Fuente: A Fondo num. 2/2020 africaye.org Carlos Bajo Erro
En la actual crisis sanitaria, los movimientos sociales han volcado sus esfuerzos en la sensibilización y en la difusión de las medidas de prevención para frenar el avance de la enfermedad, han centrado su trabajo de vertebración social, en la defensa de los miembros de la comunidad y han utilizado su rol de prestigio en transmitir mensajes cargados de civismo y ciudadanía.
En Senegal, la organización Y’en a Marre se adelantó a cualquier
acción informativa con una campaña donde las caras más
conocidas del movimiento salían a la calle para escenificar con
gestos las medidas de prevención y los vídeos se han distribuido
por redes sociales y plataformas de mensajería.
En Burkina Faso, Balai Citoyen también ha lanzado una amplia
campaña de sensibilización usando las imágenes de sus militantes para humanizar los mensajes de prevención. También se ha lanzado a producir gel hidroalcohólico, uno de los elementos de protección más difíciles de conseguir en el país. Ahora mismo ya se está repartiendo gratuitamente entre los colectivos más vulnerables de la sociedad.
En la imagen miembros del colectivo Balai Citoyen
En la República Democrática del Congo, los miembros del movimiento Filimbi se han enfundado inmediatamente sus monos
de trabajo, simbólica y literalmente, y han empezado a recorrer mercados y otros lugares concurridos en las principales ciudades del país. Han instalado mecanismos de limpieza de manos, han
repartido mascarillas o geles hidroalcohólicos y han informado megáfono en mano a la ciudadanía de los riesgos y las necesidades de prevención. En la misma línea, los miembros de
Lucha también se han implicado en diversas campañas de
sensibilización. Con el paso del tiempo estas organizaciones han demostrado que su carácter comunitario es uno de sus rasgos
fundamentales, de la misma manera que la voluntad de consolidarse como movimientos ciudadanos, es decir, como
ecosistemas en los que se edifican los valores de ciudadanía. Su reto consiste en propiciar el cambio que acabará con todas las injusticias; despertar las conciencias y cimentar los valores
ciudadanos. Para ellos, la transparencia, el final de la corrupción y de los privilegios, la mejora de las condiciones de vida y de las perspectivas de futuro, todas esas pequeñas victorias serán el resultado de un cambio de mentalidad.
En medio de esta crisis que sacude algunos de los pilares sociales más básicos se ha demostrado que estos movimientos son mucho más que una demostración de fuerza concreta, que tienen capacidad para vertebrar la sociedad y que sus objetivos finales son los cambios desde los cimientos, la revolución más profunda basada en la acción cotidiana.