Los países de la OTAN tienen buenos motivos para estar asustados

mpr21                                                                                                                               Redacción

 

El jueves el ejército ruso atacó la fábrica Yuzhmash en la ciudad de Dnepropetrovsk son un misil Oreshnik, inédito hasta la fecha. Es un disparo de advertencia que responde a la imparable escala de la OTAN en Ucrania.

Según el Pentágono, Rusia les informó del lanzamiento una hora antes. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, matizó que no fue exactamente así: la alerta se activó automáticamente.

El misil no puede ser interceptado por las modernas defensas aéreas. Vuela a una velocidad de Mach 10, es decir 10 veces la velocidad del sonido, o 3 kilómetros por segundo. Es de mediano alcance y vuela a una distancia de 1.000 a 5.500 kilómetros.

No existe ningún sistema de defensa aérea o antimisiles en el mundo capaz de interceptar estos misiles hipersónicos. El misil Oreshnik de mediano alcance podría alcanzar muy rápidamente objetivos clave de la OTAN en Europa. Podría llegar a la base estadounidense de misiles Aegis Ashore en Redzikowo, Polonia, en ocho a once minutos.

Occidente no tiene misiles que vuelen a tales velocidades, ni tampoco misiles hipersónicos. Aunque Estados Unidos se ha jactado repetidamente de poseer tales misiles, nunca ha demostrado su vuelo. Parecen haber mostrado misiles volando a una velocidad supersónica de 5,5 veces la velocidad del sonido, o  5,5 Mach. Sin embargo, la velocidad hipersónica comienza en Mach 6-7.

El principio de funcionamiento es similar al demostrado por el misil hipersónico Kinjal, lanzado por el avión supersónico MiG-31K, o el vehículo planeador del sistema hipersónico Avangard acelerado por el misil balístico intercontinental UR-100N UТТKh.

El misil también está equipado con varias ojivas. Acelera a velocidad hipersónica y los bloques de separación vuelan hacia el objetivo también a velocidad hipersónica.

El nuevo misil ruso podría transportar al menos seis ojivas de reentrada contra objetivos independientes múltiples (MIRV).

Sin recurrir a armas nucleares, Rusia es capaz de destruir cualquier instalación militar o fábrica en Europa con una probabilidad garantizada del 100 por cien, lo cual crea un nuevo escenario militar del que la OTAN va a tomar buena nota.

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