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¿No tienes a veces la sensación de que el sistema público no parece diseñado para servir?
No te culpes.
Información vital sobre lo público se convierte con demasiada frecuencia en un tesoro inaccesible. Y los derechos, en espejismos. Esa es la realidad que enfrentamos cuando investigamos las grietas del sistema: si la información no llega, se traduce en derechos vulnerados, ayudas bloqueadas y personas atrapadas en un laberinto kafkiano.
Hoy es Giving Tuesday, un día para apoyar causas que merecen la pena, y la que defendemos en Civio lo es.
Porque cuando no sabemos, no podemos actuar. Y cuando no actuamos, perdemos.
La espera eterna
Las colas de la Seguridad Social ya no se ven en la calle, pero siguen existiendo. Son colas virtuales, invisibles, pero igual de desesperantes. Cuando investigamos, en 43 oficinas era imposible gestionar una pensión y en 63 no había citas para el Ingreso Mínimo Vital.
Y si lograbas el milagro y te daban cita, que no te pasase como a Santiago, que solo encontró una cita para su pensión 26 días después y a 148 kilómetros de su casa. El derecho a una atención pública puede convertirse en una utopía desesperante.
Expedientes y denegaciones
Ármate de valor contra la burocracia.
En teoría, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) es un derecho, pero en la práctica puede parecer una lotería cruel. La propia administración nos admitió que casi la mitad de las denegaciones son errores suyos. Sí, es muy serio, como un laberinto diseñado para perder: quienes reciben un “no” e intentan reclamar, si van hasta el final y lo llevan a juicio, lo ganan en el 60% de los casos. ¿Cuántas personas pueden permitirse plantar cara a una Administración que falla casi la mitad de las veces en reconocer un derecho de los más vulnerables?
¿Piensas que es exagerado? Pues no lo es. ¿Te imaginas llamar 150 veces al teléfono de ayuda del IMV y que nadie responda? Esa era la realidad y lo hemos probado: un grito desesperado en el vacío.
Un laberinto sin salida
Envejecer con dignidad, recibir apoyo cuando más lo necesitas… La Ley de Dependencia lo promete, pero la realidad es un camino sembrado de obstáculos. Solo uno de cada tres potenciales beneficiarios logra acceder a este derecho. El proceso es tan complejo, tan laberíntico, que muchos abandonan antes de llegar a la meta. Supone esperar 329 días de media. En Canarias, hasta 600 días.
Entre enero y mayo de este año, más de 7.000 personas murieron esperando conocer su grado de dependencia, y otras 8.500 fallecieron sin recibir las prestaciones a las que tenían derecho. Cada día de más, un derecho vulnerado, una vida en suspenso.
¿Quién decide por ti?
La tecnología puede ser una herramienta poderosa pero, usada de forma opaca por la administración, se puede convertir en un arma de discriminación silenciosa. Lo sabemos bien. ¿Recuerdas el caso de BOSCO, el algoritmo que decide quién recibe el bono social de la luz? Mal configurado, negó ayudas a personas que cumplían los requisitos. ¿Sigue fallando hoy? No lo sabemos, porque la Administración oculta su funcionamiento y nos hace pagar por exigir transparencia Cuando los algoritmos e inteligencias artificiales operan en la sombra, sin transparencia ni control, la injusticia viene de la mano.
La dignidad en jaque
No solo las trabas burocráticas y los algoritmos opacos nos pueden robar derechos. También la falta de supervisión en el trato directo con las personas. En Civio hemos documentado el uso de contenciones mecánicas en entornos psiquiátricos y centros de menores, una práctica que, sin regulación ni control, se convierte en una violación de derechos humanos. En una de estas instalaciones, un joven de 17 años en Badajoz estuvo esposado durante 48 horas. Personas bajo el cuidado del Estado, privadas de su libertad, sujetas sin garantías. Cuando nadie mira, el abuso se normaliza.
Es hora de exigir más
En Civio no nos limitamos a documentar injusticias como estas. También investigamos y luchamos para cambiarlas. Porque cuando nadie saca esto a la luz, el sistema perpetúa las desigualdades.
Es hora de que seamos conscientes del recibo que nos están pasando. Es hora de exigir más transparencia, más rendición de cuentas, más información sobre lo que es de todos. Te proponemos formar parte de este empeño, tan difícil como necesario: lograr que lo público sea realmente de conocimiento público.
Este Giving Tuesday es un día perfecto para unirte a Civio. Porque no saber nos está costando ya demasiado, también en derechos.
Por nosotros, que no quede.
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