años) dice que lleva algún tiempo buscando zapatos para su pequeña Jana, de 4 años. Confirma que sus intentos de búsqueda han fracasado.
Agregó en una entrevista con nuestro corresponsal que deambuló por las calles de la ciudad de Deir al-Balah y no vio ningún tipo de zapato.
Su hija Jana camina descalza después de que la madre agotó todos los intentos de reparar el zapato gastado.
Que un niño camine descalzo en nuestra época actual es uno de los delitos silenciosos, ya que puede provocarle diversos problemas de salud.
Reparación de calzado
El ciudadano Mahmoud Abu Mustafa (45 años) dijo a nuestro corresponsal que tuvo que reparar los zapatos de sus hijos decenas de veces, ya que no había zapatos en el mercado.
Se pregunta: ¿Por qué Israel impide su entrada? ¿Ha llegado el déficit árabe e islámico a este punto?
En cuanto a Salem Khalil (48 años), dijo que perdió toda su ropa y pertenencias después de que la ocupación bombardeara su casa en Khan Yunis, señalando que pudieron recuperar algunas prendas rotas y usarlas, y que con dificultad pudieron recuperarlas. logró cubrir algunas de las necesidades de los familiares.
Mencionó que 5 de sus hijos cambian dos zapatos por un tigre grande y se ven obligados a salir descalzos en medio de la guerra, esto se ha vuelto algo común, y muchas veces regresan con heridas y laceraciones en los pies a consecuencia de. Los escombros se esparcieron por todas partes.
El palestino no permanece indefenso, a pesar del horror del crimen y del sufrimiento al que está expuesto. Faraj trabajaba como reparador de calzado y algunos pensaban en fabricar zapatos con medios mínimos.
Añadió que si se fabricaran zapatos, serían muy caros, por las razones mencionadas.
│Diario Al-Quds Libération صحيفة القدس ليبراسيون –
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