Los éxitos tácticos y los fracasos estratégicos de Israel

mpr21                                                                                                                              Redacción

 

Los “expertos” occidentales se maravillan ante la eficacia técnica y el éxito del terrorismo israelí, mientras permanecen perplejos por la naturaleza de las estrategias a largo plazo.

La operación de la semana pasada para hacer estallar miles de buscas y otros dispositivos electrónicos en Líbano fue notable, aunque inútil. Hezbollah ha recibido un buen golpe y los terroristas del Mosad estarán encantados, además de aliviados.

Los portavoces israelíes afirman que los ataques de los buscas fueron muy selectivos, pero la realidad es que los libaneses de todos los colores lo ven como una agresión que causó muchas víctimas inocentes. Lejos de ser un operativo quirúrgico, aterrorizó a toda una población, que ahora tiene miedo de los dispositivos que lleva en el bolsillo.

Israel no ha logrado ganar aceptación en la región después de más de 75 años. El odio a los sionistas se extenderá por generaciones y Hamas y Hezbollah ya no tendrán problemas de reclutamiento en el futuro.

Hezbollah nació en medio de la invasión israelí del Líbano en 1982, hace 42 años. Hasta la retirada israelí del sur de Líbano en 2000, para muchos libaneses, Hezbollah desempeñó un papel legítimo en la resistencia contra la ocupación.

De la misma manera, Hamas fue creado en los primeros días de la primera Intifada, que estalló en Gaza en diciembre de 1987. También puede reivindicar un papel en la resistencia.

En ambos casos, Israel se sigue enfrentando a los mismos adversarios que, con el tiempo, se han fortalecido considerablemente, que están más y mejor organizados que hace 40 años. Es más que evidente que Israel va perdiendo la guerra.

Lo mismo cabe decir de Irán. El asesinato del dirigente de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán en julio fue otro golpe muy bien ejecutado. Al igual que en las operaciones en Líbano, ningún matarife israelí fue identificado ni fotografiado.

Pero, aparte de una buena publicidad, Israel no ha ganado nada y con la buena publicidad ya cuenta desde 1948. Ha asesinado a un negociador en las conversaciones de alto el fuego en Gaza, es decir, vuelve a confirmar a gritos que es un país que no quiere la paz con los árabes y, cuando se declara la guerra, las armas nucleares también son útiles.

Si no hay negociación, a Irán le queda muy claro que sólo queda el camino del rearme nuclear, y lo mismo se puede decir de Hamas y Hezbollah en una escala diferente. Ya nadie habla de mesas de negociaciones, ni de intermediarios. En Oriente Medio la solución va a ser militar y sólo cabe discutir sobre su alcance, es decir, si se va a producir una escalada o no.

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