Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/03/25/chin-m25.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws Andre Damon
El pasado fin de semana, miembros republicanos del Congreso llevaron a cabo un juego de guerra, dirigido por un general retirado estadounidense, en el que imaginaban una guerra con China para 2025, informó el Wall Street Journal.
En el retiro político del Partido Republicano en Orlando (Florida), el contralmirante retirado de la Marina estadounidense Mark Montgomery supervisó un simulacro de guerra con China que provocó la muerte de decenas de miles de estadounidenses y el posible hundimiento de portaaviones estadounidenses.
Aunque el ejercicio se presentó como una respuesta defensiva por parte de Estados Unidos a una invasión china de Taiwán, Estados Unidos está trabajando sistemáticamente para provocar un conflicto con China poniendo fin a la política de una sola China, armando a Taiwán y ampliando la presencia de tropas estadounidenses en la isla.
Como describió el Wall Street Journal el juego de guerra en un editorial: ‘Los costes serían enormes e incluirían Estrellas de Oro en escaparates de toda América’. El almirante Montgomery dijo que las bajas podrían oscilar entre 15 y 50 en cada distrito del Congreso de EE.UU., es decir, entre 5.000 y 20.000 estadounidenses’.
El periódico de extrema derecha Washington Free Beacon, que también informó sobre el juego de guerra, escribió que ‘los legisladores se reunieron el domingo por la noche para trazar la mayor amenaza a la que se enfrenta el pueblo estadounidense: una guerra total con China’.
El Free Beacon escribió que ‘las bajas estadounidenses en un conflicto que implicara a Estados Unidos, Taiwán y China podrían ascender a decenas de miles en cuestión de días’. Escribía que ‘en algunos de los casos más extremos, Estados Unidos se enfrentaría a hasta 20.000 bajas militares en una sola semana, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial’.
El representante republicano de Nebraska Don Bacon declaró: ‘Va a ser una lucha sangrienta… Si tenemos tiempo de llevar allí municiones y aviones, saldríamos ganando, pero seguiría siendo sangrienta’.
El representante Michael Waltz dijo al Free Beacon: ‘Nuestro calendario con China no será lo que vimos con Rusia… No tendremos esta larga y lenta acumulación para averiguar lo que queremos hacer, y debatir lo que vamos a hacer’.
Las respuestas consideradas por los legisladores incluían, según el Free Beacon, ‘golpear a China continental, atacar los barcos chinos o abrumar a las fuerzas chinas con una especie de bloqueo e impedir que las tropas terrestres pongan un pie en Taiwán. Todos esos escenarios, según los miembros que asistieron, implicaban importantes bajas estadounidenses’.
Cada vez más, los sectores dominantes de la clase política y militar estadounidense consideran que una posible guerra de Estados Unidos con China no es cuestión de décadas, sino de años.
En enero, el general de la Fuerza Aérea Michael Minihan dijo a su mando que espera que Estados Unidos esté en guerra con China en 2025. ‘Mi instinto me dice que lucharemos en 2025’, afirmó. Instó a los aviadores bajo su mando a poner en orden sus ‘asuntos personales’ para prepararse para la guerra.
Por desastrosas que pudieran ser las consecuencias de una guerra de Estados Unidos con China, en las últimas semanas Estados Unidos ha tomado una serie de medidas destinadas a preparar una confrontación directa.
El 11 de marzo, la Directora de Inteligencia Nacional de EEUU, Avril Hanes, declaró que la afirmación de Biden de que EEUU entraría en guerra con China por Taiwán no era sólo una opinión personal del presidente, sino una política real de EEUU.
En septiembre, le preguntaron a Biden durante una entrevista: ‘¿Así que, a diferencia de Ucrania, las fuerzas estadounidenses, hombres y mujeres estadounidenses, defenderían Taiwán en caso de una invasión china?’. Biden respondió: ‘Sí’.
Incluso mientras avanza hacia el fin de la política de ‘ambigüedad estratégica’ y declara que Estados Unidos entraría en guerra con China por Taiwán, Estados Unidos está dando un giro hacia el fin de la ‘política de una sola China’, según la cual la posición de Estados Unidos es que Taiwán forma parte de China.
El martes, la Cámara de Representantes de EEUU aprobó la Ley de Implementación de la Garantía de Taiwán, que encarga formalmente al Departamento de Estado que ‘identifique oportunidades para levantar cualquier limitación autoimpuesta restante al compromiso entre EEUU y Taiwán y articule un plan para hacerlo’.
El periódico estatal chino Global Times citó a Yang Xiyu, investigador principal del Instituto Chino de Estudios Internacionales, quien señaló la importancia esencial del proyecto de ley: ‘El proyecto de ley sugiere que la Cámara de Representantes de EEUU pretende cambiar unilateralmente el statu quo a través del Estrecho… Durante los últimos 40 años, EEUU sólo mantuvo interacciones no oficiales con la isla, pero ahora pretenden pasar a una oficial’.
La declaración de la oficina de la representante republicana Ann Wagner sobre la aprobación del proyecto de ley afirmaba que ‘durante décadas, la mayoría de los altos cargos del poder ejecutivo estadounidense, incluidos los militares de alto rango, tenían prohibido visitar Taiwán para apaciguar a China. Del mismo modo, los altos dirigentes de Taiwán no podían viajar a Estados Unidos’.
La ley anularía estas restricciones. China, por su parte, ha declarado en repetidas ocasiones que el reconocimiento formal de Taiwán por parte de Estados Unidos conduciría a una reunificación por la fuerza.
(Publicado originalmente en inglés el 23 de marzo de 2023)