mpr21 Redacción
El gasoducto Power of Siberia, que transporta gas de Rusia a China, volvió a ser noticia esta semana, al igual que el malogrado gasoducto Nord Stream, su homólogo ruso-europeo.
El Power of Siberia 2 se va a terminar este año. Cuando esté operativo, el nuevo gasoducto aumentará el suministro de gas transiberiano ya existente a China, elevando el suministro total de gas desde Rusia a 100.000 millones de metros cúbicos por año.
Esta impresionante cifra es significativa. Durante no mucho tiempo se proyectó que los gasoductos Nord Stream 1 y 2 tendrían una capacidad combinada para entregar 100.000 millones de metros cúbicos a Europa. Ese proyecto energético fue saboteado en septiembre de 2022 cuando los gasoductos volaron en el lecho marino del Báltico.
Fue un audaz acto de terrorismo de Estado internacional llevado a cabo por los estadounidenses y los británicos para destruir el comercio energético de décadas de antigüedad entre Rusia y Europa.
Los estados europeos no han llevado a cabo ninguna investigación para encontrar al culpable. Rusia se ofreció a cooperar con los estados europeos para investigar la explosión, pero todas las ofertas de Moscú han sido rechazadas.
Durante años, los estadounidenses se quejaron de que Rusia fuera el proveedor estratégico de energía para Europa. Con la escalada de la guerra por poderes contra Rusia en Ucrania en febrero de 2022, los estadounidenses y sus lacayos europeos de la OTAN tuvieron un pretexto conveniente para hacer estallar los oleoductos del Nord Stream.
El resultado es que la economía de Alemania, que en su día fue el motor de la Unión Europea, se ha visto arrastrada por el suelo por la pérdida de su vital aporte energético procedente de Rusia. Alemania se tambalea al borde de la recesión y sus famosas industrias orientadas a la exportación ya no son competitivas.
Sin embargo, Alemania y otros países directamente afectados por el vandalismo del Nord Stream (Suecia y Dinamarca) se callan como los perros más sumisos de la manada.
La semana pasada, Alemania emitió una orden de detención contra un buzo ucraniano que, según afirma, estuvo involucrado en el ataque submarino. Como ya hemos expuesto, es una cortina de humo. Es imposible que una operación tan compleja haya podido ser realizada por aficionados. El sabotaje del Nord Stream requería de la experiencia de los estados.
Los estadounidenses tenían un gran motivo: cerrar las puertas a Rusia en el mercado energético europeo porque acabarían conduciendo a una alianza entre Rusia y Alemania.
Sin embargo, a diferencia de Alemania y otros estados europeos afectados por la recesión, Rusia está creciendo a un ritmo acelerado. Una gran parte del beneficio proviene del comercio energético ruso que ahora se dirige a Asia.
China está ganando donde Europa perdió. Los proyectos en expansión de Power of Siberia representan la pérdida del Nord Stream.
Al seguir servilmente la política hegemónica estadounidense, los europeos han alimentado una guerra en Ucrania, la mayor guerra en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, un choque que amenaza con devastar a la Unión Europea. En lugar de abrazar una asociación mutua con Rusia, han optado por el plan estadounidense de enfrentamiento, por la que están pagando caro con la ruina económica y política.
Los recursos energéticos de Rusia -los mayores del mundo- están alimentando la expansión de China y la desaparición acelerada de la hegemonía occidental.
Los estadounidenses y los europeos se preocupan por el ascenso de China y Eurasia y por su incapacidad para competir económicamente. Gran parte de la decadencia de Occidente se debe a su propio juego sucio.
Los destinos de dos gasoductos son la mejor metáfora de la actualidad