Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2019/12/26/historia-del-pueblo-argentino-1500-1955-por-milciades-pena/ Milcíades Peña
HISTORIA DEL PUEBLO ARGENTINO (1500-1955) por Milcíades Peña
“Un oscuro sector de las fuerzas vivas, en lugar de comprender que el viejo apotegma marxista de la lucha de clases, había caído derrotado en los albores de este siglo; por el más humano y valiente de la colaboración, que permite mantener cordiales relaciones entre el Capital y el Trabajo bajo la regencia tutelar del Estado; se resistieron a todo llamado a la comprensión…”
Juan. D. Perón. “Discurso radial comunicando la creación de la Sección Especial de Represión del Comunismo”. 1943
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“Buscamos suprimir la lucha de clases, suplantándola por un acuerdo justo entre obreros y patronos, al amparo de la justicia que emana del Estado.”
Juan. D. Perón, mayo de 1944
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“Sostenemos en la Secretaria de Trabajo y Previsión qué los problemas sociales no se han resuelto nunca por la lucha, sino por la armonía. Y es así que propiciamos, no la lucha entre el capital y el trabajo, sino el acuerdo entre unos y otros, tutelados los dos factores por la autoridad y la justicia que emana del Estado. Lo entendemos así los soldados, porque a fuerza de ser técnicos en la lucha, es que amamos tanto la armonía y la paz.”
Juan D. Perón, 28 de junio de 1944
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“Queremos sindicatos gremiales, no sindicatos políticos. Queremos que los representantes obreros sean hombres que en sus sindicatos se sientan solamente obreros; anhelamos desterrar de las agremiaciones la política y las ideologías extrañas a las masas. La política ha de hacerse en los comités; los sindicatos han de hacer pura y exclusivamente política gremial y obrera.”
Juan. D. Perón, 8 de septiembre de 1944
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“Se ha dicho, señores, que soy un enemigo de los capitales y si ustedes observan lo que les acabo de decir, no encontrarán ningún defensor, diríamos, más decidido que yo, por que se que la defensa de los intereses de los hombres de negocios, de los industriales, de los comerciantes, es la defensa misma del estado”. (…) “Yo estoy hecho en la disciplina. Hace treinta años que ejercito y hago ejercitar la disciplina y durante ellos he aprendido que la disciplina tiene una base fundamental: la justicia”. (…) “Por eso creo que si yo fuera dueño de una fábrica, no me costaría ganarme el afecto de mis obreros con una obra social realizada con inteligencia.
Muchas veces ello se logra con el médico que va a la casa de un obrero que tiene un hijo enfermo, con un pequeño regalo en un día particular, el patrón que pasa y palmea amablemente a sus hombres y les habla de cuando en cuando, así como nosotros lo hacemos con nuestros soldados.” (…)
“El resultado de la guerra de 1914-1918 fue la desaparición de un país europeo como capitalista: Rusia(…) En esta guerra (1937-1945), el país capitalista por excelencia, quedará como deudor en el mundo (…) Y entonces pienso cual sería la situación de la República Argentina al terminar la guerra, cuando dentro de nuestro territorio se produzca una paralización y probablemente una desocupación extraordinaria; mientras desde el exterior se filtra dinero, hombres e ideologías que van a actuar dentro de una organización estatal y dentro de una organización del trabajo (…) [habrá] un resurgimiento del comunismo adormecido, que pulula como todas las enfermedades endémicas dentro de las masas y que volverá, indudablemente, a resurgir con la post-guerra, cuando los factores naturales se hagan presentes”.
“Con nosotros funcionará en la casa la Confederación General del Trabajo y no tendremos ningún inconveniente, cuando queramos que los gremios equis o zeta procedan bien a darles nuestros consejos, nosotros se los transmitiremos por su comando natural; le diremos a la Confederación General: hay que hacer tal cosa por tal gremio y ellos se encargarán de hacerlo. Les garantizo que son disciplinados y tienen buena voluntad para hacer las cosas.”
“Ese sería el seguro, la organización de las masas. Ya el estado organizaría el reaseguro, que es la autoridad necesaria para cuando esté en su lugar nadie pueda salirse de él, por que el organismo estatal tiene el instrumento que, si es necesario, por la fuerza ponga las cosas en su quicio y no permitan que salgan de su curso.”
Juan D. Perón, Discurso en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. 25 de agosto de 1944. El peronismo, Carlos Pérez editor, Buenos Aires, julio de 1969, página 211
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“La Revolución Rusa es un hecho consumado en el mundo (…) Es un hecho que el ejército debe aceptar y colocarse dentro de la evolución. Eso es fatal. Si nosotros no hacemos la revolución pacífica, el pueblo hará la revolución violenta. Piensen en España, en Grecia y en todos los países por los que ha pasado la Revolución (…). Se imaginan ustedes que yo no soy comunista ni mucho menos (…). Y la solución de este problema hay que llevarla adelante haciendo justicia social a las masas. Ese es el remedio que al suprimir la causa suprime también el efecto. Hay que organizar las agrupaciones populares y tener las fuerzas necesarias para mantener el equilibrio del Estado (…). La obra social no se hace mas que de una manera: quitándole al que tiene mucho para darle al que tiene demasiado poco. Es indudable que eso levantara la reacción y la resistencia de esos señores que son los peores enemigos de su propia felicidad, por que por no dar un 30 % van a perder dentro de varios años o de varios meses todo lo que tienen, y además, las orejas”.“
Discurso de Juan D. Perón en el Colegio Militar. 7 de agosto de 1945
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“Queremos devolver a España y a toda Europa,centuplicado, el bien que nos hicieron al crearnos un nuevo mundo. Y no podemos dejar este mensaje sin rendir el homenaje de admiración que nos inspira la actitud del hombre que rige a España y que ha tenido para con nuestra embajadora. La caballerosidad proverbial en todo español y todo dignisimo soldado de España. El Generalisimo Franco ha hincado, como nuestro Perón, en el fervor de su pueblo, también arrasa sus ojos de lagrimas ante el emotivo espectáculo de las muchedumbres…”
Eva Duarte de Perón, “Mensaje a los descamisados argentinos”, 11 de junio de 1947
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“Así como los obreros argentinos obedecen siempre lo que les ordena el general Perón, ustedes los trabajadores españoles tienen que obedecer siempre al general Franco.”
Discurso de Eva Duarte de Perón en la Escuela de Capacitación profesional de Madrid. 14 de junio de 1947
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“¡Nobles de España! También he recibido vuestro homenaje, no menos cálido que el homenaje popular, precisamente porque sois nobles, porque sois lo que sabéis ser, modelos en vuestra adustez, de las clases populares.
Y para terminar, españoles, quiero deciros algo más: he comprendido toda la grandeza del hombre que preside vuestra Patria. A él se debe ese resurgimiento de las viejas virtudes españolas, que señalaba en un discurso mi esposo, el general Perón. A él se debe la exaltación de un puñado de virtudes sencillas y elementales con las que la gente de la hispana estirpe marcha segura hacia un futuro de paz y esplendor.”
Eva Duarte de Perón, Despedida de España. Discurso en Radio Nacional de España. 26 de junio de 1947
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“Dentro de nuestro orden interno hemos creado los Derechos del Trabajador, y es incomprensible cómo algunos piensan que son dedicados a los obreros o a los operarios de cualquier naturaleza, pues esos derechos comprenden a todos, desde el presidente de la República hasta el último ciudadano, y desde el más poderoso capitalista hasta el más pobre de nuestros artesanos.”
Juan. D. Perón, 15 de octubre de 1947
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“Para nosotros, Marx es un propulsor. Ya he dicho que vemos en él a un jefe de ruta que equivocó el camino, pero jefe al fin.
En él hay dos aspectos fundamentales: primero, el organizador o conductor del movimiento obrero internacional y, segundo, el creador de una doctrina.
Como conductor del movimiento obrero internacional, los pueblos del mundo le deben que les haya hecho entender que los trabajadores deben unirse.
Recuerden ustedes que eso mismo repite y repetirá siempre el general Perón a sus trabajadores. “Unidos -dice Perón-, los trabajadores son invencibles”.
Si Marx hubiese hecho solamente eso, y si se hubiese dedicado a esa teoría, uniendo a todos los trabajadores del mundo en procura de soluciones justas a sus problemas, su gloria sería indiscutible.
Pero lo discutible de él es y seguirá siendo siempre su doctrina, pues aunque estaba destinada al pueblo, muy pocos hombres del pueblo la abrazaron conscientemente, y muchos lo hicieron inconscientemente, sin saber con exactitud de qué se trataba, más bien como un gesto de rebeldía que como una solución.
La doctrina de Marx es, por otra parte, contraria a los sentimientos del pueblo, sentimientos profundamente humanos.
Niega el sentimiento religioso y la existencia de Dios. Podrá el clericalismo ser impopular, pero nada es más popular que el sentimiento religioso y la idea de Dios.
El marxismo es, además, materialista, y esto también lo hace impopular. El marxismo es extraordinariamente materialista. Por otra parte, es impopular porque, suprime el derecho de propiedad, tan profundamente, humano.
Pero, por sobre todo, es interesante destacar que Marx, como conductor de las primeras organizaciones obreras, interpretó el sentir de las masas, y por este hecho le debemos considerar como un precursor en el mundo.
Su doctrina, en cambio, es totalmente contraria al sentimiento popular. Solamente por desesperación o desconocimiento de la doctrina marxista pudo el comunismo difundirse tanto en el mundo; se difundió más por lo que iba a destruir que por lo que prometía construir.”
Eva Perón, Historia del Peronismo. Presidencia de la Nación, Subsecretaría de Informaciones, Bs. As., 1953.
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“Yo les hablaba un poco en comunismo. ¿Por qué? Porque si les hubiera hablado en otro idioma en el primer discurso me hubieran tirado el primer naranjazo […] Porque ellos eran hombres que llegaban de cuarenta años de marxismo y con dirigentes comunistas […] Ellos querían ir a un punto que creían, con la prédica de tantos años, era el conveniente […] Se inclinaban más hacia la lucha de clases […] La gente que iba conmigo no quería ir adonde iba yo; ellos querían ir adonde estaban acostumbrados a pensar que debían ir. Yo no les dije que tenían que ir adonde yo iba; yo me puse delante de ellos e inicié la marcha en dirección hacia donde ellos querían ir; durante el viaje fui dando la vuelta y los llevé adonde yo quería.”