Representantes de varias naciones de la Liga Árabe publicaron una declaración conjunta el 14 de diciembre enfatizando el acuerdo sobre el apoyo a una “transición pacífica” en Siria, días después de la caída del gobierno de Bashar al-Assad y el establecimiento de un nuevo gobierno liderado por Hayat Tahrir al-Sham (HTS). 

La declaración fue emitida por los ministros de Asuntos Exteriores de Jordania, Arabia Saudita, Irak, Líbano, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Qatar, poco después de una reunión en la ciudad costera jordana de

Los ministros de Asuntos Exteriores se comprometieron a “apoyar un proceso de transición pacífica” en Siria, añadiendo que “todas las fuerzas políticas y sociales” deben estar representadas en el nuevo gobierno sirio y advirtiendo contra “cualquier discriminación étnica, sectaria o religiosa”, haciendo hincapié en la “justicia y la igualdad para todos los ciudadanos”.

La Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU debe ser la base para esta transición, dijeron.

La declaración conjunta pidió “el compromiso de intensificar los esfuerzos para combatir el terrorismo y la cooperación en la lucha contra él porque representa una amenaza para Siria y para la seguridad de la región y del mundo, y su derrota es una prioridad colectiva”.

Los diplomáticos también participaron en una reunión separada en Jordania con el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pederson, y la funcionaria de política exterior de la UE, Kaja Kallas.

El viernes, Washington y Ankara anunciaron haber llegado a un acuerdo sobre la visión del futuro de Siria.

Turquía estuvo entre las principales fuerzas que instigaron el inicio de la guerra contra Siria, apoyada por Estados Unidos y que comenzó en 2011. Entre los grupos que irrumpieron en Damasco el 8 de diciembre se encontraban no sólo HTS (antigua filial de Al Qaeda), sino también el Ejército Nacional Sirio (SNA), una fuerza subsidiaria de Turquía integrada por varios grupos extremistas que han incorporado a sus filas a decenas de comandantes del ISIS a lo largo de los años.

El líder supremo de Irán, Ali Jamenei, dijo la semana pasada que los recientes acontecimientos en Siria fueron planeados por Washington y Tel Aviv, añadiendo que “hay un país vecino que jugó un papel destacado en lo que ocurrió en Siria y todavía está jugando ese papel”, probablemente una referencia indirecta a Turquía.

HTS, que solía ser conocido como el Frente Nusra de Al Qaeda, ha establecido una autoridad de transición bajo el liderazgo de Mohammad al-Bashir, quien encabezó el órgano de gobierno del grupo en Idlib antes del asalto que terminó con la caída de Assad.

HTS ha declarado públicamente que los grupos minoritarios y todas las santidades religiosas estarán a salvo bajo el nuevo gobierno. También ha prometido no imponer restricciones a la vestimenta de las mujeres.

Aunque no ha habido ninguna matanza masiva de minorías, como se vio en años anteriores de la guerra en Siria, muchos se muestran escépticos y temerosos.

Se informa que decenas de miles de sirios pertenecientes a grupos minoritarios han acudido en masa a la frontera libanesa preocupados por lo que la nueva Siria les depara.

El Frente Nusra fue responsable de muchas atrocidades contra cristianos, alauitas, chiítas y drusos, incluidos atentados suicidas, ejecuciones , secuestros, bombardeos indiscriminados y otros crímenes de guerra.

Las facciones del SNA también han cometido muchas atrocidades. El SNA ha incorporado a sus filas no sólo a elementos del ISIS, sino también a grupos como Jaish al-Islam, una milicia sectaria responsable de numerosos crímenes contra el pueblo sirio.